Sobreinformación y “Caja China” poderosas armas del gobierno

¿Te has preguntado como el exceso de información, las notas amarillistas y el Chapo favorecen a los políticos, empresas y funcionarios?

sobreinformación

Por: Tulix Covarrubias.

Regeneración, 25 de diciembre 2016.- ¿Te has preguntado como el exceso de información, las notas amarillistas y el Chapo favorecen a los políticos, empresas y funcionarios?

En el mundo actual gobernado por las redes sociales, el internet y las plataformas de video como YouTube o Vimeo es fácil pensar que estamos mucho más y mejor informados que antes, lo cual no es necesariamente cierto.

En esta época de la información y la inmediatez, todo, absolutamente todo se volvió noticia, igual conocemos la historia de corrupción de cualquier país, que el ataque de un tiburón en las playas de una nación remota o el nacimiento del nuevo hijo de Kim Kardashian, sin embargo, la misma ráfaga que trajo la noticia, se la llevará en un par de días para probablemente nunca volverla a recordar, mucho menos analizar.

Lo que no hemos pensado es cómo esta nueva tendencia de comunicar todo favorece a políticos o empresas corruptas, a funcionarios ineficientes, a partidos políticos y a sectores de la industria de la información que sin empacho alguno la manipula, la exagera para fines de “raiting” y en los casos más extremos incluso inventa la nota.

Sobreinformación

Si Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal logró la reforma política de la Ciudad de México (dejando por un momento de lado las reservas que tengamos al respecto) es noticia, pero si entregó 142 viviendas a familias de Iztacalco, probablemente no lo es.

Según información del INEGI, Iztacalco cuenta con 384,326 habitantes de los cuales 21,083 personas habitan viviendas de mala calidad, 1,048 no tienen acceso a los servicios básicos y 493 viven en las calles o ciudades perdidas. ¿La entrega de las 142 viviendas tuvo un impacto real? ¿O en realidad es publicidad política disfrazada de noticia?

La saturación de este tipo de información, termina alejando a nuestra mente de los temas importantes que acontecen a una ciudad o un país, para sobrecargarla de datos innecesarios o francamente inútiles, que bien, estos personajes podrían reportar a la ciudadanía con fines de transparencia y rendición de cuentas a través de sus páginas institucionales o cuentas en Twitter y Facebook.

Pero no sólo eso, otra consecuencia de la sobreinformación es la dificultad que tenemos como ciudadanos para conseguir lo que estamos buscando en internet, antes de encontrar un dato relevante del Secretario de Gobernación, Osorio Chong, tendrás que pasar 5 páginas de “boletines” oficiales publicados en medios de comunicación en forma de noticia y un montón de declaraciones chatarra.

No todo es culpa de los medios de comunicación, también nosotros como “consumidores” buscamos información amarillista, de fácil entendimiento, que no requiere análisis, preferimos leer sobre el nuevo escándalo sexual de cualquier celebridad, antes que diversos análisis de cómo y en qué afectará a nuestra economía la devaluación del peso ante el dólar.

mancera

La Caja China

Si viste la película “La dictadura perfecta” seguramente ya sabes de qué va este apartado.

La gran mayoría de los medios de comunicación y especialmente los tradicionales han ayudado a los gobiernos y empresas a silenciar temas, o más frecuentemente a “taparlos” con información exagerada sobre algún tópico que logre mantenernos distraídos de lo importante.

Si el gobierno está profundamente deslegitimado y cuestionado, si el peso está sufriendo una constante debacle frente al dólar, si aún no se sabe qué pasó con los normalistas de Ayotzinapa, si cada día matan o desaparecen periodistas, ¿por qué hablar casi exclusivamente de la ya de por sí cuestionada captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán?

Como medio de comunicación debes informar la captura del más importante narcotraficante mexicano, sí, pero dedicar artículos a la cirugía a la que se sometió para mejorar su desempeño sexual o los narcotacos y línea de ropa inspiradas en el capo mexicano, sin lugar a dudas son temas de los que como población podríamos prescindir.

Por eso no extraña que al realizar en Google la búsqueda “El Chapo Guzmán” salgan 779,000 noticias y aumentando, muchas de ellas con información irrelevante para nosotros y para el caso.

Pero se pone aún peor, existen casos como el del expresidente Felipe Calderón y Florance Cassez, en el cual, las dos televisoras más importantes de México, Televisa y Tv Azteca transmitieron en vivo la supuesta detención de la extranjera, después se daría a conocer que se trataba de un montaje, pues en realidad la habían apresado un día antes.

Un sinnúmero de veces hemos sido víctimas de estos dos tipos de caja china, tan sólo recordemos la historia del H1N1, el caso de Paulette o hasta el de los dos pescadores encontrados en altamar con vida, tras un mes.

hqdefault

El empresario y escritor Rolf Dobelli asegura que de las más de 10 mil noticias que consumimos en promedio al año, nos es muy difícil recordar las que afectaron nuestra vida realmente ya que “la gente encuentra muy difícil reconocer lo relevante, es mucho más simple reconocer lo nuevo”.

Si bien es cierto que probablemente no podremos cambiar en un corto plazo la forma en que se comunican las cosas en el mundo tecnológico, si podemos cambiar la manera en que nosotros nos relacionamos con las noticias.

En medida en que dejemos de consumir contenidos sin importancia o “chatarra” los medios de comunicación se verán obligados a ofrecer mejores contenidos para evitar perder consumidores, dejar de leer noticias exageradas o amarillistas, cambiar de canal durante la décima hora de cobertura especial de la visita del Papa a México y enfocarnos en los temas relevantes como el seguimiento puntual del gasto público, la deuda externa, los casos bien documentados de corrupción por parte de empresas o funcionarios, el conocimiento exhaustivo de los candidatos a cargos públicos, podría ser el comienzo del camino a una sociedad informada, crítica y exigente.

 

Fuentes: INEGI, CONEVAL, El Universal, Excélsior y Google.