INAH participa en misión internacional que indaga ciudad maya sumergida en el lago de Atitlán

La Misión del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la UNESCO, en la que participan expertos del INAH, trabaja en las exploraciones de una ciudad maya hundida en el lago de Atitlán a unos 20 metros de profundidad, que habría datado del periodo Posclásico Tardío, que se fue absorbida paulatinamente por el ascenso del nivel del agua

La Misión del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la UNESCO trabaja en las exploraciones de una ciudad maya hundida en el lago de Atitlán
Restos de la ciudad maya sumergida en Atitlan.

 RegeneraciónMx.– Expertos internacionales investigan los vestigios de una ciudad maya que, hace cientos de años, se asentó en medio del lago de Atitlán, Guatemala. La civilización levantó templos, plazas, casas y estelas hasta que, súbitamente, las mismas aguas que le daban sustento comenzaron a hundirla.

La Misión del Consejo Consultivo Científico y Técnico (STAB, por sus siglas en inglés), de la Convención UNESCO 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, en la que participan miembros del INAH se ha dado a la tarea de investigar los vestigios de la civilización para georreferenciar el contexto arqueológico, precisando datos recabados en años previos por arqueólogos de Guatemala, así como para crear modelos en fotogrametría y elaborar paseos virtuales que lo acerquen a la comunidad y a visitantes externos.

 “La misión permitió sentar las bases para recomendar la creación de un centro cultural donde la gente conozca y recorra el sitio a través de reconstrucciones digitales”, apuntó la también integrante de la STAB y representante de México ante la Convención UNESCO 2001.

 LUGAR SAGRADO 

A partir de los trabajos arqueológicos previos, realizados por el Gobierno de Guatemala, en los cuales se recuperaron diversos objetos cerámicos y líticos del lago Atitlán, se sabe que el sitio arqueológico data del periodo Preclásico Tardío maya (400 a.C.–250 d.C.) y que está sumergido a una profundidad de entre 12 y 20 metros.

Las exploraciones de este año permitieron relocalizar y georreferenciar edificaciones, estelas y estructuras, generando con ello un nuevo mapa planimétrico y el sensoramiento remoto de gran parte de lago.

“Con esta planimetría podemos hablar de un sitio que mide, al menos, 200 por 300 metros”, indicó Helena Barba Meinecke al destacar el énfasis dado a la transferencia de información y la capacitación hacia los arqueólogos subacuáticos guatemaltecos, a quienes corresponderá retomar las exploraciones e investigaciones en el lago.

En conjunto con dicha exploración, el equipo recolectó muestras de limos del lago con la finalidad de entender la dinámica del sitio y estudiar el proceso de su hundimiento a lo largo del tiempo.

La hipótesis sobre el colapso de la isla es que, dado que el lago Atitlán es el cráter de un volcán que se levanta a más de 1,500 metros sobre el nivel del mar, pudo ser un evento natural vinculado con la actividad volcánica la que causó que la isla colapsara desde su parte inferior, aumentando al mismo tiempo el nivel del agua y orillando a los habitantes a huir.

Cabe apuntar que actualmente el sitio arqueológico es conservado gracias a la vigilancia de los habitantes de Santiago Atitlán y de los pueblos cercanos al lago, además, el buceo irregular en él está prohibido por el Gobierno de Guatemala.