Disputa entre mexicanos y uruguayos por patente de guante que traduce lenguaje de señas

Existe una disputa entre alumnos uruguayos de bachillerato y los estudiantes del IPN de México por busca patentar un guante que traduce el lenguaje de señas para sordomudos a palabras, dijo a Efe Bruno Rodríguez, profesor de Uruguay

GUANTE-IPN
Estudiante del IPN con guante

Regeneración, 6 de agosto del 2015.-A través de internet se enteraron de la existencia del guante mexicano y aunque no creen, según Rodríguez, que se trate de una copia hecha sobre su idea, de todos modos quieren proteger la propiedad intelectual del prototipo uruguayo, premiado en Estados Unidos.

Guante desarrollado por estudiantes del IPN

Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) mexicano desarrollaron un guante que traduce a texto y sonidos el lenguaje de los sordomudos para facilitar que puedan transmitir mensajes a personas que desconocen los signos, informó la institución educativa en un comunicado.

Este prototipo, creado por el doctor Miguel Félix Mata y la egresada Helena Luna García, consiste en un guante que detecta los movimientos realizados por el usuario con la mano y los asocia con las letras del alfabeto internacional de 26 letras.

«Se forman palabras y frases que son transmitidas Bluetooth a un dispositivo móvil con una aplicación precargada que muestra y lee las señas de las personas que usan el guante y quieren transmitir un mensaje», explicó Luna García.

La versión de Uruguay

Según la versión de los uruguayos, el prototipo fue desarrollado por tres alumnos de Paysandú, en aquel momento con unos 17 años, como trabajo final de un curso de bachillerato que proponía crear una «solución informática integral» para una problemática determinada planteada por los alumnos, indicó el docente.

En ese entonces, la inquietud de los estudiantes surgió de «los problemas que existen para comunicarse con una persona sordomuda», a partir de lo cual indagaron y llegaron a una solución innovadora, que enseguida cosechó premios en clubes de ciencias en el ámbito nacional, comentó el profesor.

 

Una vez en Uruguay, los estudiantes solicitaron apoyo para patentar el producto de su ingenio, «no para lucrar, sino para que quede protegido», indicó Rodríguez.

Los esfuerzos «se fueron diluyendo» ya que no tuvieron una respuesta definitiva o única de parte de las autoridades a las que se dirigieron.

Así, el caso mexicano atrajo la atención de Carlos Mazal, un especialista en propiedad intelectual, exdirector para América Latina y el Caribe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, que se reunirá con los creadores del objeto para brindarles indicaciones y «asesoramiento legal», añadió el docente.

Fuente: EFE