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Eucalipto transgénico que invade Sudamérica

“El árbol de eucalipto consume aproximadamente 30 litros de agua por día, causando la erosión y salinización del suelo”

Regeneración, 13 de marzo de 2015.-La destrucción de eucaliptos transgénicos por campesinas brasileñas que ocuparon el 5 de marzo las instalaciones de la empresa biotecnológica Suzano-FuturaGene, puso en alerta la situación que se vive en los demás países de América en relación a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y sus efectos ambientales.

Las razones por las cuales científicos, agricultores y residentes en torno a estos monocultivos los rechazan, se concentra en la destrucción del medio ambiente, la contaminación y el dramático aumento del consumo de agua, lo que ocasiona una inminente sequía.

En la vasta bioma pampeana que ocupa grandes extensiones de Brasil, Uruguay y Argentina, los gauchos llaman a las plantaciones de monocultivos de árboles, “desierto verde, donde nada vive”.

Cuando en 2011, la empresa UPM Forestal se instaló con viveros de eucalipto transgénico en Uruguay, a 12 kilómetros de Guichón, prometió un aumento del 30 por ciento en la producción, según el medio OLCA, asegurando que para mantener las calderas usaría como combustible su propia madera, pero sus representantes no aclararon el tema del agua y de los agrotóxicos que se utilizarían.

Hoy, FuturaGene, propiedad de la empresa de papel y celulosa Suzano, promete en Brasil a través de su portal y en Youtube, un aumento del 20 por ciento de producción de eucalipto con los transgénicos, asegurando que este beneficio es un beneficio económico socio ambiental.

Pero la realidad es diferente según el reporte de Paolo Giardelli, en el film divulgado por la Organizacao e Filmagens en 2012:

Se puede concluir que el eucalipto transgénico clonado consumirá del 20 a 30 por ciento más de agua al día.

Por el conflicto en Brasil, el Movimiento World Rainforest destacó los siguientes riesgos del eucalipto transgénico el pasado 27 de febrero, en una apelación al gobierno de Brasil para evitar la liberación legal oficial de estos productos:

Una manera que utilizan las comisiones legislativas para aprobar las plantaciones transgénicas es omitir los estudios ambientales que demuestran los riesgos, destacó hace un par de semanas el director de la Asociación Soil, Peter Melchett, al referirse al caso del Reino Unido, donde un grupo de parlamentarios busca liberar los productos anunciando sólo los beneficios económicos para las empresas emprendedoras.

Malcon Mallison, en el reporte de Transgénicos en Sudamérica de 2011, explicó que “en Sudamérica los primeros cultivos transgénicos a nivel comercial se empezaron a sembrar en suelo argentino en el año 1996 usando semillas de soya transgénica (Soya RR). Casi simultáneamente se introdujeron de manera ilegal en el Estado de Rio Grande do Sul en Brasil y desde allí pasaron a Paraguay y Bolivia”.

A nivel legal, Mallison destacó que las medidas de autorización, fueron tomadas, en general, por los Poderes Ejecutivos de los gobiernos a través de decretos supremos o acuerdos ministeriales, con cláusulas de confidencialidad en los expedientes, justificadas por razones comerciales.

(Agencias)

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