Aviones sobrevolando un monstruo, cartografía la vida de Daniel Saldaña París

Daniel Saldaña París incursiona en el género autobiográfico con Aviones sobrevolando un monstruo una recopilación de nueve crónicas que ilustran diversos momentos y lugares que marcaron la vida del escritor; un volumen, por momentos, ilusorio, sobre la vida del autor “diferente” en el que la duda, la exageración y el tránsito por sus adicciones delinean un escrito, por lo menos, interesante

RegeneraciónMx.- “Pero toda beca se acaba. Una vez que empecé a trabajar como editor de una revista literaria pensé que en el fondo no estaba tan mal dedicarme a eso. Podía escribir un poco durante la semana más floja, inmediatamente después del cierre de edición. Podía pedirles textos a todos los autores que me interesaban. Vaya me pagaban por leer poesía, dentro de todo, no estaba tan mal. Pero esa ilusión duró poco: la revista era un nido de víboras. Editar cada número era como bailar con hienas. Escritores afines al poder político repartiéndose un prestigio imaginario y macerándose en la mediocridad de una prosa que, como mucho, aspiraba a una pálida eficiencia. No eran los únicos, pero sí la mayoría”, relata Daniel Saldaña París en Aviones sobrevolando un monstruo (Anagrama, 2021), un volumen que recopila nueve crónicas personales del autor, de 38 años, a su paso por la Ciudad de México, Madrid, Estados Unidos, Montreal o La Habana.

El amor/odio hacia la Ciudad de México, en su patria natal, el ruido de los aviones que surcan una ruta definida sobre las residencias que habitó o por las que pasó, en la colonia Roma o la Narvarte, su adicción a las drogas así como su posición de escritor “blanco, relativamente heterosexual”, procedente de una sólida clase media, constituyen las líneas narrativas de Saldaña París en la que sería su primera obra de non fiction, con la que, por momentos, mientras leemos esas perfectas escenas en las que el autor se droga con medio LSD o en las que poéticamente observa venados mientras escribe, no podemos dejar de pensar en los relatos ficcionados de la vida de Jack Kerouac sobre la carretera o evocar algunas de las escenas figurativas que Malcom Lowry, a quien dedica un capítulo, montó en Cuernavaca, y entonces preguntarnos ¿estamos frente a una obra más del autor rebelde e incomprendido que aspira a la redención a través de su escritura, una nueva versión de lo ya escrito?.

Pero en Aviones sobrevolando un monstruo, Saldaña París no da tregua e hila nueve crónicas, perfectamente armónicas y escritas en diversas épocas de su vida, a base de una honestidad brutal hacia su mundo creativo y su devenir como escritor, exponiendo sus debilidades y sus amores, la parte del relato de su vida que él elige contar. Pone un orden a su realidad para dejarnos ver, en algunos momentos, la precaria vida de quienes no ostentan la escritura por linaje, las diferencias y luchas de poder que ocurren en el mundo editorial, la manera en la que él mismo accede a escribir algunas de las nueve crónicas, por encargo, y otras en las que se une al frente de los escritores fantasma.

Indaga en sus experiencias sobre el amor o la emigración y la reconstrucción engañosa que hace la memoria de lo que ya ocurrió. A lo largo de nueve relatos comprobamos que una autobiografía es necesariamente un relato de ficción, plagado por el olvido y la memoria que reconstruye y reescribe los momentos que nos marcaron.

Sin duda, uno de los méritos de la obra, es la honestidad personal con la que Saldaña logra contar algunos momentos de su vida, siempre plagada de referencias literarias, en Aviones sobrevolando un monstruo, el escritor traza un cartografía de su vida a veces ilusoria.

Se trata de la primera incursión del autor en el género biográfico, y su última obra publicada, anteriormente lanzó el libro de poemas La máquina autobiográfica, y las novelas En medio de extrañas víctimas y El nervio principal.