Estrangulamiento de testículos y martillazos, un método de dopaje para paralímpicos

Atletas con lesiones de médula pueden llegar a lastimarse para mejorar su desempeño, dijeron expertos.

 

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Regeneración, 10 de septiembre de 2016.- “Boosting” es el nombre que se le da a la práctica de lastimarse a sí mismo para lograr una mayor presión sanguínea y es uno de los métodos de dopaje en los Juegos Paralímpicos.

La práctica se realiza por atletas con lesiones medulares; quienes no obtienen las mismas reacciones que una persona sin ninguna discapacidad.

En el cuerpo de una persona sin lesiones, cuando empieza a hacer esfuerzo físico como correr o nadar, la presión sanguínea y el ritmo cardíaco aumentan automáticamente; los atletas con lesiones medulares no, para ellos es más complicado conseguir este efecto y la mejora en el rendimiento que viene con la mayor presión.

En términos médicos, el autoinflingirse es una inducción deliberada a una peligrosa condición común a los cuadraplégicos, llamada disreflexia automática.

Algunos de los métodos más populares para el Boosting son: Llenar la vejiga utilizando un catéter, sentarse en una tachuela, usar correas ajustadas en las piernas, golpearse o romperse un dedo de los pies, doblarse o sentarse en el escroto, rajarse o romperse un hueso.

Para el Comité Paralímpico Internacional (CPI), es peligroso que los atletas compitan en un estado de disreflexia, pues es potencialmente mortal que la presión sistólica esté en 160 mm Hg (milímetros de mercurio), o más.

Y es que bajo estas condiciones, es más probable que haya ataques al corazón, hemorragias intracraneales e incluso la muerte.

Provocar esta condición está prohibido durante las competencias y cualquiera que lo haga es descalificado.

Sin embargo, el CPI está consciente de que esta práctica es utilizada por algunos.

Un estudio realizado por el CPI durante los Juegos Paralímpicos de Pekín mostró que alrededor del 17% de los entrevistados admitieron haber utilizado alguna vez el boosting.

Algunos expertos piensan que la cifra real podría ser mayor y llegar al 30%.

En el estudio en Pekín 2008 se planteó una pregunta a los atletas: “¿Alguna vez indujo intencionalmente una disreflexia autonómica para mejorar su desempeño en su entrenamiento o en una competición?”

De 60 entrevistados, diez (16,7%) respondió afirmativamente, mientras que 50 (83,3%) lo negó.

Todas las respuestas afirmativas fueron obtenidas de deportistas hombres, la mayoría competidores del rugby en silla de ruedas (55,5%), seguidos por corredores en silla de ruedas de la maratón (22,2%) y corredores de larga distancia (22,2%).

Hay médicos que destacan que, aunque muchos atletas con lesiones de médula sufrirán de baja presión sanguínea, existe una variación considerable entre un individuo y otro.
En ese sentido, algunos de ellos estarían en una situación desventajosa que el boosting les ayudaría a equilibrar.

Esta idea, sin embargo, es rechazada de plano por el CPI que lo considera una práctica inaceptable y peligrosa.

Vía BBC