10 puntos por los cuales no debió autorizarse el nuevo aeropuerto de la ciudad de México

La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) es uno de los documentos claves que cualquier proyecto debe presentar ante la autoridad del país en materia ambiental, la SEMARNAT. En este documento se muestran las repercusiones ambientales que cualquier proyecto implicará y debe ir de la mano de información científica que lo avale. 

Así, las autoridades mexicanas analizan el MIA y otorgan, o no, el permiso para el iniciar el proyecto. En la ciudad de México, desde hace años se ha estado intentado edificar un nuevo aeropuerto, pues el existente resulta insuficiente. Lo anterior nadie lo discute; sin embargo, la zona donde pretende hacerse, el lago de Texcoco, es un área resguardada, funge como un receptor hídrico que evita inundaciones en el DF y es el hogar de cientos de aves. Por lo anterior, los ambientalistas han dudado de que el proyecto pueda ser “amable” con el medio ambiente.

Los investigadores y biólogos Fernando Córdova Tapia, Alejandra Straffon-Díaz y Gemma Ortiz Har, entre otros, y miembros de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, han hecho un análisis del MIA presentado a la SEMARNAT sobre el proyecto del nuevo aeropuerto y han encontrado importantes inconsistencias por las que, según su postura de expertos, el MIA no debió ser avalado por las autoridades ambientales.

Aquí algunos puntos: 

  • Viola el Plan Regional de Desarrollo Urbano del Valle Cuautitlán-Texcoco.
  • Omite la presentación de estudios de riesgo ambiental asociados a la posibilidad de inundaciones ante eventos hidrometeorológicos.

  • Se pretende construir en la zona con mayor vulnerabilidad de la región.

  • Existe mucha incertidumbre; hubo omisión deliberada de información y no se puede tener una evaluación correcta del posible efecto de la obra sobre el medio ambiente.
  • El documento sólo fue analizado durante 2 meses: salta sospechoso el hecho de que la SEMARNAT avaló el estudio de impacto ambiental presentado por los precursores del proyecto en solo 2 meses, una premura que va muy de la mano con el estilo de las autoridades mexicanas para resolver temas polémicos desde la imposición.
  • Entre las medidas de compensación está la siembra de 264 mil 534 individuos de especies exóticas invasoras, en lugar de nativas.
  • No se demuestra que las obras hidráulicas que supuestamente desviarán los escurrimientos sean suficientes para evitar las inundaciones en la terminal y las zonas aledañas.
  • No se presenta ningún tipo de información sobre cómo se crearán y mantendrán los nuevos cuerpos de agua que plantea el documento para duplicar y “mejorar” la calidad ambiental de los humedales.
  • No existen escenarios hídricos que permitan evaluar la factibilidad del recurso dentro de la red municipal de agua potable en cada una de las etapas del plan.
  • Se omitió por completo la estimación del uso de agua de la aerotrópolis, una zona urbanizable donde trabajarán de manera regular 180 mil personas, pues esto supone un gasto adicional de 23.6 millones de metros cúbicos al año, lo cual sería una enorme presión para el recurso hídrico de la región.

 

Twitter de la autora: @anapauladelatd | Ecoosfera