Fallece Samuel Ruíz, pastor de la paz justa y digna

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Se fue el Tatic

 

De pueblos lejanos llegan cientos a San Cristóbal para despedir a su principal defensor

Recibe el mejor homenaje: el de los indios
 

San Cristóbal de las Casas, Chis., 25 de enero. Es interminable el río de personas que desfilan ante el féretro del Tatic Samuel Ruiz García. Miles, de toda edad o condición social, asoman a la ventana para verlo por última vez. Es altamente probable que todos lo hayan conocido antes, o al menos visto en persona, y quizás tocado.

Desde la madrugada, cuando llegaron sus restos a la catedral, buena parte de la población de esta ciudad ha venido a verlo. Se ha visto a ex funcionarios de distintos gobiernos. Gente llegada de otros estados. Y muchos indígenas. Primero de los municipios vecinos como Zinacantán y San Juan Chamula. Más tarde de San Andrés, Huixtán, Altamirano, Amatenango del Valle, Comitán. Y luego Salto de Agua, Sabanilla, Palenque. Un río de gente estremecida. Algunos acarician el cristal, lo besan o dicen algo en voz baja, nada más para el Tatic.

En las celebraciones religiosas han estado los párrocos claves en la construcción de la iglesia indígena, que es el legado social, y no sólo religioso, de Ruiz García. Fueron controvertidos cuando estuvieron en las parroquias de Simojovel (Joel Padrón), Tila (Heriberto Cruz Vera), Miguel Chanteau (Chenalhó), Gonzalo Ituarte (Ocosingo). Una generación de curas políticos: el que no preso, expulsado por Migración, amenazado por los ganaderos o calumniado en los medios locales.

Han sido testigos del extraordinario proceso social de los pueblos mayas chiapanecos en los pasados 30 años. En términos simbólicos, lo son hoy una vez más. Asímismo, en el atrio y la catedral se encuentran presentes miembros de organizaciones como Xi’Nich, Aric y Las Abejas, cuyas luchas precedieron, anticiparon o acompañaron el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Una figura de especial significado es Raúl Vera, obispo de Saltillo, por unos años coadjutor de Ruiz García. Tuvo, como el propio Tatic, su camino a Damasco. Al conocer los pueblos de Chiapas se cayó del caballo, como el Saulo del pasaje bíblico leído anoche al llegar el féretro a la catedral. Vera es su sucesor en el puesto del obispo católico más incómodo para el poder en todo el país.

De todas partes

Viene de lejos el homenaje de los indígenas chiapanecos al Tatic (padre, en tzeltal), que hoy convergen por miles en la catedral consagrada al santo católico de los viajeros, San Cristóbal. Viene de décadas atrás, y de todas las regiones indias de Chiapas. Desde la madrugada han arribado grupos de fieles desde Simojovel, Chenalhó, Chilón, Ocosingo, Tila, Las Margaritas, Motozintla. De las esquinas más ocultas del alguna vez rincón más olvidado de la patria, como expresaron los zapatistas en 1994.

Hoy se celebraron varias misas; a mediodía y al anochecer las más solemnes. Organizaciones políticas y sociales, grupos parroquiales, comunidades tzeltales, tzotziles, choles, mam, tojolabales, una vez más dan color al paso de Ruiz García, quien como radioaficionado se identificaba como El Caminante. Durante las décadas de su presencia episcopal visitó la mayor parte de ellas. Aún no existían las carreteras y brechas que trajo la guerra a estas tierras, pero el Tatic llegaba. A pie o a lomo de bestia. Hoy son esos pueblos los que llegan, y mañana habrán de enterrarlo aquí mismo, en la catedral que ocupa el centro de esta ciudad históricamente hostil a ellos.

En 1982 sucedió una terrible matanza de indígenas en Wolonchán (Chilón). En aquella época no había quién contara los muertos, como dijo alguna vez Andrés Aubry. Más de 50 víctimas olvidadas. Más que en Acteal, ocurrido en 1997, cuando la noticia dio la vuelta al mundo, puso a temblar al gobierno de la República y sigue siendo una herida viva. Chiapas ya era otro, y don Samuel tenía gran mérito en ello. Los indios ya contaban. No en balde aquí es una de las cunas de la conciencia moderna de los derechos humanos.

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Mientras depositaban veladoras y flores junto al féretro, los indígenas hablaban y rezaban con el Tatic

Precursor en la materia a escala nacional, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, o Frayba, fue creado a finales de 1988 por el propio Ruiz García, y lo presidió hasta este lunes. El Frayba expresa hoy: En su incansable lucha por la defensa de los derechos humanos fue inspirador y guía de varias organizaciones civiles y de procesos sociales en la construcción de la justicia, mediador en los diálogos entre el EZLN y el gobierno mexicano, un gran teólogo de la liberación e impulsor de la teología india. Fue candidato al Nobel de la Paz y recibió distintos reconocimientos por su trabajo en la defensa de los derechos humanos.

El Frayba ratifica su compromiso de caminar al lado y al servicio del pueblo pobre, excluido y organizado que busca superar la situación socioeconómica y política en que vive, tomando de él dirección y fuerza para contribuir en su proyecto de construcción de una sociedad donde las personas y comunidades ejerzan y disfruten todos sus derechos a plenitud.

Nataniel Hernández Núñez, representante del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, con sede en la ciudad costeña de Tonalá, manifestó: “el Tatik Samuel nos ha dejado un legado por la lucha y la defensa de los derechos humanos, y por la justicia. Por ello, los integrantes de este centro seguiremos los pasos de El Caminante y cuidador de los pueblos para seguir el proceso de paz, justicia y respeto de los derechos humanos de los pueblos en Chiapas”.

Ha sido notable la participación en las exequias de don Samuel de los tres niveles de gobierno.Por lo demás, se dejaron ver ex miembros de la Cocopa histórica y de la disuelta Conai, todos amigos del Tatic.

La prensa chiapaneca se volcó en el reconocimiento a Ruiz García. Lo mismo hizo la primera plana del PRI local: Sami David, la senadora María Elena Orantes y la alguna vez secretaria de Gobierno Arely Madrid Tovilla, responsable de la política contrainsurgente de Roberto Albores Guillén. Tampoco para ellos es un secreto que sin el Tatic sería imposible entender la historia moderna de Chiapas, y que su legado los sobrevivirá a todos ellos.

(Foto Víctor Camacho, Hermann Bellinghausen,Periódico La Jornada, Miércoles 26 de enero de 2011, p. 3)

 

Caminante, tu ejemplo de vida nos acompaña siempre”:

palabras de despedida del pueblo

Junto al ataúd, miles agradecen a Samuel Ruiz por darles voz

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En la catedral de San Cristóbal de las Casas miles de indígenas lanzaron vivas y aplaudieron en homenaje al obispo emérito Samuel Ruiz García.Foto Víctor Camacho

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Foto Víctor Camacho
 
Desde la madrugada de este martes hombres y mujeres formaron una fila para decir adiós al Caminante, que será sepultado hoy al mediodía*
 

San Cristóbal de las Casas, Chis., 25 de enero. Miles de personas desfilaron frente al féretro del obispo emérito Samuel Ruiz García, que desde la madrugada de este martes fue colocado en la catedral para ser velado hasta el miércoles al mediodía, en que será sepultado.

Acompañado por familiares y amigos, el cuerpo de el Tatic (padre, en tzeltal) fue recibido en la catedral local a las 0:55 horas de este martes en medio de vivas y aplausos de cientos de católicos.

Entre una valla humana, flores y velas, el féretro color café fue ingresado al recinto religioso en medio de consignas como Zapata vive, la lucha sigue, y con la entonación de la canción Amigo, del brasileño Roberto Carlos, fue recibido por sus seguidores, que desde las 19 horas esperaban su llegada.

Enseguida los obispos de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel; su auxiliar, Enrique Díaz Díaz, y el de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, quienes esperaron el cuerpo en la puerta principal de la abarrotada catedral, celebraron una misa de cuerpo presente junto con varios sacerdotes.

Una vez colocado el ataúd frente al altar mayor, Díaz Díaz, quien presidió la celebración, pidió a los católicos “dar gracias al Señor porque nos ha manifestado su amor en el Tatic Samuel”, quien ha elevado su voz y nos ha despertado, y por las voces que se eleven hoy como sujetos de su propia historia.

Concluida la misa a las 2:00 horas de este martes, comenzó una larga fila –de indígenas y mestizos– que no ha cesado desde esa hora para ver el rostro de Ruiz García a través del cristal del féretro, que es besado por muchos, en medio del llanto.

Hombres y mujeres indígenas de diferentes grupos étnicos fijan su mirada en el rostro del obispo –quien hoy cumpliría 51 años de su ordenación episcopal–, le hablan y le rezan en su lengua y luego depositan una veladora junto al altar.

Decenas de coronas enviadas por gobernantes, políticos, organizaciones indígenas, campesinas y no gubernamentales han inundado el recinto, pero también muchas personas de condición humilde depositaron una sencilla flor. Tatic: tu ejemplo de vida nos acompaña siempre, dice una de las varias mantas de agradecimiento colocadas en el templo.

A la misa celebrada a las 12 horas de hoy asistieron con ramos de flores blancas varios ex refugiados guatemaltecos, que en 1982 fueron acogidos por Ruiz García en el campamento La Gloria, municipio de La Trinitaria.

Durante la madrugada ingresó a la catedral una comitiva de políticos encabezada por el panista Luis H. Alvarez y el gobernador Juan Sabines Guerrero, quien el lunes por la noche proporcionó el avión del gobierno del estado para trasladar el cadáver desde la ciudad de México .

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Las muestras de agradecimiento fueron muchas, pero en el ambiente lo que más sobresalió fue la tristeza.Foto Víctor Camacho

Alvarez dijo que el obispo, originario de Irapuato, Guanajuato, fue un hombre ejemplar, que con su paso por la tierra nos ha enseñado cuál debe ser la actitud de cada uno de nosotros. Fue un verdadero ejemplo que nos llama a comprender cuán obligados estamos a tratar de servir al prójimo.

El gobernador sostuvo que una forma de honrar su memoria sería que se cumplan cabalmente los acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en febrero de 1996.

A la misa del mediodía asistió el secretario de Gobierno estatal, Noé Castañón León –además de Alvarez y varios miembros del gabinete estatal–, quien informó que el gobierno de Chiapas rendirá un homenaje al obispo en cuanto concluya el sepelio.

Don Samuel deja una huella muy poderosa e indeleble en nuestra tierra; es un gran jerarca de la Iglesia católica, pero más que eso es un ser humano que supo entregar su vida a una de las causas más nobles, como atender a los más necesitados, a los que más carencias tenían, especialmente a la comunidad indígena de Chiapas; supo enseñarle a los pueblos indígenas que se vale pedir, inconformarse y no callar para hacer respetar sus derechos, pero dentro de la paz, aseveró Castañón León.

Sacerdotes que colaboraron de cerca con el prelado destacaron en la homilía sus cualidades de profeta que nos ha marcado con una huella muy profunda que nadie podrá borrar; su presencia fue un regalo de Dios a la Iglesia universal, latinoamericana y a esta diócesis.

Después de desfilar frente al féretro, la mayoría de las personas acude a ver la cripta que está lista para recibir el ataúd este miércoles en la parte posterior del altar principal. Desde hace un mes la diócesis tramitó los permisos y comenzó a construirla.

El obispo Felipe Arizmendi informó que si la familia está de acuerdo en que los restos de Luz María, hermana inseparable de don Samuel, que el pasado 20 de enero cumplió seis años de muerta, sean colocados junto a él, serán cambiados de una cripta que está en otra área de la catedral.

Adelantó que en la cripta será colocada una placa con la frase: Edificar y plantar para que venga el reino de Dios, de justicia, de amor y de paz, con la que Ruiz García concluyó la homilía hace exactamente un año, al celebrar el 50 aniversario de su ordenación episcopal.

Indicó que es una providencia que los restos del Tatic llegaran la misma fecha en que hace 51 años él arribó para tomar posesión de la diócesis.

* (Elio Henríquez, Corresponsal,  Periódico La Jornada, Miércoles 26 de enero de 2011, p. 2)

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