Por Miguel Martín Felipe
RegeneraciónMx.- El 1 de diciembre de 2023, el a veces truculento algoritmo de la red social X me mostró una publicación que, no recuerdo si en inglés o en español, decía algo como: «Así todas las portadas de Irlanda el día de hoy». Lo ilustraba la imagen de un puesto de periódicos en cuyo atril estaban dispuestos distintos diarios locales. Todos ellos mostraban a un desarrapado de pelos necios y muy desdichada dentadura, que en algunas fotos empuñaba un micrófono, en otras una botella, y en algunas más, ambos.
Una de las portadas de diario tenía en letra pequeña el siguiente texto: «Shane MacGowan 1957-2023», mientras que, con letra más grande, cinco palabras cortas que me dejaron impactado: «A poet and a punk (Poeta y punk)»; en el fondo, muchos vivimos buscando ser enterrados con al menos la mitad de ese epitafio. Otra portada tenía un titular enigmático que no hizo más que hacerme recibir el aguijonazo de la curiosidad: «End of the fairytale (Fin del cuento de hadas)». Eso nos llevará a contar aquí una gran historia.
Mi descubrimiento inicial me llevó a investigar un poco más sobre Shane MacGowan. Nació en el poblado de Penburry dentro del condado de Kent, Inglaterra, en 1957. A los seis años se mudaron a Tipperary en la República de Irlanda, no la del norte que forma parte del Reino Unido, sino la espaciosa del sur, la católica y menos próspera.
Ahí pasó el resto de su infancia y adolescencia en un ambiente semi rural de abundante jolgorio con música tradicional de la zona, aunque también atestiguó con gran entusiasmo el nacimiento del punk. Fue también durante su infancia ya en Irlanda que entró a su vida el alcohol, acompañante infaltable desde entonces en su vida. Probó su primera cerveza Guinness a los 11 años, y, según cuenta la leyenda, no volvió a estar sobrio sino hasta una operación que se le practicó en 2008.
Ya más crecido, y conservando siempre esa vena rebelde, decidió comenzar a ponerles música a los poemas e historias que escribía desde niño. Más movido por el entusiasmo que por una formación académica, pues desde la secundaria dejó la escuela debido a su indisciplina, por lo que estuvo empleado en diversos oficios antes de vivir de la música.
Y mientras se ganaba la vida como obrero, devoraba libros de Samuel Beckett, James Joyce, Brendan Behan, así como poesía de Dylan Thomas, W.B. Yeats, Patrick Kanavagh o autores de la generación beat como Kerouac, Ginsberg y Borroughs. Así pues, la mente del joven Shane era un torbellino de literatura, música, excesos y vivencias de una realidad proletaria. Al mismo tiempo, fue desarrollando cada vez más gusto por tocar instrumentos como la guitarra, el banjo, la armónica, el piano y el bodhrám (instrumento tradicional de percusión).
MacGowan fue desde siempre osado y desafiante, probablemente influido por la figura de Sid Vicious, pues siempre reconoció a The Sex Pistols como una de sus grandes influencias, no solo en lo musical, sino también en cuanto a esa desfachatez a prueba de todo que Sid se llevó a la tumba. Su primer grupo se llamó The nipple erectors (Los erectores de pezones), mientras que el segundo, pasó a la historia como The Pogues; el nombre original era Pogue Mahone, derivado de la expresión original en gaélico irlandés “Póg mo thóin”, que significa “bésame el culo”.
The Pogues hizo historia con su instrumentación y ritmo que combinaban el punk con el folklore irlandés. Podían hacer magistrales adaptaciones de canciones populares como Danny boy o Whiskey, you’re the devil. Pero también, retrataban como pocos las dos caras de la moneda en lo que a la personalidad irlandesa se refiere. Por un lado, podían pintar el panorama desolador de la clase obrera en un ambiente suburbano como en Dirty old town o A rainy night in Soho, con el alcohol como un compañero en el cual disolver el mal de amores; de ahí que muchas veces se haya relacionado la lírica de Shane MacGowan con la prosa de Charles Bukowski. Mientras que, por otro lado, e igualmente con el alcohol de por medio, muchas canciones como Fiesta, Sally MacLennane o Streams of Whiskey, eran una ventana hacia el jolgorio irlandés en su máxima expresión.
Llegados a este punto, debemos hablar un poco de Kirsty MacColl. Nació en 1959 en Croydon, Inglaterra. Hizo una carrera bastante notable dentro de la escena del rock, sobre todo en Irlanda. Cultivó un estilo vocal muy a la usanza de la zona, con un timbre semejante a los de Sinéad O’Connor o Dolores O’Riordan. Ambas, junto con Kirsty, ahora cantan para los ángeles. Su muerte fue prematura y trágica. Vacacionaba con su familia en Cozumel, Quintana Roo, México, después de una presentación en Cuba para la BBC. Junto con sus hijos y novio, el también músico James Knight, nadaba y buceaba el 18 de diciembre de 2000 en una zona en la que estaba prohibido el tránsito de cualquier embarcación. Sin embargo, fue embestida y alcanzada por las aspas de una lancha de motor que no pudo eludirlos, en el mismo gesto de apartar a su hijo Jamie, de 15 años.
En 2009, Jean MacColl, madre de Kirsty, decidió darse por vencida después de 9 años de una campaña intensa, mayoritariamente financiada por fans, para esclarecer la muerte de Kirsty. En su momento fue sentenciado a dos años de prisión y a una multa de aproximadamente 20 mil pesos José Cem Yam, supuesto conductor de la lancha. Sin embargo, según testimonios de la propia familia y algunos otros paseantes que presenciaron el funesto suceso, en realidad, el conductor de la lancha era Guillermo González Nova, multimillonario mexicano y entonces presidente de la cadena Comercial Mexicana. Se señala que Cem Yam fue un chivo expiatorio muy bien compensado por González Nova, quien echó mano de sus influencias y de la cercanía del entonces infame presidente Vicente Fox con la clase empresarial, para salir indemne del caso. Esto se puede constatar en publicaciones de The Guardian de 2009 (https://shre.ink/gdjK), así como en una investigación realizada por Blanche Petrich para La Jornada en 2004 (https://shre.ink/gdjj). «You scumbag, you maggot (Saco de escoria, gusano)». Según la declaración que recoge The Guardian, esa línea de una maravillosa canción, en la mente de Jean MacColl, siempre remite al magnate mexicano.
En 1988, The Pogues publicaban el álbum If I should fall from grace with God, desafiante desde el título, como siempre. Este disco contiene lo que, en mi humilde opinión es la mejor canción navideña que he escuchado hasta ahora: Fairytale of New York (Cuento de hadas de Nueva York)(https://shre.ink/gdhs). Se trata de una inspirada composición de Shane MacGowan y Jem Finer, otro integrante de The Pogues, donde destacan acordeón, mandolina, banjo, arreglo orquestal y una flauta irlandesa tocada magistralmente por Spider Stacy, quien durante un tiempo asumiría el rol de vocalista cuando las adicciones de Shane lo marginaron del grupo. Es un vals en el que se lucen cantando a dueto Shane MacGowan y Kirsty MacColl.
Se trata de la historia de dos migrantes irlandeses en decadencia que se conocen en una navidad y que con los años se van desencantando, tanto de los sueños que albergaban al principio, como de recordar lo que para ellos representa la temporada. La primera parte tiene solo a Shane contando cómo pasa una nochebuena melancólica en la celda de borrachos, mientras que, cuando entra toda la instrumentación, Kirsty empieza con versos que se encargan de describir una fría y sucia, pero al mismo tiempo alegre ciudad de Nueva York. Después sobreviene un estrepitoso intercambio de insultos entre la pareja, de los cuales, como antes lo conté, parte de las líneas de Kirsty han adquirido otro significado con el paso de los años para su madre. Así, dos fracasados y adictos con sueños rotos, terminan abrazados una navidad más, a sabiendas de que solo se tienen el uno al otro.
«The boys of the NYPD choir, still singing Galway Bay, and the bells are ringing out for Christmas Day (Los chicos del coro de la policía neoyorquina seguían cantando Galway Bay, y las campanas doblaban por la navidad)».
El 30 de noviembre de 2023, debido a todos los problemas de salud que sus excesos le acarrearon, Shane finalmente falleció. Tuvo un funeral irlandés en toda regla, donde corrió la cerveza y la música fue protagonista. El 8 de diciembre del mismo año, se le realizó una misa de cuerpo presente en la Iglesia de la virgen María del Rosario de Nenagh. Su cuerpo yacía dentro de una canasta funeraria que en su momento fue incluso cargada por Johnny Depp, gran amigo de Shane, como parte del cortejo fúnebre.
El momento estelar llegó, cuando, en la iglesia ya adornada con motivos navideños, los Pogues restantes, con la ayuda Glen Hansard y Lisa O’Neill en las voces, ejecutaron Fairytale of New York en sentida versión que no hizo más que motivar a varios de los asistentes a dejarse llevar por el ritmo y la emoción, bailando con la alegría que MacGowan se merecía. De poco sirvió después la conservadora fijación de postura por parte de la jerarquía católica irlandesa para despojar al momento de su inequívoca epicidad. En temporada navideña, la pareja de la icónica canción, finalmente quedó reunida en el mundo inmaterial y eternizada en la historia de la música. La interpretación de la iglesia queda como rúbrica (https://shre.ink/gdut).
He aquí el fin de una historia digna de esta temporada. Llevaba un año atorada en mi cerebro, pero merecía ser contada.
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