‘Jueces sin rostro’, estrategia motivada por el asesinato del juez en Edomex

Luego de la muerte del juez Vicente Antonio Bermúdez Zacarías de un balazo en la cabeza, ya se analiza si es que se existen las condiciones de seguridad adecuadas para que los jueces cumplan con su tarea.

 

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Regeneración, 19 de octubre de 2016.- El debate sobre si hay suficientes condiciones de seguridad para los jueves que emiten veredictos en casos relacionados con el crimen organizado, se abrió luego del asesinato de un juez en el Estado de México.

El juez Vicente Antonio Bermúdez Zacarías, quien emitió sentencias relacionadas con casos de narcotraficantes como Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue asesinado miestras hacía ejercicio cerca de su casa en Metepec, Estado de México.

Por esta razón, el ministro Jorge Pardo Rebolledo y la ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Olga Sánchez Cordero, señalaron que se debe analizar la propuesta de los jueces sin rostro, medida que cuidaría el anonimato de los jueces.

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Sin embargo, para que se pueda instaurar esta medida, debería hacer una reforma legislativa que los permita.

Este tipo de medidas no es nueva, se utilizó antes en Perú en 1981 cuando se combatía la presencia del grupo Sendero Luminoso; y años después se implementó en Colombia cuando los jueces se enfrentaban a las FARC y narcotraficantes.

Pero no es la primera vez que se discute la posibilidad, según Erubiel Tirado, coordinador de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana.

“En la década pasada se discutió esta situación pero en el poder judicial se decidió que no era necesario. Lo que hicieron fue potencializar los esquemas de seguridad. El hecho de que se optara por mayor protección, también implica mayores recursos destinados, que fue lo que se hizo”, detalló, para luego agregar.

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“México es un Estado deficiente en términos institucionales, por lo que una medida así simplemente acallaría conciencias pero no daría una solución concreta. Tenemos precedentes de importar figuras que luego resultan obsoletas porque se enfrentan a la realidad de la corrupción. Necesitamos una visión integral, una cuestión estructural”.

Vía Univisión.