¿Las parejas más felices ganan peso?

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¿Estar enamorado te ayuda a subir de peso o, al contrario,  hasta se te olvida comer?

Por Fabiola Rocha

Regeneración, 27 de octubre de 2015. En el debate sobre si el amor te hace subir o bajar de peso, habría que recordar aquella broma:

Una pareja de recién casados llega a un hotel a defogar su amor y pasa uno, dos días… al cabo de un tiempo, los empleados se preocupan y el gerente va a tocar la puerta y preguntar si necesitan algo.

-No, gracias, estamos bien

Un día después, el empleado vuelve a preguntar si quieren algo.

-No, estamos bien.

-Pero no han comido nada- replica.

-No necesitamos comida, comemos amor- gritan los amantes.

-Bueno, pero no avienten las cáscaras por la ventana… (fanfarrias)

Cuando alguien se enamora se secretan un montón de sustancias químicas, que se encargan de embellecernos, hacernos sentir mejor y afinar la silueta. El primer momento de enamoramiento, es como una pasada de barbitúricos: la bilirrubina, nos pone el ánimo a punto de estallar; la glándula del timo segrega la timina, una sustancia que estimula el buen humor. La glándula suprarrenal, por su lado, reprime la producción de cortisol, hormona responsable del estrés. El hígado libera glucosa, que atempera el cansancio muscular. Los glóbulos blancos se reactivan, aumentando las defensas y la presión sanguínea, en pocas palabras estamos volando.

Estas sensaciones de bienestar evitan que exista la necesidad de calmar penas o ansiedades con la comida, asegura el Blog Nutrición en Armonía, quizás es por ello dicen que cuando nos enamoramos no necesitamos ni comer.

Pero lo bueno viene después, cuando la relación se estabiliza y se vuelve rutina la cenita, el antojo del cine, comprarse un helado mientras caminan por la calle y unos besos de tanto en tanto; subir de peso o descuidar la apariencia es algo que pasa cuando tienes una pareja estable, dijo un estudio de la Universidad Metodista del sur de Dallas, Texas en estados Unidos.

El estudio, liderado por la psicóloga Andrea Meltzer, observó a 160 parejas a lo largo de cuatro años y comprobó que aquellas que estaban más satisfechas con su relación tendían a engordar, mientras aquellos que tenían dudas se mantienen en buena forma, pensamiento que comparte Michael Cheshire, escritor del huffingtonpost que recientemente se separó.

“Si nuestro divorcio me ha enseñado algo, es esto: si hubiera sabido que en 20 años terminaría, habría hecho más sentadillas. Volver a quedar con chicas va a ser interesante”, le escribió a su ex mujer.

Engordar o no engordar, ese es el dilema; cuando se trata de compartir con alguien se puede elegir entre estar juntos mientras se ve una película comiendo nachos con queso o salir a caminar. Usted decide.

Fuentes: Emujer, Excelsior, El Ciudadano, Nutrición-Armonía, Huffington Post