Otomíes exigen consulta para gasoducto Tuxpan-Tula

Otomíes, gobernados por Consejo de Ancianos, exigen ser reconocidos como pueblos indígenas y se haga consulta sobre gasoducto Tuxpan-Tula.

Por Leticia Animas

Regeneración, 23 de julio del 2018. Honey, Pue.- Dicen que Andrés Diego Vargas, autoridad de Chila de Juárez en el municipio de Honey, es “empleado” de la empresa TransCanada a la que promocionó con un perifoneo por todo el pueblo para animar a sus gobernados a que visiten las obras del gasoducto Tuxpan-Tula que ya se construye en territorio veracruzano y acepten la instalación de la tubería.

Quienes hacen esta denuncia son los habitantes de Chila, la tierra del “caracolito en abundancia”, que aseguran que su presidente auxiliar anduvo este domingo 22 de Julio llamando a quien lo quisiera escuchar a hacer un viaje “todo pagado” para conocer las obras que el corporativo canadiense hace en el norte de Veracruz para transportar 889 millones de pies cúbicos de gas natural desde el sur de Texas hasta una termoeléctrica de CFE ubicada en Tula, Hidalgo.

Aunque no lo pueden precisar con exactitud, los pobladores creen que don Andrés Diego recibió dinero de TransCanada, que aquí se presenta como Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, porque nomás de repente cambio de actitud: “él se había comprometido a defender los derechos de las comunidades e incluso firmó un documento en donde rechazó la instalación del gasoducto, luego se echó para atrás”.

En cambio, los otomíes que habitan Chila de Juárez se siguen oponiendo al paso de la tubería que, aseguran, dañará sus terrenos y sus mantos acuíferos y los pondrá en riesgo.

Para hacer valer sus derechos como pueblo originario interpusieron un Juicio de Amparo contra la decisión de la Secretaría de Energía de negarles su derecho a la consulta pública prevista en el artículo 6 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, pero deben demostrar su condición de indígenas para poder dar a conocer su decisión.

Aunque no hay un registro de la fecha de su fundación, se sabe que Chila fue un enclave totonaco-otomí sometido por la Triple Alianza en el siglo XV, sus habitantes siguen hablando la lengua hñahñu y practicando las danzas agrícolas como las de los Quetzalines, Tejoneros, Tejedores y Huehues, además de que el Consejo de Ancianos sigue normando gran parte de la vida comunitaria.

Pese a ello la SENER “no los consideró” como pueblo indígena y por ello quedaron fuera de la consulta a la que debe someterse el gasoducto Tuxpan-Tula, antes de iniciar cualquier trabajo para su construcción.

A esto se suma que, por mantener su rechazo al megaproyecto, han recibido amenazas del alcalde Cirilo López López, quien quiere obligarlos a que acepten la colocación de la tubería y prevén que las cosas no cambiarán con el cambio de autoridades en octubre próximo, porque fue el priista Ángel López, hijo de don Cirilo, quien resultó electo como presidente municipal.

En la defensa de sus derechos al territorio, al consentimiento y a la consulta, los habitantes de Chila de Juárez se entrevistaron el año pasado con representantes del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y han mantenido su oposición a la tubería que tendrá más de 260 kilómetros de longitud.

Al presidente municipal, recuerdan, “todo el pueblo le dijimos en su cara, que no queremos el gasoducto por nuestra región y que no los vamos a dejar pasar”.

“Si dejamos que pase el gasoducto –señalaron- se afectarán los mantos acuíferos que abastecen a las comunidades, incluso las del vecino municipio de Pahuatlán”.

Chila es una población habitada por unas mil 500 personas dedicadas a la agricultura, y se encuentra ubicada a 1.5 kilómetros de Honey, la cabecera municipal, hace unos años sus habitantes se hicieron famosos tras filmar un documental de 17 minutos en el que mostraron el ritual completo de Los Voladores en el Festival Internacional de Cine del Caribe y Latinoamérica en la Universidad de Pittsburgh.

Ahí, Agustín Rafael Pérez, “Don Rafa”, recibió un reconocimiento por su labor incansable para difundir y preservar esta tradición entre los habitantes de esta población donde además hay una escuela para niños y jóvenes que aprenden las artes de “los hombres pájaro”, donde hoy, además, dedican su tiempo a la defensa de su territorio frente a los megaproyectos