Cetram Chapultepec, nuevo negocio de Mancera plagado de corrupción

Según reza la auditoría al proyecto Cetram Chapultepec, “se corrobora que esta empresa no cumple con el requisito del capital social requerido”.

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Regeneración, 10 de mayo de 2016.- En la zona del paradero del Metro Chapultepec ya comenzaron las adecuaciones viales en superficie y el retiro de comerciantes informales, tras recibir una indemnización de los inversionistas, para la construcción del Cetram que incluirá una torre de oficinas de 41 niveles, un hotel, restaurantes y un y un supermercado. Así lo informó la Secretaría de Gobierno Patricia Mercado el pasado 3 de mayo.

Chapultepec-Info

El gobierno de la Ciudad tiene proyectado este nuevo desarrollo urbano, sobre el borde del Bosque de Chapultepec, el pretexto es “modernizar” la terminal construyendo el Cetram (Centro de Transferencia Modal), para uso de la población en sus transbordos.

Un antecedente pone en duda la legalidad del proyecto. La Contraloría General aplicó una auditoría a la licitación que realizó el gobierno capitalino sobre este proyecto. El informe, entregado el 14 de abril de 2011, destaca que: “Los resultados obtenidos en la auditoría 01D, evaluación de programas, con clave 600 y denominada Centro de Transferencia Modal Chapultepec, se encuentran en un reporte de observación, relativa a la selección de un inversionista ganador para el proyecto de coinversión”.

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La auditoría evalúa las omisiones, contradicciones y ocultamientos del proceso de selección de la empresa que ganó el contrato de mil 700 mdp para llevar a cabo un proyecto que implica la construcción de un espacio de transferencia de transporte público, pero también un hotel, un centro comercial (su operación durante 30 años incluida), además de edificios de oficinas y departamentos.

Son varias las objeciones que establece la Contraloría General. En primer término, se le permitió a la empresa ganadora entregarle a la entidad pública para efectos de estudios y proyectos previos la cantidad aproximada de dos millones de pesos, en vez de los más de 34 millones exigidos en la convocatoria, a razón de que no pudo demostrar tener suficiencia económica.

En segundo lugar, no fue capaz de presentar la garantía de cumplimiento, equivalente a 1% del costo total estimado de la obra, a satisfacción de la Secretaría de Finanzas del GDF, ente que no reclamó ni el primero ni el segundo requerimiento.

Por otro lado, la auditoría observa que “es notable el conocimiento que plasma la empresa Desarrollo Urbanístico Chapultepec, S.A.P.I. de C.V, en su Acta Constitutiva, respecto del Proceso de Selección que, para elegir un inversionista ganador para el proyecto de coinversión Cetram Chapultepec, se llevaría a cabo”.

El mismo documento refiere detalladamente a la información privilegiada que tenía la empresa ganadora, la cual no permite “acreditar la imparcialidad en el proceso de selección”. La documentación entregada por la empresa ganadora “muestra fechas de elaboración previas al propio proceso de selección”.

Por último, según reza la auditoría, “se corrobora que esta empresa no cumple con el requisito del capital social requerido”.

A pesar de lo anterior, el gobierno nunca impugnó la licitación. La auditoría establece claramente que la empresa ganadora contaba con información privilegiada, siendo, además, una empresa fantasma y sin solvencia financiera.

Pero el contrato sigue adelante en la actual administración. Incluso, se acaba de anunciar la creación de un fondo de miles de millones de pesos para apalancar a los desarrolladores involucrados en el proyecto, incluyendo la empresa insolvente que ganó la licitación. ¿Será creíble el impulso a un proyecto urbanístico, cuando se funda en actos de corrupción de privados y públicos? Especialmente cuando forma parte de una política estatal de invasión al Bosque de Chapultepec.