Neruda en el cierre de las urnas

neruda

Por Pedro Miguel

Las casillas cerraron hace una hora y falta cuando menos otra para conocer las primeras tendencias sólidas de la votación. En lo inmediato se puede tener claro otra clase de tendencias: por ejemplo, la socialización, en el conjunto de los partidos políticos del régimen, de la marrullería electoral otrora distintiva del PRI. En sus años de concertacesiones, gobierno y cogobierno, Acción Nacional ha aprovechado el entrenamiento en compra de votos y reparto de despensas, y otro tanto ocurre con los partidos Verde y de la Revolución Democrática. La ciudad capital, otrora bastión de la democracia, hoy encabeza las denuncias por delitos electorales, cometidos por los tres órganos principales del Pacto por México y, en primer lugar, por el que aún gobierna el DF gracias a un impulso –el de 2012– que ya no tiene y que debe sustituir por el soborno masivo a ciudadanos e intimidaciones porriles y campañas sucias en contra de la verdadera oposición.

En otras entidades la violencia se muerde la cola. Hasta donde van las cosas los sectores populares que han intentado la anulación de los comicios no han logrado hacerlo en un solo municipio –ni siquiera en Tixtla, Guerrero, epicentro de las protestas antielectorales– pero sus acciones de resistencia y las medidas represivas subsecuentes (agresiones policiales, despliegues militares y recurso a grupos paramilitares) fueron convertidas desde temprano por la mayor parte de los medios en el elemento central y casi único de la jornada electoral. Con ello se enrareció el clima hasta el punto de ahuyentar de las urnas a un alto número de votantes independientes y probablemente se facilitó el triunfo de varias candidaturas prirredistas y se fortaleció al bando del Pacto por México.

La violencia oficial se acentúa en su vertientes propiamente delictiva lo mismo que en la represiva. Con un saldo previo de más de una decena de candidatos y militantes muertos desde una semana antes de la elección de hoy, la cifra se incrementó notablemente en horas recientes con dos muertes en Yucatán, las de Acapulco y los estudiantes agredidos y salvajamente lesionados ayer en Xalapa, más los heridos y detenidos de Guerrero y Oaxaca.

Sin embargo, aun en estas condiciones terriblemente adversas, miles de personas honestas y conscientes han realizado un trabajo agotador y espléndido, sea como candidatos o como formadores de conciencia ciudadana, propagandistas casa por casa, vigilantes de las urnas y documentalistas de irregularidades y otras, millones, han vencido el desaliento, los cantos de sirena del anulismo fashionable, el temor a las confrontaciones y el extendido cinismo auspiciado desde el poder y orientado a convencernos de que no hay cambio posible ni alternativa a la resignación. En lo inmediato vaya por ell@s y para ell@s la “Oda a un hombre sencillo” de Pablo Neruda y ya seguiremos reflexionando en las horas próximas.

Voy a contarte en secreto

quién soy yo,
así, en voz alta,
me dirás quién eres 
(quiero saber quién eres)
cuánto ganas, en qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una obligación
terrible
y es saberlo,
saberlo todo:
día y noche saber cómo te llamas,
ése es mi oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer
todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que desentrañar,
rascar a fondo
y como en una tela
las líneas ocultaron,
con el color, la trama
del tejido,
yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan busco
más allá de la forma. 
Me gusta el pan,
lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma
de la primavera,
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado, navego,
hasta encontrarte,
y entonces te pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te diga 
quién soy y cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi padre.
Ves tú qué simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada complicado.
Yo trabajo contigo,
tú vives, vas y vienes
de un lado a otro,
es muy sencillo,
eres la vida,
eres tan transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es ésa:
ser transparente,
cada día
me educo,
cada día me peino
pensando como piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú comes,
tengo en mis brazos 
a mi amor
como a tu novia tú,
y entonces
cuando esto
está probado,
cuando somos iguales,
escribo,
escribo con tu vida 
y con la mía,
con tu amor y los míos,
con todos tus dolores
y entonces
ya somos diferentes
porque, mi mano
en tu hombro,
como viejos amigos
te digo en las orejas:
no sufras,
ya llega el día,
ven, ven conmigo,
ven con todos
los que a ti se parecen,
los más sencillos.
Ven, no sufras,
ven conmigo, 
porque aunque
no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos
ganaremos,
aunque tú no lo creas,

ganaremos.