Soul Parade ha conseguido una peculiar mezcla de la música estadounidense y los ritmos latinos. Lo mismo hacen artistas como Carla Riojas y Fallex.
Por Karla Trejo
RegeneraciónMx, 18 de abril de 2022.- La música no conoce de fronteras, sin embargo, hay mucho que descubrir cuando sus creadores viven en las líneas divisorias entre un país y otro. ¿A qué cosas de la vida hay que escribirle? ¿En qué idioma? ¿Para qué público?
Entre Estados Unidos y México hay una banda que tiene claras sus raíces, pero más clara la idea de que en cuestión de ritmos y letras lo de menos es de dónde vengas. Soul Parade es su nombre y toca indie en inglés, con algunos temas en español y muchos sonidos latinos.
Eduardo Martínez, su baterista, platicó a RegeneraciónMx sobre las raíces de la banda. Todos sus integrantes son mexicanos, aunque crecieron y viven en la ciudad de El Paso, Texas. Se juntaron en 2013 con la única intensión de hacer lo que les apasiona y dar una que otra presentación en vivo. Nada absolutamente serio.
En 2019 se les unió Nancy, una joven con trayectoria como cantante en grupos de mariachi. Fue entonces que Joshua González, los hermanos Enrique y Eduardo Martínez, y la nueva vocalista decidieron llevar más lejos sus talentos.
México presente
Para Soul Parade, el inglés les abriría las puertas en su país y en cualquier lugar del mundo, pero no podía ignorar la posibilidad de hacer una canción en español. Según Eduardo, fue Niña piña la ideal para conquistar al público hispano y recordar sus raíces, pues es un «tema alegre, bailador, con muchos sonidos latinos. Es un cumbión», dijo entre risas.
«Niña piña nos gustó y planeamos más canciones en español. El inglés es bueno, pero en tu música debes poner una parte de ti, y nosotros somos mexicanos», agregó Eduardo.
Siendo una banda con orígenes mexicanos habitando Estados Unidos sabe y entiende perfecto el escenario migrante. Y aunque para ellos no es un tema eje en sus letras tampoco pueden hacerlo a un lado, pues a decir de su baterista, la política es triste y a ellos les gusta escribir de la tristeza.
«Queremos explorar letras con temas tristes, así que la política y el tema migratorio no están descartados. La política es triste, los políticos venden promesas. EE.UU. es un gran país y los latinos migrantes quieren venir y deberían poder», comentó en una videollamada a este diario digital.
Soul Parade tiene influencia musical de bandas y artistas anglosajones como Two Door Cinema Club y Adele, pero también de los que pertenecen al habla hispana, como Monlaferte y Los Tigres del Norte. Combinación bastante obvia para quienes viven en la línea.
Su toque está en los sonidos bailables, prendidos, con guitarras muy bien definidas y una voz para nada melosa. Además, sus videos son muy divertidos: escucha Blossom, Mojito, Violet Sunrise y, por supuesto, Niña piña.
Estas canciones forman parte de su disco The Garden, que ya está disponible en YouTube y servicios de streaming. Además, Soul Parade tiene en puerta algunas presentaciones en vivo en las ciudades de Austin, Dallas y San Antonio. Pronto vendrán a México con una colaboración muy especial, por supuesto, latina.
Carla Riojas y Fallex
Otra propuesta que no puedes perderte es Carla Riojas, una cantante oriunda de Ciudad Juárez y El Paso que encontró en la música el alivio a sus heridas emocionales. Su desahogo es el escenario perfecto para identificarse y desahogarse de la vida misma.
Gran parte de la magia de Carla Riojas recae en sus ritmos, que a veces solo están maquilados por su potente voz y su cálida guitarra, y otras enloquecen con sonidos del electrónico chill y los sintetizadores de la época psicodélica. ¿La muestra? Abriendo el corazón, su más reciente tema.
Y la misma cadencia se consigue con Fallex, otra banda que ha plasmado su lado estadounidense con influencias del indi-pop y todo lo latino del urbano. Brian Ramírez, Gilberto Terrazas, Óscar Morales y Zeke Contreras se atrevieron a combinar los extremos para conseguir un disco como For the normal, con canciones como Passenger, donde todo está escrito entre el inglés y el español, alrededor de un amor que solo fue promesa.