Simplemente lo sé (Carta para curarnos mientras nos herimos)

Simplemente lo sé                                                                                                              

Por Alejandra Escobedo.

Paulina Jaimes.- Entre el silencio y el canto

(Regeneración, 18 de junio del 2017).-Siempre lo supe, algo muy en el fondo me lo decía desde hace tiempo;  a pesar de que la claridad se mostraba ante mis ojos con la transparencia de una distopía casi divina; siempre tuve conciencia de que me tomarías entre tus fauces y yo te clavaría los colmillos como señal de defensa. Acepté jugar a este juego nauseabundo contigo, te lo juro,  desde hace tiempo lo sabía, que juntos nos llevaríamos a la más hermosa gloria de los abismos; decidí meterme en tu boca y confiar en ti, me entregué como terrorista que espera que no lo torturen en la cárcel, como infante esperando ser protegido por su padre, encontrando soledad y auto consuelo mientras el tiempo pasa; no sé si lo sepas, me humillaste sin piedad, con una violencia que salpicaba los rincones más ocultos del aire.

 Acepté tus reglas y mientras yo las acataba, tú, las desobedecías, eres de esos hombres que encuentran placer en el sufrimiento ajeno; Cuando empezó a caerse todo, ninguno de los dos salimos corriendo, nos tomamos de la mano esperando que las ruinas aplastaran nuestros cráneos, y si, ya lo sabíamos, no buscábamos cultivar o dar a luz una historia bella, siempre fuimos fanáticos de ver la decadencia de nuestra relación, y mientras tú fundías tus lágrimas ocultas en el mar, yo asesinaba dos espíritus, uno el de amor que te tuve y el segundo el recuerdo que me fertilizaste, seré sincera, te sigo recordando y simplemente lo sé.

Sé que vas diciendo que la culpa es mía, modo ridículo de no aceptar tus errores, que vas exhalando venganza, a cada paso que das, vas tirando rencor y muy en el fondo arrepentimiento, lo sabes, muy en el fondo de ese orgullo cínico que tienes, lo sabes, simplemente lo sé.

 Pero mírame a los ojos y dime, grítamelo en la cara, que nunca me amaste, que nunca sentiste aquello que yo sentí; ya no hay salida, todos los caminos nos trajeron hasta aquí, ahora tendrás que cerrar la boca, guardar silencio y enfrentarme.

Vas presumiendo que eres lo mejor, ocultando esa herida que nos hicimos en el pecho. Vas con tus amigos, selección comoda que haces para no ser cuestionado, y te montas mil chaquetas mentales, delirios de grandeza infectan tus oídos, mientras alardeas que la culpa no inunda tu interior, que no te arrepientes de nada, pero sabes algo, muy adentro de ti, muy adentro de mí, simplemente lo sé.

 Me da pena ver lo podrido que estás, como ese vacío que llevas como trinchera te carcome, te pudre hasta los huesos, ¿y por qué no lo estarías? adicto por recreación  al Tramadrol ,  mientras yo, víctima del Misoprostrol; tú, para olvidarte de aquel amor que nos tuvimos, yo, para desprenderme de aquella hermosa condena, simplemente lo sabemos.

Patético tú intento de querer llamar la atención, haciendo muecas con el rostro y jugueteando con tu pene a mi alrededor, de hacerme creer que coges como  un semental sin prejuicios, cuando lo único que haces es dormir con chicas que te adoran porque les gusta la música que ejecutas, seduces con la guitarra,  matas y te mueres con el corazón, Simplemente lo sabemos.

 Adicto al Tramadrol, traidor y vividor, jugaste y pisoteaste mi amor desprevenido, mi mente, que antes de ti ya estaba en el delirio, me dejaste huellas, heridas, lágrimas, que se quedaran dentro de mi como tatuajes de por vida, Adicto al Tramadrol, podrido como una puta al crack, como las jacarandas a quedarse sin flores, o los pájaros a tragarse lo chicles creyendo que es una migaja de pan, y no es venganza, si no justicia, que tu karma se refleje en tus pupilas. Adicto al Tramadrol, el infierno lleva las mismas puertas que  tu corazón, y tu saliva la misma desesperación a  vivir la vida como se acumulan  mis fluidos, desde el principio lo supe, nunca me arrepentí,  nunca hay marcha atrás, con dolor, lágrimas, soledad y sufrimiento me receté el alma, y ahora, más fuerte, más débil, más yo, más tú, más nadie, más todo, simplemente lo sé.