10 consecuencias de posponer el apagón analógico

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Posponer el «apagón analógico» beneficiará a Televisa y significará una pérdida de 20 mil millones de pesos del erario público. En el Senado PRI, PAN y PRD apoyan la propuesta de Emilio Azcárraga para posponer lo que ordena la ley de telecomunicaciones

por Jenaro Villamil | Homozapping

Regeneración, 29 de octubre de 2015. Estamos asistiendo al primer forcejeo público entre dos grandes aliados y hasta cómplices hasta ahora: el gobierno federal de Enrique Peña Nieto y la empresa Televisa. El tema aparente es posponer la fecha del apagón analógico, prevista por la reforma constitucional en telecomunicaciones para el 31 de diciembre de este año. El tema de fondo es quién manda en este sector, en el Congreso y al interior de los partidos.

Tuvo que salir Emilio Azcárraga Jean en una entrevista radiofónica para dejar en claro que su empresa no estaba de acuerdo con mantener la fecha del apagón y con los transitorios de esa reforma constitucional que, por cierto, beneficiaron ampliamente al consorcio Televisa en temas claves como en su modelo de negocios para acaparar la televisión de paga.

En sintonía con las demandas de Azcárraga Jean, dos corrientes al interior del PAN y del PRD propusieron en el Senado posponer el apagón. Javier Lozano Alarcón, senador poblano propuso una iniciativa para que se retrasara 1 año más. Y el legislador chiapaneco Zoe Robledo propuso que se pospusiera por 6 meses más, apoyado por su coordinador Miguel Barbosa. El PRI, después que su líder nacional Manlio Fabio Beltrones se expresó a favor de posponer el apagón, reculó en el Senado. Sin el voto tricolor difícilmente lograrán una reforma constitucional para modificar el artículo quinto transitorio.

Especialistas como Mony de Swaan, Aleida Calleja y Jorge Bravo, de Mediatelecom, dieron argumentos sólidos en el Senado para evitar que tal medida se produjera. El presidente del IFT, Gabriel Contreras, y el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, tampoco están de acuerdo con posponer el apagón. Y otros expertos también han señalado su oposición a esta medida.

Un corporativo mediático intenta capitalizar los evidentes errores de la política de Transición Digital Terrestre (TDT), principalmente, el oneroso y electorero reparto de más de 10 millones de televisores que le ha correspondido a la SCT. Televisa se aprovechó de los errores recientes en el “apagón” de Monterrey para lanzar su demanda central: posponer la fecha fijada en la reforma constitucional.

Las consecuencias más mencionadas por los especialistas y críticos son las siguientes:

1.-Retrasar el apagón analógico representa un desperdicio en el espectro radioeléctrico, especialmente, para utilizar en la mayor penetración de internet de banda ancha móvil. Actualmente, los canales de televisión abierta en señal analógica ocupan 402 Mhz. Si se pospone el apagón, se desperdiciarían 306 Mhz. El ex presidente de Cofetel, Mony de Swaan, advirtió que estos 306 Mhz tienen un valor muy importante y comparó: toda la telefonía móvil que utilizan compañías como América Móvil, Telefónica y ahora AT&T suma 250 Mhz.

2.-Hay un intento claro de las dos televisoras de acaparar el espectro, en especial, de seguir usufructuando los 294 canales espejos que les concedió el gobierno de Vicente Fox bajo el pretexto de impulsar el apagón analógico.

3.-Se afecta el proyecto de la tercera cadena de televisión digital que el IFT licitó y que obtuvo el empresario Olegario Vázquez Raña, cabeza de Grupo Imagen. Aún más, se desperdiciarán las otras 123 frecuencias que no fueron otorgadas a Grupo Radio Centro y cuyo usufructo está pendiente.

4.-Se afecta el proyecto de la “red compartida” para la banda 700 Mhz y la liberación de la banda 600 Mhz que afectará para nuevas inversiones –principalmente extranjeras- para la creación de una nueva red de telefonía móvil que utilice banda ancha en internet. Para Mony de Swaan se trata de un “golpe mortal”.

5.-Se envía un pésimo mensaje a los inversionistas extranjeros que ven en el mercado de telecomunicaciones mexicano uno de los sectores con mayor potencial. En especial, a gigantes como AT&T.

6.-Se perpetúa un modelo de televisión analógica de pésima calidad y en crisis de credibilidad y de rating. El duopolio televisivo que detentan Televisa y TV Azteca está asentado con la lógica de acaparar actualmente el espectro e impedir el acceso de nuevos competidores. La digitalización de las señales permitiría que se crearan 5 o 6 canales más por cada canal analógico de televisión que existen. En México existen 9 canales de televisión abierta con cobertura nacional. La digitalización permitiría 40 o más de 50 canales y no todos necesariamente con el modelo comercial existente.

7.-Se pone en riesgo todo el andamiaje de la reforma de telecomunicaciones, basado en el modelo de convergencia o triple play: televisión, telefonía e internet. La afectación mayor es para eliminar la brecha digital que impide a millones de hogares mexicanos acceder a internet de banda ancha.

8.-Posponer el apagón para el próximo año generará una clara disputa electoral. En 2016 se realizarán elecciones para gobernadores en 12 entidades y repartir televisiones digitales por la SCT en varias de ellas, mientras se realiza la campaña electoral, revivirá el debate que se generó con el “apagón” en Tijuana, en 2012, durante el gobierno de Felipe Calderón.

9.-Refuerza el poder de una “telebancada” que es transversal y mantiene presencia en todos los partidos. La telebancada no es sólo la del Partido Verde, sino aquella que se configura en el PAN, en el PRD, en el PRI y hasta en el PT con una clara alineación a los intereses del Ciudadano Kane a la mexicana: Emilio Azcárraga.

10.-Televisa ya logró imponer una ley de derecho de réplica que beneficia a sus intereses; también presionó en el IFT para que no se le declarara con poder sustancial en el mercado de televisión restringida, a pesar de contar con más del 62 por ciento de los suscriptores; ha logrado postergar el ingreso de América Móvil a la competencia del triple play. Y ahora demostrará quién manda realmente en su sector y en el Congreso. La señal hacia es todavía más ominosa que cuando el Congreso se doblegó cuando aprobaron la Ley Televisa en 2006.