#Opinión: ‘Y la vida va’: Los confines corpóreos de un manifiesto

Mirta Blostein, bailarina y coreógrafa decide, desde la escripturalidad de las huellas del propio cuerpo, esta obra… ‘Y la vida va’.

Por Alexandro Guerrero

RegeneraciónMx, 26 de mayo de 2022.- Mirta Blostein, bailarina y coreógrafa decide, desde la escripturalidad de las huellas del propio cuerpo, esta pieza. Esa presencia de la ausencia supuesta que implica la edad. Su trabajo impecable consiste en abarcar las memorias de vida. Son atmósferas de lo íntimo hacia el cuerpo, el cuerpo político.

La creadora, nos comparte en su texto conferencial Envejecer: “Provengo de una familia de escasos recursos, mi padre era obrero, trabajaba en una fábrica, pero no sólo logró terminar la primaria sino que estudió de noche una carrera técnica que, sumado a su capacidad de estudiar solo era un gran autodidacta, logró ascender un poco en la escala social. Tuvo una vejez tranquila pero no la recuerdo como una vejez feliz, se entristeció mucho al jubilarse.”

La problematización en esta pieza tan honesta como profunda consiste principalmente en ese carácter perecedero del cuerpo de una bailarina, de sus necesidades de vida en tanto en el reflejo de un persistente rebuscar y rehacerse desde su origen como ciudadana del mundo, sus causas y convicciones, ese amor pasión que en su espléndida selección en lo que respecta a lo sonoro nos atañe en movimiento y presencia. Complejidad y riesgo son adjetivos de la constante dramatúrgica en este espectáculo.

El estudio de la edad no es un territorio recién descubierto para la investigación en las ciencias antropológicas que en este caso resultan concomitantes con el ser dancístico, su identidad y pertenencia. Desde Maine y Morgan (pero también desde Frazer y Boas), la edad ha sido considerada, junto con el sexo, como un principio universal de organización social, uno de los aspectos más básicos y cruciales de la vida humana. En la mayor parte de etnografías sobre sociedades primitivas o campesinas, los antropólogos debieron prestar atención a las estratificaciones por edades, pues eran fundamentales en el funcionamiento de las mismas.

El estudio de los ritos de paso se convirtió en un área clásica en etnología, y una importante especialización regional y temática se centró en el estudio de sociedades organizadas en torno a las comunidades mínimas de la llamada “tercera edad”. ¿Qué pasa en este sentido con la danza y sus ejecutantes que mimetizan ritualmente actividades como las anteriores desde su génesis? La reflexión es nodal, sin darle la vuelta ni periferias.

Escribe Mirta Blostein y nadie mejor que ella para definir dado su estudio y rigor académico para estimular a quienes busquen conmoción, sorpresa y entrañabilidad en la escena como es el caso de este unipersonal con gran calado de reflexión:  

La posibilidad de ser desde el lugar del movimiento. La posibilidad de suavizar heridas, apapachar las arrugas, reconocerse en el cuerpo cambiado, con achaques, con formas y redondeces que antes no estaban. Encontrarse en esta realidad sin despreciarla. Valorar, comprender, finalmente, poder aceptar que todavía se tiene un tramo de vida “y no morirse antes que la muerte llegue”.

Vuelve el Varsovia

En el escenario del nuevo y hermoso Teatro Varsovia. A unos pasos del Ángel de la Independencia no se pierdan el cierre de temporada de esta pieza inolvidable, de esta marca ritual.

Con el apoyo y la producción del Centro Nacional de las Artes en el marco de la conmemoración de los 25 años. 

Creación, interpretación y dirección: Mirta Blostein.
Duración: 50 minutos aproximadamente.
Teatro Varsovia: Varsovia 9, casi esquina con Paseo de la Reforma


Para Mirta Blostein, cada etapa de la vida contiene una complejidad difícil de transmitir, pero es en la vejez donde los estereotipos pueden condenar al silencio.

Funciones: Mayo 28 a las 18:00 hrs
Costo: $200 en taquilla y Ticketmaster
Descuentos: 20% a estudiantes y maestros; 30% a INAPAM.
Promoción de preventa: 2×1 en Ticketmaster