Televisa y TV Azteca, “divorcio simulado”, por Jenaro Villamil

por Jenaro Villamil | Homozapping 

16 de septiembre de 2014.-Polémica desde el principio, la sociedad de Televisa y TV Azteca en Grupo Iusacell, la compañía de telefonía móvil que pretendía competir con América Móvil, se deshizo el pasado 10 de septiembre, en un escueto comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores, y un gran escepticismo de los observadores y analistas que ven esta operación como un “divorcio simulado”.

azcarragasalinas

Tres años después de anunciarla, y a dos años de ser autorizada por la Comisión Federal de Competencia y por la entonces Comisión Federal de Telecomunicaciones, Emilio Azcárraga Jean vendió el 50 por ciento de sus acciones en 717 millones de dólares, asumiendo una “pérdida en libros” de 320 millones de dólares.

Originalmente, Televisa invirtió 1,565 millones de dólares en “deuda convertible” y 37.5 millones de dólares en capital para adquirir el 50 por ciento de Grupo Iusacell, propiedad de Ricardo Salinas Pliego desde 2003. La compañía de Azcárraga Jean se comprometió a invertir 800 millones de dólares en tres años (hasta 2015).

El objetivo de la fusión era que Iusacell elevara su participación del 8 al 15 o 20 por ciento en un mercado dominado en más de un 70 por ciento por América Móvil, consorcio de Carlos Slim. La justificación de las autoridades para darle visto bueno a la sociedad entre las dos compañías que dominan el 93 por ciento de las frecuencias en televisión abierta fue que era “necesaria” y “benéfica” para hacer frente a un monopolio, aunque se coludieran los presuntos competidores en contenidos mediáticos.

La Bolsa Mexicana de Valores aclaró en su comunicado del 9 de septiembre que la separación de las televisoras aún está sujeta a condiciones, como la aprobación del Instituto Federal de Telecomunicaciones, el organismo regulador que tampoco pudo frenar la compra reciente de Grupo Televisa del 100 por ciento de la compañía de televisión por cable, Cablecom.

En su cuenta de Twitter, Ricardo Salinas Pliego oficializó la transacción con el siguiente mensaje:

“El día de hoy adquirí el 100 por ciento de Iusacell. Agradezco mucho a @EAzcárraga por estos tres años de sociedad”.

El propietario de Grupo Salinas, que controla otras empresas como Elektra, Banco Azteca, mineras y hasta generadores de energía eólica, anunció que “en breve anunciaremos un socio estratégico para Iusacell”.

Hasta el momento, se desconoce quién podría ser su socio, ya que Iusacell ocupa un lejano tercer lugar tras las dos grandes compañías que dominan el mercado de telefonía móvil: Telcel de América Móvil, con el 70 por ciento, y Telefónica Movistar, con el 19 por ciento.

Para el especialista Ramiro Tovar Landa, el rompimiento de la sociedad “no es un fracaso privado, sino un fracaso de política pública en el manejo del espectro radioeléctrico”.

Recordó que durante todo el sexenio de Felipe Calderón se dieron facilidades para que Televisa pudiera ingresar al mercado de telecomunicaciones comprando cableras, asociándose a Nextel –con quien participó en la Licitación 21- y para que Iusacell saliera de sus deudas.

“A pesar de la colusión de mercado entre ambas televisoras, del apoyo de las autoridades, ni Iusacell ni Nextel crecieron”, afirma el también profesor del ITAM.

A partir de los datos de 2010, cuando se realizó la última licitación del espectro para telefonía móvil, Tovar Landa recordó que Iusacell y Nextel tienen el 44 por ciento del espectro disponible, pero sólo el 13 por ciento del mercado, mientras que Telcel tiene el 31 por ciento del espectro, pero el 70 por ciento del mercado y Telefónica, su lejano segundo competidor tiene el 25 por ciento del espectro y el 19 por ciento del mercado.

“Aquí está muy claro quién ha hecho un uso más eficiente del espectro: Telcel y Telefónica que han realizado la mayoría de las inversiones. Iusacell y Nextel están sentados sobre una mina de oro que es su cantidad de espectro, que le ha costado al país, pero no han invertido. Por eso digo que es un fracaso de política pública”, abundó Tovar en entrevista con Proceso.

El especialista advirtió que este caso demuestra que “es una falacia apalancar desde la autoridad a unas compañías sobre otras, porque esto no significa alentar la competencia”. Y recordó que lo mismo sucedió con la reciente Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Ante las presiones del gobierno y de Televisa, el Congreso autorizó un artículo 9 transitorio que facilitó que Azcárraga Jean adquiriera el 100 por ciento de Cablecom y concentre el 62 por ciento del mercado de televisión restringida.

Para el senador del PAN, Javier Corral, crítico desde hace más de una década de los favores que el gobierno federal le ha dado a Televisa, esta operación es “otra enorme simulación”.

“Es una medida estratégica de ambas televisoras ante el anuncio sorpresivo que realizó Carlos Slim para desincorporar entre el 20 y 30 por ciento de sus activos de América Móvil. Iusacell no va a poder utilizar la infraestructura de Slim y tendrán que invertir. En realidad, se están preparando para unirse a Telefónica”, interpretó Corral.

Desde el 30 de julio pasado circuló la versión de que la compañía española Telefónica negociaba con Televisa la adquisición al 100 por ciento de Iusacelll.

En efecto, la empresa que dirigió en México el ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, informó en esa fecha a la Comisión Nacional de Valores de España que existía “un proceso de negociación, no habiéndose alcanzado ningún acuerdo al respecto”. Salinas Pliego afirmó en su cuenta de Twitter que Iusacell “no está a la venta”.

Incluso, Salinas Pliego aprovechó para lanzar mensajes a favor de la reforma de telecomunicaciones:

“La nueva ley nos da certidumbre y confianza para seguir creciendo. Estoy muy optimista del futuro de Iusacell. Seguiremos invirtiendo para crecer”.

El detonador de la medida no fue la aprobación de la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones sino el sorpresivo anuncio de América Móvil de que estaba dispuesto a vender entre el 20 y 30 por ciento de sus activos para dejar su condición de agente económico preponderante. Es decir, para diminuir del 70 a menos del 50 por ciento del mercado en telefonía móvil.

Frente a este anuncio, Javier Corral argumentó que Televisa y TV Azteca “ya están viendo venir la doble competencia. Cualquiera de los interesados en adquirir la infraestructura de América Móvil los va a desplazar en telefonía móvil. Tengo información de Bank Of América de que existen, por lo menos, 10 compañías interesadas en adquirir los activos de Slim”.

“La jugada reciente es porque Slim los descolocó al anunciar la venta de sus activos. Ahora resulta que la verdadera competencia en telecomunicaciones la va a generar el propio monopolio telefónico y las televisoras ya no podrán vivir de las tarifas de interconexión cero”, ironizó Corral.

-¿Cómo interpreta todas las facilidades que se les dieron a Televisa y luego a TV Azteca desde la Licitación 21? –se le cuestionó a Corral.

-Ellos tuvieron un acaparamiento indebido del espectro para telecomunicaciones. Lo inutilizaron. No quieren invertir, sólo quieren recibir favores del poder.

“A pesar de las condonaciones fiscales, licitaciones favorables y el apoyo desde Los Pinos, ambas televisoras han sido un fracaso en telefonía móvil”, abundó Corral.

-¿Por qué Slim puede hacer esta jugada? –se le cuestiona al legislador.

-Porque tiene suficiente dinero. Durante 20 años expolió al mercado y logró avances con inversión real. En la negociación de la Ley Federal de Telecomunicaciones reciente, Slim negoció con la presidencia el artículo 12 transitorio que le permite vender una parte de sus activos y dejar de ser agente económico preponderante. Pensaron que no lo iba a hacer. Y les movió el mercado.

“Mal Negocio” para Televisa

Jorge Fernando Negrete, director de Mediatelecom, consideró que la alianza con TV Azteca fue “un mal negocio y una estrategia fallida” más para Televisa que para la compañía de Salinas Pliego.

“La alianza con TV Azteca a través de Iusacell le atrajo descalificaciones a Televisa por coludirse con su único competidor real en el mercado de la televisión abierta, situación inédita en un mercado altamente concentrado como el mexicano”, recordó.

Negrete detalló que Televisa “le apostó a las medidas regulatorias y al cabildeo político, no a la inversión para hacer crecer el negocio y hacerlo rentable. Complementó con una oferta agresiva de precios y promociones, no necesariamente acompañados por calidad e innovación. Prácticamente, la totalidad de la inversión aportada por Televisa se enfocó a saldar deudas de la compañía celular”.

Para el especialista quien pierde más es Televisa tras su aventura con Salinas Pliego. Y enumeró algunas consecuencias: la empresa de Azcárraga Jean fue sancionada con una multa por 53.8 millones de pesos por incumplir las obligaciones impuestas por la extinta Comisión Federal de Competencia; exhibió su falta de experiencia, de visión estratégica e inversiones; e incumplió las 6 condiciones que se le pusieron en junio de 2012 cuando se autorizó la fusión.

En su análisis “Estrategias detrás de la compra-venta de Iusacell”, Negrete aportó más datos del mal manejo de la compañía. A julio de 2014, la empresa de telefonía móvil recibió 65 mil 992 nuevos usuarios, pero dejó escapar a 2 millones 95 mil 73 suscriptores. Al final, tuvo una pérdida neta de 2 millones 29 mil 88 de clientes.

Iusacell también fue la compañía que más quejas recibió en proporción a su número de usuarios. Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, entre septiembre de 2013 y marzo de 2014, Iusacell recibió mil 215 quejas, en comparación con Telcel que recibió 890 en el mismo periodo, con un mayor número de usuarios.

“Televisa no logró consolidar la estrategia de que Iusacell no sólo fuera una red de telefonía celular sino un sistema de distribución de contenidos a través de dispositivos móviles como teléfonos celulares, smartphones y tabletas, entendidos como plataformas de entretenimiento”, abundó Negrete.

Por su parte, Ramiro Tovar Landa recordó que hay “un patrón de conducta” en el manejo de sus empresas de Ricardo Salinas Pliego: siempre defrauda a accionistas minoritarios o sale ganando a través de innumerables litigios.

“Por una buena temporada, Salinas Pliego no pudo entrar a la bolsa norteamericana ante las irregularidades del caso Codisco-Unefón”, recordó Tovar.

“La rivalidad que antes tenían Televisa y TV Azteca la llevaron al terreno de los negocios. Y se ‘casaron’ porque algo los unía y porque desde el gobierno de Felipe Calderón los alentaron”, abundó.

Primero, ambas televisoras se unieron en enero de 2011 para sacar de los anuncios publicitarios de la pantalla televisiva a todas las empresas del Grupo Carso, “utilizando su poder sustancial en el mercado de la televisión abierta y sin que la Comisión Federal de Competencia investigara esta irregularidad”.

El “amor apasionado” entre Televisa y TV Azteca lo llevaron hasta el fenómeno de la multipropiedad en el futbol y el “clímax” fue la fusión al 50 por ciento en Iusacell, poco después de la fracasada sociedad entre Nextel y Televisa en la Licitación 21.

Desde un principio, la improbable sociedad de dos televisoras que competían en el mismo mercado fue negada por los voceros de Televisa y TV Azteca, aunque ya habían firmado una “carta de intención” desde diciembre de 2010, en medio del pleito por la Licitación 21.

Miguel Angel Granados Chapa desnudó esta operación en “Plaza Pública” del diario Reforma, el 23 de enero de 2011. El columnista advirtió que tenía información sólida sobre la fusión entre ambas televisoras, a pesar de que Iusacell había interpuesto más de 60 demandas en contra de la sociedad de Televisa y Nextel en la Licitación 21. “Si no puedes vencer a tu enemigo, recomienda un refrán, únetele; si puedes, mejor cómpralo”, escribió Granados.

La furia de las televisoras contra el periodista no se hizo esperar. Manuel Compeán, entonces vocero de Televisa, mandó un desmentido al periódico y afirmó que el texto del columnista era “un desafortunado artículo que no cuenta con el mínimo rigor periodístico”

Más agresivos, los voceros del Grupo Salinas se lanzaron contra Granados Chapa en una vulgar maniobra para meterse en su vida personal. Después, su vicepresidente Tristán Canales llegó a confiarle a este reportero que la idea de la sociedad “nos la dio el propio Granados con esa columna”.

En el marco del homenaje póstumo a Granados Chapa, Javier Corral reveló que él fue quien informó al autor de “Plaza Pública” de esa magna operación. “Le revelé nombres y fechas, inclusive la transcribí los mensajes de Black Berry donde me aseguraban que se había llevado a cabo la operación y que había copia de la carta de intención firmada a mediados de diciembre (2010) y le ratifiqué también la información que había obtenido por un testigo en las entrañas mismas de la negociación”, afirmó Corral (ver Proceso, No. 1825).

El anuncio oficial de la fusión se realizó cuatro meses después. Nextel México, ex socia de Televisa en la Licitación 21, envió una larga denuncia por concentración y prácticas monopólicas ante la CFC al darse a conocer el 7 de abril de 2011 la operación.

“Grupo Televisa tiene claramente poder sustancial en el mercado de publicidad por televisión. Esta situación, aunada a la participación de Grupo Salinas a través de TV Azteca en dicho mercado, aumenta sustancialmente los riesgos anticompetitivos derivados de la concentración”, recordó Nextel.

Televisa posee 256 de las 468 concesiones de televisión abierta en el país; TV Azteca 180. Entre ambas controlan el 93 por ciento del mercado de tv abierta. Las dos televisoras tienen 66 y 33 por ciento, respectivamente, de las audiencias televisivas. Además, controlan el 90 por ciento de la publicidad que se transmite en la pantalla comercial, según los datos que proporcionó Nextel en aquella demanda.

Para entonces, Televisa también ya había conseguido absorber el 100 por ciento de la empresa de televisión por cable, Cablemás, con el visto bueno de las autoridades regulatorias que le impusieron unas condiciones que nunca se cumplieron. La empresa de Azcárraga Jean tenía ya más del 50 por ciento del mercado de televisión por cable y al fusionarse en Iusacell era la única que podía dar servicios de cuádruple play (televisión, internet y telefonía fija y móvil).

El 16 de enero de 2012, los dos principales responsables de la operación, el vicepresidente de Televisa, Alfonso de Angoitia, y Pedro Padilla Longoria, director general de Grupo Salinas, acudieron a las oficinas de Eduardo Pérez Motta, presidente de la CFC para presionarlo y saber cuál sería su posición en el caso de la fusión.

Pérez Motta les dijo que aún analizaba su voto y que la decisión no dependía sólo de él, sino de los otros cuatro comisionados: Luis Alberto Ibarra, Rodrigo Morales, Miguel Flores Bernés y Cristina Massa Sánchez. Esta última fue designada integrante de la CFC por Felipe Calderón (ver Proceso No.1838). El 24 de enero de 2012, por 3 votos contra 2, el pleno de la CFC rechazó la fusión.

Fieles a su estilo, Televisa y TV Azteca se sincronizaron en sus noticiarios para difundir información en contra de Pérez Motta y de Mony de Swaan, entonces presidente de Cofetel. El pretexto fue lo de menos. Era un mensaje a los reguladores que se oponían a la fusión.

El golpe final para autorizar el “matrimonio por conveniencia” vino de Los Pinos, en junio de 2012, un mes antes de la elección presidencial. Felipe Calderón presionó a los comisionados del órgano responsable de combatir las prácticas monopólicas (Proceso, No. 1859).

Con un voto dividido de cuatro contra uno, la CFC terminó aprobando e impuso siete condiciones –entre ellas la licitación de una tercera cadena de televisión digital terrestre- y, si éstas no se cumplían en dos años (2014) “detonará automáticamente el mecanismo de disolución” de la sociedad.

Otras de las condiciones tampoco se han cumplido hasta la fecha: la no discriminación de la venta de publicidad en las pantallas de Televisa y TV Azteca a otras compañías competidoras en telefonía (Telcel, Nextel, MVS, Telefónica); la prohibición de “ventas atadas” a la contratación de servicios de Iusacell; la venta separada de contenidos de televisión abierta y restringida; la prohibición del “empaquetamiento” de los canales de televisión abierta a los concesionarios de televisión restringida; y la prohibición de que Televisa participara en la empresa Total Play, de TV Azteca.

Ahora, sin que el Instituto Federal de Telecomunicaciones hubiera analizado el cumplimiento de estas 7 condiciones, Televisa y TV Azteca deshacen su sociedad y admiten pérdidas por 320 millones de dólares.

“El IFT ya demostró que traicionó a su propia autonomía y tiene un nuevo estatus de sometimiento y obediencia al Poder Ejecutivo”, advirtió Javier Corral.

El IFT tendrá que autorizar la separación de las televisoras y terminará haciendo “lo que el gobierno les diga”, afirmó Corral.