612 millones de mujeres y niñas a menos de 50 km de conflictos en 2023, 150% más que hace 10 años. Derechos de mujeres penden de un hilo: ONU
Regeneración, 23 de octubre de 2024. Se duplica número de mujeres muertas por guerras, desolador, avances se desvanecen ante nuestros ojos, se señala en el informe anual sobre «Las mujeres y la paz y la seguridad».
Cabe destacar que la primera cifra que destaca el informe es que la proporción de mujeres fallecidas en conflictos armados en 2023 se ha duplicado desde 2022.
Y es que el dato procede de otro informe de la ONU, que señala que de al menos 33.443 muertes de civiles registradas por la ONU en 2023 en conflictos en todo el mundo (un 72% más que en 2022).
Esto es, 4 de cada 10 eran mujeres, y 3 de cada 10 eran niños.
Y mismo, publicado el martes por la noche, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, describe un «panorama sombrío».
Mujeres
«Las mujeres siguen pagando el precio de las guerras de los hombres», denunció en un comunicado la jefa de ONU Mujeres, Sima Bahous, refiriéndose a «una guerra más amplia contra las mujeres».
«Los derechos adquiridos por las mujeres a lo largo de generaciones están amenazados en todo el mundo, lo que compromete el papel impulsor que el liderazgo y la participación de las mujeres pueden desempeñar en la promoción de la paz», escribe.
«El poder y la toma de decisiones siguen siendo casi exclusivamente monopolio masculino, y la acción para acabar con la impunidad de los autores de atrocidades contra mujeres y niñas es inquietantemente lenta», añade.
«El ataque deliberado contra los derechos de las mujeres no se limita a los países en guerra, sino que es más mortífero en este contexto», añadió.
«El mundo está sumido en una espantosa espiral de conflictos, inestabilidad y violencia. En 2023 se registraron más de 170 conflictos armados, y unos 612 millones de mujeres y niñas vivían a menos de 50 kilómetros de estos conflictos, un 150% más que hace tan solo diez años», señala el informe de Guterres.
Mujeres y procesos de paz
Según datos preliminares de un estudio de ONU Mujeres, de los 50 procesos de paz en marcha en 2023, las mujeres solo representaban el 9,6% de los negociadores.
Y únicamente, el 13,7% de los mediadores y el 26,6% de los firmantes de acuerdos de paz y alto el fuego.
Además, dice que es una proporción que se reduce al 1,5% si se excluye a Colombia.
«Mientras las opresivas estructuras sociales patriarcales y los prejuicios de género obstaculicen la mitad de nuestras sociedades, la paz seguirá siendo inalcanzable»; dice el informe del secretario general.
También señala un aumento del 50% para 2023 en el número de casos (verificados por la ONU) de violencia sexual durante los conflictos.
Desolador
Y es que el texto dice: «Los datos y conclusiones del presente informe ofrecen un panorama desolador. En un contexto de niveles de conflicto armado y violencia sin precedentes».
Más aún, «los avances logrados durante decenios se desvanecen ante nuestros ojos. Los avances generacionales en los derechos de las mujeres penden de un hilo en todo el mundo».
Y, «lo que socava el potencial transformador del liderazgo de las mujeres y de su inclusión en la búsqueda de la paz».
Ataques
Por otra parte, se subraya que un factor clave que socava los avances es la creciente reacción contra los derechos de las mujeres y la igualdad de género.
Y es que los propios defensores de los derechos humanos de las mujeres y las organizaciones de la sociedad civil que se encuentran en primera línea de las crisis; sufren ataques con demasiada frecuencia.
En 2023, varios Gobiernos restringieron el uso de terminología relacionada con el género que ha sido universalmente aceptada durante decenios.
Lo anterior, «con graves consecuencias para el trabajo tanto de las Naciones Unidas como de las organizaciones de la sociedad civil dirigidas por mujeres».
Al tiempo que se destaca además que se trata de «las restricciones a la educación, la libertad de circulación y el derecho al trabajo de las mujeres y las niñas, como ocurre en el Afganistán, el Yemen».
Así como «otros contextos, representan abusos y violaciones flagrantes de los derechos humanos que afectan seriamente a la vida de las mujeres y las niñas».
También suponen un reto existencial y operacional, incluso para la prestación de asistencia humanitaria, por lo que limitan el acceso de las mujeres y las niñas al socorro.
Poder
Por otra parte, el informe destaca «el poder y la toma de decisiones en asuntos de paz y seguridad siguen estando abrumadoramente dominados por los hombres».
Califica, seguidamente que «los avances han sido inquietantemente lentos; en lo que se refiere al fin de la impunidad de quienes cometen atrocidades contra las mujeres y las niñas».
En 2023, la proporción de mujeres que perdieron la vida en conflictos armados se duplicó en comparación con el año anterior.
Asimismo, se cita, «el número de casos de violencia sexual relacionada con conflictos verificados por las Naciones Unidas fue un 50 % mayor que el año anterior».
«El número de niñas afectadas por violaciones graves en situaciones de conflicto armado aumentó un 35 %».
Silenciado
Sin embargo, «no existe ni siquiera una conciencia pública básica sobre estas injusticias».
Tras lo cual cita «un estudio reciente demostró que, si bien la cobertura de los conflictos en los medios de comunicación se multiplicó por más de seis entre 2013 y 2023.
Además, solo el 5 % de la cobertura se centraba en las experiencias de las mujeres en la guerra.
E incluso, dice, solo el 0,04 % de los artículos publicados sobre conflictos armados en ese período mencionaban la contribución de las mujeres como líderes.
Paz difícil
Finalmente, el informe de la ONU puntualiza que mientras las estructuras sociales patriarcales y los prejuicios de género opresivos impongan «restricciones a la mitad de nuestras sociedades; la paz seguirá siendo difícil de alcanzar».
Por este motivo, en el informe de políticas del Secretario General sobre la Nueva Agenda de Paz; se hace especial hincapié en la promesa de una participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres.
Esto «en la vida política y pública y a todos los niveles de la toma de decisiones en materia de paz y seguridad, basada en los derechos humanos, como senda hacia un futuro mejor».
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