Malos hábitos alimenticios de mexicanos, producto de la pobreza

El CESOP indica que cambiar al modelo económico y político de la agroecología solucionaría el problema de alimentación de muchos mexicanos

 

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Regeneración, 19 de noviembre de 2016.- El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) hizo público un estudio titulado “¿Qué vamos a comer hoy?“, en el que se revelan los aspectos de la alimentación mexicana. Uno de ellos,por ejemplo, es que muchos de los malos hábitos alimenticios se deben a los bajos ingresos salariales.

Los bajos salarios en México provocan que las personas busquen comida abundante y a bajos costos, lo que significa una menor calidad de los alimentos, de acuerdo con el director del CESOP, Marcelo Torres Cofiño en entrevista para el medio Excélsior.

“Esto resulta muy grave para los mexicanos, porque este tipo de alimentación se vuelve parte de sus hábitos cotidianos, el acudir a una tienda de conveniencia y con un poco cantidad de dinero poder satisfacer el hambre”, explicó.

Agregó que precisamente la ingesta de bebidas azucaradas son parte del fenómeno de alimentación a bajo costo, pues tienen un alto contenido calórico.

“Tristemente sabemos que las bebidas azucarada es parte de la alimentación de los mexicanos de esa mal llamada proteína energizante y sabemos que es más fácil encontrar un refresco en el poblado más lejano que un vaso de agua y esto es parte de una mala política gubernamental”, dijo Torres Cofiño.

El CESOP, en las conclusiones de su estudio, indica que cambiar al modelo económico y político de la agroecología ayudaría a solucionar el problema de alimentación de los mexicanos:

“Optar por la agroecología, es sin duda un cambio de modelo económico y político de base que impacta la cultura y a la sociedad. En primera instancia construye autonomía de los pueblos; ya que revierte el control de los mercados mundiales y promueve la gobernanza de las comunidades agrícolas. Por supuesto que esto no es fácil, porque implica incidir en los poderes hegemónicos mundiales. Implica el retorno a las manos de los pueblos ‘que alimentan al mundo’ el control de las semillas, la biodiversidad, la tierra, el agua, los saberes y los bienes comunes.

“Se trata de vivir en una lógica diferente: en el que pensar en el dinero por el dinero mismo, implica pobreza, enfermedad, desperdicio, contaminación y destrucción.

“El promover las cadenas de producción de alimentos de forma corta, directa, inocua y justa, es el camino para erradicar los grandes males de la actualidad; de ninguna forma se propone aquí regresar a formas primigenias de producción, sino a formas que sean más racionales con el uso de los recursos, a ser menos tóxicos y destructivos utilizando la ciencia.

“Se trata de no solo saciar el hambre con ‘algo’ rápido y ‘barato’ que al final de la jornada enferma a la población; se trata de regresar a lo que para los mexicanos significa ‘comer bien’; es decir, ingerir comida abundante, deliciosa y en compañía; e integrar el concepto de alimentación, consumiendo aquellos productos que proporcionan salud, muchos de los cuales no son caros y físicamente son accesibles como los quelites, los diferentes tipos de legumbres, frutas y verduras locales. Comer y alimentarse bien es posible”.