Guatemala: Cinco detenidos por choque entre indígenas que dejó 11 muertos

Las fuerzas de seguridad de Guatemala capturaron este miércoles a cinco personas vinculadas con un choque armado entre indígenas, que dejó 11 muertos en un municipio al oeste de la capital el fin de semana, informó la policía.

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Personas atienden el 24 de septiembre de 2014 el funeral de dos de las 11 víctimas de un choque armado entre indígenas por la construcción de una cementera en San Juan Sacatepequez, en Ciudad de Guatemala

24 de septiembre de 2014.-El enfrentamiento entre indígenas, debido a la construcción de una cementera, dejó 11 muertos -incluidos seis miembros de una familia-, varios heridos, y viviendas y vehículos incendiados en el municipio de San Juan Sacatepéquez, a unos 30 km al oeste de la capital, dijo a la AFP el portavoz policial Pablo Castillo.

Los capturados fueron identificados como Tomás Pajoj Xiloj, de 25 años, sus hermanos Jesús (31) y Rafael (28), su primo José Pajoj Piril (51) y una quinta persona de la que no se tienen detalles.

Los apresados son sindicados de los delitos de “asesinato, asesinato en grado de tentativa, incendio agravado, reuniones y manifestaciones ilícitas”, detalló Castillo.

Los incidentes se iniciaron la medianoche del viernes y se extendieron a la mañana del sábado en una aldea del municipio indígena, enfrentada por la habilitación de una carretera y la construcción de una planta de cemento en la zona.

Medios locales informaron de que una discusión entre pobladores a favor y en contra de ambos proyectos detonó los enfrentamientos, que obligaron al gobierno a declarar estado de prevención por 15 días en el lugar, restringiendo las manifestaciones y el porte de armas de fuego.

Además fueron movilizados 1.200 policías y 1.000 soldados, medida que fue criticada por activistas de derechos humanos que la calificaron como una “militarización del conflicto” y una “acción represiva” a la resistencia de la población.

La firma guatemalteca Cementos Progreso inició en julio de 2013 la construcción de una moderna planta en la finca San Gabriel, con una inversión de 720 millones de dólares y cuya entrada en funcionamiento está prevista para 2017.

Sin embargo, desde antes de la fase de construcción el proyecto ha dividido a los pobladores entre quienes apoyan a la empresa y los que aseguran que afectará las fuentes acuíferas y causará otros daños ambientales.

Uno de los momentos más críticos del rechazo a la cementera fue en 2008, cuando se registró una muerte, la detención ilegal de policías por parte de la población y el intento de volar con explosivos un puente que une al pueblo con la capital.

(AFP)