Empresas de construcción, agricultura y del sector turístico consideran que trabajadores mexicanos son la base de sus operaciones y que su escasez los ha mantenido por debajo de su capacidad.
Regeneración, 25 de noviembre de 2016.- En los últimos años, empresas del sector hotelero, reataurantero, agriultura y construcción en Estados Unidos, han limitado sus proyectos por falta de mano de obra de trabajadores mexicanos, lo que a decir de los empleadores también limita a los trabajadores estadounidenses.
Según Nelson Braddy Jr., dueño de King of Texas Roofing, últimamente ha tenido que rechazar millones de proyectos porque no tiene suficientes trabajadores.
Mientras en el área de la Bahía de San Francisco, Joe Hargrave está ampliando su cadena de restaurantes «Tacolicious», pero dice que contruye locales más pequeños debido a la «escasez masiva de trabajadores de restaurantes.
Por otro lado, Steve Johnson, quien cultiva naranjas para la industria cítrica, dijo que si en este momento pudiera contratar a 80 personas, podría darles trabajo a cada uno de ellos.
Y es que parece que Donald Trump y su política antimigrante no toma en cuenta las consecuencias económicas que ello atraería.
«La mayoría de los inmigrantes ilegales son trabajadores menos calificados con menos educación que compiten directamente contra trabajadores estadounidenses vulnerables y que estos trabajadores ilegales sacan mucho más del sistema de lo que jamás aportarán”, dijo Trump el 31 de agosto en Phoenix.
Sin embargo, muchos dueños de negocios que dependen de esta mano de obra, indican que el verdadero problema es que no hay suficientes inmigrantes mexicanos cruzando la frontera. Y señalan que los trabajadores estadounidenses rechazan estos trabajos, o buscan que se les pague en efectivo, para poder evadir impuestos o cobrar el seguro de desempleo.
«Sin la mano de obra mexicana, nuestra industria está paralizada», dijo Braddy Jr., de King of Texas Roofing, empresa que participa en la construcción de la nueva sede norteamericana de Toyota, obra para la que podría contratar inmediatamente a 60 techadores.
Mientras en los años 90, la migración era de 500 mil personas anuales, en los 2000 se redujo a 350 mil y para el 2009 era de 100 mil personas. Lo que supone una baja evidente en la mano de obra «poco calificada», como la llaman.
Además de la implementación de medidas más severas en las fronteras, también abona al problema que la tasa demográfica bajó, pues ahora en México, las parejas tienen alrededor de 2 hijos y esto les permite otorgarles mayor preparación educativa y por lo tanto mejores oportunidades. Al mismo tiempo, el Congreso de Estados Unidos no ha logrado acordar una ley de reforma migratoria que atienda las necesidades de los empleadores.
La evidencia de la escasez de mano de obra se acumula: en mayo, el sector combinado de restaurantes y alojamientos tenía 700 mil vacantes y una tasa interanual de disponibilidad de empleos de 5.1 por ciento, la más alta desde 2001, según la Oficina de Estadísticas Laborales.
Una encuesta realizada el año pasado por la agrupación Contratistas Generales Asociados de Estados Unidos halló que 86 por ciento de las empresas de construcción enfrentaban dificultades para llenar vacantes de carpinteros, electricistas y otros oficios.
Mientras que en el sector de salud, se dice que los ayudantes del hogar, serán la próxima crisis de empleos pues una gran parte de la sociedad, los llamados baby boomers (niños nacidos durante un boom de natalidad en Estados Unidos) entrarán en la vejez lo que les llevará a necesitar quién cuide de ellos.
Los empresarios piden al nuevo gobierno que les ayude a resolver la escasez de mano de obra.
«Los empleadores como yo esperan algún tipo de programa de visas de trabajo para dar a los inmigrantes un medio para trabajar legalmente y salir de las sombras», dijo Braddy Jr.
«Aprecio querer controlar el flujo» de inmigrantes, dijo Johnson. «Pero tiene que ser hecho de manera lógica y sin problemas».
Vía Wal Street Journal