¿DERECHOS HUMANOS?

¿DERECHOS HUMANOS?

Rosario Ibarra

 



¿Sabrán quienes "gobiernan" este país lo que significan los derechos humanos? Al igual que a los revolucionarios de antaño, a los millones de oprimidos y explotados de nuestra Patria en estos aciagos tiempos, les resulta imposible vislumbrar al menos el derecho al empleo, al trabajo que necesitan para su subsistencia y para la de sus familias. Y no sólo no ven la posibilidad de un empleo cualquiera, "lo que salga" –suelen decir en su desesperación–, lo que ven son las enormes injusticias del mal gobierno, como el despido de más de cuarenta mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, la soberbia patronal en amasiato con el gobierno ilegítimo hacia los mineros de Cananea a los que se amenaza con arrojarlos fuera de la mina "con la fuerza pública", después de más de dos años en huelga, en reclamo justo hacia las injusticias de gobierno y patrones.
En el país entero se palpan los desmanes de los poderosos, de los usufructuarios del Poder y del dinero que se creen dueños de todo y a quienes poco o nada les importan las vidas de los seres humanos asesinados, que ya se cuentan por miles o de los inocentes muertos por negligencia o por manejos turbios de intereses, como en el caso de la guardería ABC de Sonora-… ¿Derechos Humanos?—¡Qué va!
Este falaz, hipócrita, fraudulento gobierno que padecemos, en su
engañoso empeño por limpiar su imagen y liberarse de culpa y responsabilidad en atropellos y crímenes, llama a las desapariciones forzadas llevadas a cabo por integrantes de las Fuerzas Armadas o por las policías, "levantones" del "crimen organizado"; tratando así de sacudirse la responsabilidad de dar respuesta a los familiares de las víctimas de ese delito, catalogado como crimen de lesa humanidad, que tan sólo en América Latina llegaron a contarse 90 mil, incluidas las de México, de Díaz Ordaz a Zedillo.
En el mal llamado "gobierno del cambio", las desapariciones siguieron y en la Refinería de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, fueron secuestrados más de 30 trabajadores petroleros, entre ellos, el Srio. Gral. de la sección 65, Hilario Vega Zamarripa, un hermano y un cuñado, así como trabajadores jubilados y en activo.
Con Calderón las cosas han empeorado, su burla hacia las familias de las víctimas, no tiene nombre; trata de limpiar los desmanes del Ejército que sacó de los cuarteles en aberrante desprecio al mandato constitucional, llamando con desvergonzada ligereza "levantones" a las detenciones-desapariciones, de tan triste memoria para cientos de madres y familiares de desaparecidos políticos, que durante muchos años hemos luchado por conocer la verdad en tan dolorosos como ilegales hechos.
Las desapariciones continúan en todas las regiones y ámbitos del país. Se pueden citar federales desaparecidos en Michoacán; también trabajadores de "Nextel" originarios de Guasave, Sinaloa, desaparecidos en Nuevo Laredo, Tamaulipas… Son sólo ejemplos de una larga cadena de irregularidades, de incumplimiento de las leyes, de cuya bondad se pavonean no pocos representantes de los llamados "tres poderes", de todos los tintes políticos…. ¡Sí! Muy buenas leyes, maravillosas leyes, pero de nada sirven al pueblo, si no se cumplen, si se violan, si no hay ética en los funcionarios, si no saben lo que es el respeto a los derechos de los demás… al "derecho ajeno", como decía el probo Benemérito: Benito Juárez, y como lo reclamaban los honrados revolucionarios los magonistas, de cuyo periódico se tomó el nombre para éste.
Lo narrado en estas líneas, es sólo una muestra de la gravedad de las continuas violaciones a los derechos humanos; ya escribiremos más y haremos llamados a la unificación de nuestros criterios en torno a la exigencia del respeto a los llamados DERECHOS HUMANOS, que son de todos los seres que habitamos este planeta que se llama TIERRA.