The Economist dice que las atrocidades registradas en Iguala, señala lo lejos que está México de ser un país de leyes, y ponen de relieve que se necesitan leyes y orden tanto como reformas económicas para modernizar al país.
Regeneración, 20 de octubre de 2014.- Las atrocidades registradas en Iguala muestran qué tan lejos está México de ser un país de leyes y cómo el combate a la impunidad es tan necesario como las reformas económicas para la modernización de México, dice el semanario inglés The Economist.
El artículo titulado “Cuando el crimen se sale de control”, el artículo dice que a 200 años de haberse redactado la primera Constitución en Apatzingán, el área que rodea esa ciudad muestra la distancia que tiene que recorrer México para ser un país de leyes. Tierra Caliente se ha vuelto la escena de secuestros masivos y masacres, ambos presuntamente cometidos por fuerzas de seguridad del Estado contra civiles no armados.
“México se ha convulsionado por el secuestro de 43 normalistas en Iguala, presuntamente por la policía municipal. Se teme que estén muertos, aunque el gobierno dice que 28 cadáveres semi calcinados encontrados dos semanas después en Iguala no son de ellos.
“El área es campo de asesinatos, con fosas masivas esparcidas y tensiones altas”.
“La absoluta anarquía del área, a unas cuantas horas de distancia de la capital por carretera, encuentra eco en una presunta masacre en junio en Tlatlaya, no lejos de Iguala,en la que soldados mataron a 22 personas sospechosos de ser delincuentes”.
“Las dos atrocidades –dice The Economist– parecen lo suficientemente serias para cambiar el rumbo del gobierno de dos años de Enrique Peña Nieto, quien ha priorizado las reformas económicas y subestimado la ley y el orden como manera de modernizar México, sin reconocer que ambas son igual de importantes”.
“Al margen de los secuestros, lo que es especialmente aterrador son las afirmaciones de que el crimen organizado gobierna Iguala, al instalar a dos de los suyos –el alcaldes y su esposa– quienes usan a la policía municipal para saldar cuentas violentamente con escaso temor de ser aprendidos.
“La falta de confianza de los mexicanos en las autoridades a cargo de la procuración de justicia significa que el número de crímenes no investigados, así como el total de delitos, es apabullante”.
Para demostrarlo, The Economist publica una gráfica titulada “Una Forma de Vida” que muestra que los delitos no investigados o no reportados en México han aumentado de 92 a 93.8 % entre 2010 y 2013.
“Tres cargadas palabras resumen el reto que ahora enfrenta Peña y México en su conjunto: impunidad, rendición de cuentas y gobernabilidad“.