#Opinión: Relato de un sepulturero

En un relato más de pesadilla, esta es la tenebrosa historia de un sepulturero que, a pesar del tiempo que tenía trabajando en un cementerio, un día experimentó algo que lo dejó con los pelos de punta y lo hizo correr despavorido hacia la salida.

Esta es la historia de un sepulturero que, a pesar del tiempo que tenía trabajando en un cementerio, un día presenció algo que lo dejó atonito.
Foto: Especial

Por Luis Orlando Montane

RegeneraciónMx, 20 de abril de 2022.- Amigos de Relatos de Pesadilla, en esta ocasión regreso con otra historia real de terror, adaptada por mi madrina Mary Valdez ‘La Tenebrosa‘ (te recuerdo puedes seguirla en su canal de YouTube). Se trata de la estremecedora experiencia de un sepulturero que un día no pudo más y el miedo de su propio oficio lo consumió. Sin más preámbulos vamos con la historia y nos vemos hasta el próximo relato de pesadilla.

El sepulturero

Hay muchas personas que conviven de cerca con la muerte todos los días, como los sepultureros o quienes trabajan en las funerarias o morgues. Todos ellos pasan su jornada laboral al lado de cadáveres de todas las edades, y algunos pueden contar historias verdaderamente aterradoras, como haber visto almas deambular y desaparecer de un momento a otro.

Por ejemplo, en los rondines de la tarde o la noche por los nichos de los panteones —cuentan algunos— es común que emerjan sombras oscuras por los pasillos, principalmente cuando hay luna llena.

Yo no sabía de esos sucesos hasta que los viví. Al día de hoy la recuerdo perfecto y aún siento ese miedo, ese frío recorrer mi espalda. De hecho, no he sido el único que ha presenciado dichas apariciones en el lugar del que les hablaré.

Era el año de 1995, una tarde antes del cierre del cementerio. Miré cómo una persona se dirigía a una de las bóvedas, en la cual habían sepultado a una señora el día anterior. Antes debo aclarar que dicha zona pocas veces se abría —según tenía entendido— porque pertenecía a dos familias únicamente. Incluso, había un pasillo que separaba las propiedades de cada apellido y, al final del mismo, se encontraba la imagen de una virgen: La Milagrosa.

Pensé que era algún familiar de la difunta, pues durante ese día habían llegado varias personas visitando el nicho.

Como ese día me correspondía limpiar esas áreas, traté de alcanzar al hombre para hacerle compañía mientras limpiaba, pues a pesar de que ya tenía unos meses trabajando en el cementerio aún no me acostumbraba lo suficiente para andar sólo entre tanta tumbas, entre tantos muertos.  Pero, aquel hombre caminó rápido a lo largo del pasillo hasta que llegó al nicho de la recién sepultada.

Rápidamente saqué mis utensilios de trabajo para limpiar el lugar para que cuando se retirara yo también pudiera salir de ahí. Después, lo saludé y me contestó amablemente; le pregunté si le incomodaba que limpiara y el respondió que no, que en unos minutos más se retiraría del sitio. Así que seguí con mi trabajo.

Como lo había visto llegar sólo pensé que estaría esperando algún familiar, pero sin que le preguntara él me dijo que su esposa estaba por llegar para luego irse juntos porque tenía mucho tiempo sin verla.

“¿Desde cuándo que no la mira?” pregunté sin siquiera mirarlo. ¡Gran error! Comencé a sentir como un escalofrío recorría toda mi espalda cuando me dijo que más de 25 años, pero que la espera había llegado, ya que la habían sepultado el día de ayer.

Sentí cómo mi cuerpo se tensaba al escucharlo y tuve miedo de voltear, así que poco a poco comencé a moverme para salir de ahí. Pero, al girarme, el hombre ya no estaba. Aventé todo y salí corriendo hasta llegar a la garita.

Llegué pálido y me dejé caer en una de las sillas porque sentía que mis piernas temblaban. Edgar me había visto pasar corriendo y me siguió, sabía que algo extraño había presenciado, pues me dijo que pasé corriendo como alma que lleva el diablo.

Le conté lo sucedido dentro de aquel pasillo. Él me miraba sin decir palabra alguna y le pregunté si me creía. Fue entonces cuando me dijo que sí, así que sentí alivio ante eso. En tono serio comenzó a decir que anteriormente, uno de los compañeros lo miraba entrar en el pasillo, pero al igual que yo tampoco lo miraba salir de éste

No podía creer que aquel señor que saludé era una aparición, era un alma que vino por su esposa para llevarla con él.

….y esa fue sólo la primera experiencia que tuve con un ser extraño en este cementerio.

Sigue a Luis Orlando Montane en YouTube como Pesadilla’s Radio