#Opinión: Libros para el fin de año (I)

Durante este mes, daré algunas sugerencias sobre los libros que he leído a los largo de 2021 y que me han fascinado, algunos serán novedades, otros, relecturas.

Mugre rosa (Random House, 2021). La novela de Fernanda Trías es igual de opresiva que La azotea, su anterior obra. Vuelve, una vez más, con las obsesiones que la persiguen: el encierro, el cuerpo deformado por la enfermedad y añade una extra, la relación con la madre y la maternidad. Si La azotea es la novela sobre el padre, esta última pone en juego la relación con la progenitora, el deseo de no tener hijos y la conflictiva posibilidad de no saber cómo lidiar con ellos.  En medio de un caos que hoy nos es familiar como el de una pandemia (aunque la obra no se escribió durante el aislamiento del covid-19), Trías orquesta, mediante una narrativa detallada, atrozmente poética, una música para el encierro y el caos.

El expediente de Anna Ajmátova (Alfaguara, 2021). Vamos, Ajmátova por sí misma es ya atractivo. En esta novela, Alberto Ruy Sánchez no se propone narrar una vida, sino la fijación de una celadora con la poeta rusa. La dictadura stalinista, el empleo de los medios necesarios para sobrevivir, todo envuelto por la voz de una poeta sin ornatos, clara en su enunciación, reflexiva, una poesía acmeísta. Abandonando el estilo barroco con el que compuso El quinteto de Mogador, Ruy Sánchez narra con más sencillez, con cierta soltura. Expediente Ajmátova se compone, podría decirse, de varios fragmentos de novela, pues cada página es el inicio de una nueva historia.

Alfred Hitchcock presenta: Cuentos que mi madre nunca me contó (Blackie Books, 2021). A la manera de lo ocurrido con Borges y Cortázar con sendos libros sobre cuentos que les fascinaron, ahora se hace un muestrario de relatos que pusieron en la mente del maestro del suspenso algunos gramos de horror e intriga. Los 20 relatos compilados son significativos, entre ellos: El viento, de Ray Bradbury; Los años amargos, de Dana Lyon; Nuestros amigos los pájaros, de Philip MacDonald; Los veraneantes, de Shirley Jackson; Los hijos de Noé, de Richard Matheson; Adiós, papá, de Joe Gores; Onagra, de John Collier. Es una excelente vitrina iniciática para quienes desean entrar en el universo del terror y el suspenso literario. Qué hace esta antología diferente a otras de este mismo perfil, sencillamente que son cuentos recomendados por Hitchcock.

El hombre prehistórico es también una mujer (Lumen, 2021). En este sesudo ensayo, Maryléne Patou-Mathis da pistas sobre las labores que las mujeres realizaban en la época de las cuevas y cavernas y desmitifica la vieja usanza de barrer cuevas o preparar comida que se le acredita a las mujeres, pues a decir de la autora francesa, ellas también estaban en el ejercicio de cazar animales, fabricaban armas y herramientas, construían viviendas y se lanzaban en avanzada a la exploración de territorios. Con esta investigación arqueológica, Patou-Mathis pone de manifiesto la jerarquización de géneros y sus implicaciones en la vida social posterior.