Cada año, con la llegada del equinoccio de primavera, la explanada frente a la gran pirámide de Kukulkán, en la ciudad maya de Chichén Itzá, se llena de gente que acude a contemplar el descenso de la serpiente.
La pirámide es en realidad un calendario gigante que señala los cambios de estación, el paso de los días… y demuestra los profundos conocimientos de matemáticas, geometría y astronomía que los mayas poseían. Bautizada por los españoles como el Castillo, es el edificio más importante de la magnífica ciudad de Chichén Itzá, que los mayas erigieron en el año 525 d.C. Esta se halla en la península mexicana de Yucatán y consta de diecisiete grandes edificios y un cenote sagrado.