Humberto Montes de Oca*
La crisis del país es terrible. La escandalosa confesión de acuerdos “secretos” entre el PAN y el PRI para castigar al pueblo con más impuestos y alzas de precios, ha sacudido a la opinión pública. La clase política con tal de servir a los grandes financieros internacionales es capaz de todo sin importarle el empobrecimiento de millones de mexicanos, el despido de miles de trabajadores y la pérdida de la soberanía energética del país.
El ilegal decreto de extinción de la empresa pública Luz y Fuerza, dejó en la calle a 44 mil trabajadores pasando por encima de la Constitución. El objetivo de Calderón es privatizar la industria eléctrica, las telecomunicaciones y acabar con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
A cinco meses de este golpe, 18 mil trabajadores rechazan su liquidación y mantienen su lucha más viva que nunca, sosteniendo una desigual batalla en contra de las televisoras y medios que buscan criminalizar su lucha y justificar la represión del gobierno.
La tenaz resistencia del SME no puede ser ignorada por la población. Además de sus legítimas demandas, en esa lucha se juega el futuro de la soberanía energética del país, de los sindicatos, instituciones y organizaciones democráticas del país. Aún estamos a tiempo para detener la destrucción del país.
Las protestas se van extendiendo en todo el territorio, el repudio contra Calderón crece, de Ciudad Juárez a Michoacán. El pasado 16 de marzo se realizó una Huelga Política impulsada por maestros de Oaxaca y Michoacán, mineros, estudiantes de la UNAM, IPN, Chapingo y entre otras organizaciones. Con paros y manifestaciones, exigieron una justa solución al conflicto de Luz y Fuerza y de los mineros de Cananea. Entre otras, demandaron aumento salarial de emergencia; incrementar el presupuesto para la educación y el campo; un alto a la privatización de los recursos naturales; cese a la represión y libertad a los presos políticos; respeto a los derechos sociales de los mexicanos y restauración del orden constitucional.
La historia de México se ha forjado con la lucha social. Hidalgo, Morelos, Villa y Zapata encabezaron ejércitos populares en contra de tiranos y vendepatrias. Ayer y ahora, la resistencia social han sido el preámbulo de los grandes cambios. Sumemos todas las voces en favor de la democracia, la justicia