Un hombre se burla de una mujer lesbiana, ella se burla de él por ser moreno; el problema de la discriminación no es sólo de Donald Trump y Estados Unidos, también es común en México.
Por: Turix
Regeneración, 01 de marzo 2017.- Los temas de la discriminación racial y la homofobia han sido ampliamente comentados en los últimos meses, especialmente, desde la campaña electoral de Donald Trump y su posterior triunfo e inicio en la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, me he percatado que muchos mexicanos somos especialistas en ver la “paja en el ojo ajeno” y mirar hacia otro lado cuando los actos discriminatorios se encuentran frente a nosotros, en México.
Hace un par de días, una persona que conozco me contactó para mostrarme una denuncia realizada por una mujer de aproximadamente 20 años, que utilizó las redes sociales para “quemar” públicamente a un acosador, que además se mofaba de ella por ser lesbiana. No obstante, la historia dio un giro inesperado, cuando entre los comentarios de la joven, decidió poner una imagen abiertamente racista.
Su imagen, hacía referencia a que las pieles blancas coqueteaban, mientras que las morenas “acosaban”. La víctima de discriminación, ahora la ejercía.
En la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México del año 2010, el 57% de las personas de la comunidad LGBTI consideró que su mayor problema era la discriminación. De hecho, en ese tiempo, 4 de cada 10 mexicanos no permitirían que en sus casas habitaran personas homosexuales.
En mayo de 2015, se informaba que México había registrado hasta esa fecha mil 218 homicidios por homofobia en el país, lo que lo posicionó en el lamentable segundo lugar mundial en crímenes por homofobia.
Es decir, la discriminación por orientación sexual es una realidad dura a la que se enfrentan miles de mexicanos día a día. Basta simplemente recordar la famosa “Marcha por la Familia” que en realidad debió llamarse “Marcha para que las parejas homosexuales no puedan ser felices porque va contra mi moral”, la cual, reunió a cientos de personas, que hasta la fecha siguen defendiendo que las parejas homosexuales no deben casarse ni tener hijos…
Por otra parte, la discriminación racial en nuestro país es una realidad que al igual que la homofobia y la transfobia, tiene sus amplios “defensores” y “promotores” en la vida de carne y hueso y en la virtual a través de las redes sociales.
Las principales víctimas de la discriminación racial son las personas indígenas y afrodescendientes.
Un documento de Conapred, muestra los alarmantes datos de este tipo de discriminación: pese a que el 64.6 por ciento de los mexicanos se consideran a sí mismos morenos, el 54.8% cree que a las personas se les insulta por su color de piel.
Hace unos meses, contaba mi experiencia en Mono, un antro en el centro de la Ciudad de México, donde cínicamente permiten el acceso a personas extranjeras y rubias, mientras que niegan la entrada a los “morenitos”.
Lee: ¿No eres “rubio” o extranjero? Lo siento, no puedes entrar
Lee: ¿Fuiste discriminado en un antro? Está prohibido y esto puedes hacer
No es raro leer en Twitter, trending topics como: #ViolaAUnaLesbiana #EscúpeleAUnIdígena #SéFelizYMataUnHomosexual #indio o #esdechachas, a través de los cuales, miles de usuarios hacen gala de un pésimo sentido del humor, un cinismo escalofriante y sobretodo una forma de pensar aterrorizante, sobre todo si pensamos que vivimos en el siglo XXI.
Por eso, este caso en particular llamó mi atención, un hombre agrede a una mujer por a) no querer intimar con él y b) por ser abiertamente homosexual. La mujer responde agrediéndolo por su color de piel. Tenemos un círculo vicioso de discriminación por parte de dos mexicanos, que bien podrían apellidarse como varios integrantes del gabinete de Donald Trump.
Desafortunadamente, no es una situación única, se dan casos de mujeres que han sido violentadas por su condición de mujer discriminando a transexuales, a integrantes de la comunidad LGBTI lanzándose contra las mujeres por “feminazis”, o afroamericanos llamando “violadores” a los mexicanos, que a su vez los califican de “subdesarrollados”. Estos comportamientos, no son la excepción, pero tampoco la norma.
Es importante, realizar un frente común en contra de todo tipo de discriminación, racial, por orientación sexual, religión, género, etc y evitar que continúen las confrontaciones entre las partes discriminadas. Parece que es fácil olvidar que finalmente, es la misma lucha, una por la equidad, la justicia y la igualdad.
El problema no está sólo en Estados Unidos con Donald Trump, el problema está dentro de cada uno de nosotros, los prejuicios aprendidos y la forma en que luchamos para desprendernos de ellos y así, vivir en una sociedad más armónica.
Mi recomendación es: la próxima vez que te sientas discriminado y tu primera reacción sea contestar algo aún más hiriente y discriminatorio, detente un momento, recuerda todo lo que has criticado de Donald Trump, ¿lo que estás apunto de decir podría haber salido de su boca? Si la respuesta es sí, mejor no lo digas y realiza un ejercicio de reflexión para entender por qué tienes pensamientos y actitudes discriminatorias.