Por Gerardo Salas
RegeneraciónMx.- No es raro escuchar frases que hacen alusión a un mayor esfuerzo, a “echarle ganas”, como método infalible para superar las adversidades, es más, hasta para salir de la pobreza. “El pobre es pobre porque quiere” señalan algunos desasociados de la realidad.
Digo esto, ya que en el periodo neoliberal familias enteras aun y laborando durante jornadas inhumanas, sacrificando los estudios de los miembros más jóvenes para sumar ingresos, se encontraban en situación de pobreza. Aunque quieran, aunque se esfuercen, no tenían las condiciones mínimas dignas que cualquier mexicano debe tener.
Esto contrasta con brillantes investigaciones académicas que señala que solamente mediante una intervención externa las familias podrían salir de ese circulo dañino. Justo como lo que ha propuesto AMLO reformando las reglas laborales y generando programas sociales enfocados a los grupos vulnerables.
No es algo que yo diga, los datos duros proporcionados por instituciones como Coneval, INEGI y Banxico arrojan lo siguiente:
El salario de los mexicanos ha aumentado de manera historia, gracias a las reformas y principalmente a la firma decisión de incrementar el salario mínimo. Esto ha permeado tanto en el sector formal como el informal, siendo este grupo el más descuidado dentro del sector productivo. Teniendo así el menor nivel de pobreza laboral desde que se tiene medición.
Los neoliberales podrán decir que también se han presentado aumentos en la canasta básica y podrán mostrar datos ridículos explicando la economía con gansitos, pero lo cierto es que la inflación no representa ni una décima parte de lo que ha aumentado el salario en el periodo obradorista. Agregando que se trata de millones de mexicanos que su sueldo es el mínimo.
En ningún sexenio habíamos tenido programas sociales tan efectivos como ahora, desde que llego a la presidente AMLO a la actualidad las familias más vulnerables han aumentado sus ingresos en casi un 50%.
Lo que representa que cada vez mas mexicanos tienen ingresos por encima de la línea de pobreza, es decir, que tienen el dinero suficiente para poder adquirir lo básico para tener una vida digna, sobre todo en su etapa de vejez o siendo una persona con discapacidad.
Estos son solo algunos factores que han generado que actualmente existan 5% menos mexicanos en pobreza, y se ha presentado una reducción del 10% en la desigualdad social. Ningún otro presidente había logrado estas cifras en el transcurso de su sexenio.
Y una buena noticia más: La tendencia es que estos buenos resultados se sigan presentando y mejorando por lo menos en este año y el próximo.
¿En que beneficia reducir la pobreza y la desigualdad, más allá de ser un asunto moral? La respuesta es clara: Se trata de dignificar la vida de las personas. La ONU cada año realiza el Informe Mundial sobre la Felicidad, evaluando la situación social, bienestar económico y salud de los ciudadanos.
No es coincidencia que países como Finlandia, Noruega y Dinamarca, reconocidos por sus bajos niveles de desigualdad, siempre tomen los primeros puestos. Estos lo han logrado gracias a la intervención de un gobierno sensible a las demandas populares como hoy en nuestro país.
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