Temacapulín, símbolo mundial contra la privatización de los ríos

Hay tres pueblos de Jalisco amenazados con desaparecer por la presa Zapotillo: Temacapulín, Acasico y Palmarejo, que han resistido por 12 años e impedido su construcción. Pero el gobernador de Jalisco anunció que la presa se hará. “No nos vamos a salir”, le responden pobladores.

Regeneración, 16 de julio de 2017. En el estado de Jalisco, a unas tres horas de la capital, Guadalajara, el pequeño e histórico poblado de Temacapulín junto a sus vecinos de Acasico y Palmarejo resisten el nuevo intento de desalojo por inundación de dicha comunidad por la elevación de la presa El Zapotillo.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, anunció la decisión de construir la presa e inundar tres pueblos centenarios que se resisten a desaparecer.

El Zapotillo es un proyecto para represar el Río Verde para dirigir agua potable a Guadalajara y su área metropolitana mediante concesiones a privados. Temaca es una población fundada en el siglo XIV, ubicada en los “Altos de Jalisco”, municipio de Cañadas de Obregón.

Por más de 12 años, pobladores, activistas, académicos y defensores de derechos humanos han luchado por impedir que la presa Zapotalillo tenga más de 80 metros de altura.

La justificación del gobierno es que el agua de la presa servirá para abastecer Guadalajara, Los Altos y León, Guanajuato. Por lo que se ordenó elevar la cortina hasta los 105 metros de altura y sepultar con el agua a los tres pueblos.

Los habitantes de Temacapulín han mostrado capacidad de organización y han tejido redes con académicos, activistas y periodistas. Los pobladores de Temaca detuvieron por años la obra, impuesta con el autoritarismo de siempre, sin tomarlos en cuenta.

Pero el gobierno va a construir la presa de El Zapotillo a pesar de la resistencia. Los tres pueblos parecen condenados a dejar de existir. Pero hay habitantes de Temacapulín que se han pronunciado por permanecer en su pueblo y que no se irán. Y no están solos.

La lucha de Temacapulín, el pueblo que se resiste a desaparecer

El abogado Guadalupe Espinoza, parte de la defensa legal de los pobladores de “Temaca”, recuerda que la localidad, sede en 2010 del Encuentro Internacional en Contra de las Represas y en Defensa de los Ríos y las Comunidades, “es símbolo mundial de lucha contra la privatización de los ríos”.

Margarita Juárez, integrante del Comité de Hijos e Hijas ausentes de Temaca, colectivo de originarios de Temacapulín que desde distintos puntos de México y los Estados Unidos, apoyan la causa de revocación al proyecto El Zapotillo. “No nos vamos a salir de Temaca, esa es la realidad y estamos firmes como el primer día”, declaró Margarita.

Margarita confió en que la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor de la comunidad, sea respetada por la gobernación de Jalisco.

El 21 de junio de 2005, un grupo de vecinos de Temacapulín interrumpió la sesión del Congreso del estado. Exigieron que no se construyera la Presa El Zapotillo para evitar que les inundaran sus casas y demandaron información sobre el proyecto.

Era en el gobierno del panista Francisco Javier Ramírez Acuña, el entonces secretario general de gobierno, Héctor Pérez Plazola, declaró que los manifestantes “están llorando antes de que les peguen”, pues aseguró que aún no se había decidido construir ese embalse, que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no tenía precisado cuál proyecto se impulsaría y que cuando tuvieran la información se reuniría con los habitantes.

El gobierno estatal panista prometió que al día siguiente tendría la primera sesión de acercamiento para darles detalles del proyecto hidráulico. La canceló.

Desde entonces, hace 12 años comenzó la pesadilla para los habitantes de Temacapulín, un antiguo, histórico y agradable pueblo. Falta de atención, escucha y solución a su demanda; ocultamiento de información de autoridades federales y estatales encargadas del abastecimiento de agua, legislaturas cómplices (el PRD intervino ante la SCJN); autoritarismo y falta de sensibilidad gubernamental.

La frase de Pérez Plazola resume ese desdén: “lloran antes de que les peguen”. Pues bien, primero les pegó el PAN, en dos administraciones estatales, y ahora les pega la decisión de un gobernador del PRI, Aristóteles Sandoval Díaz, al anunciar que será inundado el pueblo, con Acasico y Palmarejo. La historia se repite, sólo cambian los gobernantes.

 

Ya desde 2005 el entonces gerente regional de la Conagua, Antonio Iglesias Benítez, declaró que la construcción de la Presa El Zapotillo, que abastecería a 10 municipios de Los Altos de Jalisco y a León, Guanajuato, no afectaría a Temacapulín, pues el proyecto preveía la construcción de dos bordos de protección.

Han sido años de engaños. Aristóteles Sandoval en 2013 prometió no inundar Temacapulín y hace dos semanas dio marcha atrás. Mintió, su tuiter le evidencia.

La decisión de inundar Temaca dudo que le traiga al PRI beneficios electorales en 2018.

La de Temacapulín ha sido una lucha heroica. En Jalisco los movimientos sociales suelen durar poco tiempo, pero los  por vecinos y simpatizantes que sabido mantenerla y se han enfrentado a todas las adversidades. Su lucha continúa y están a la espera de que la solidaridad nacional e internacional impida la desaparición de tres pueblos de Jalisco que se resisten a ser borrados del mapa.