VIDA Y OBRA DE VLADIMIR KIBALCHICH RUSAKOV (VLADY)
ESCRITO POR: FERNANDO BECLOP
Vladimir Kibalchich Rusakov nació́ en Petrogrado (que posteriormente se convertiría en Leningrado, y que actualmente se llama San Petersburgo), el 15 de junio de 1920, en el seno de una revolución, hijo de Víctor Serge, el gran escritor que a través de su pluma nos narró las revoluciones traicionadas por el régimen Stalinista.
Su padre Víctor Kibalcich, fue un gran novelista, ensayista y poeta ruso nacido en Bruselas, escribía en Francés bajo el nombre de Víctor Serge. Durante su estancia en Paris en los años veinte se dedicó plenamente al periodismo, fue por medio de su pluma y su manera de abordar los temas que atrajo de inmediato la atención hacia los escritores soviéticos del momento, abordando temas como el comunismo y la guerra en China. Su relación con Lenin fue estrecha a tal grado de participar en la creación del Kominterm o mejor conocida como la III Internacional.
Su madre, Liuba Rusakov, procedía de una familia de anarquistas judíos emigrados a Francia, de tal suerte que conoció a su padre Víctor Serge, en el barco que los llevaba a la Unión Soviética, el país de la revolución. Bien recibidos como lo fueron entonces muchos anarquistas, Víctor y Liuba se establecieron en el Astoria, el famoso hotel convertido en residencia de revolucionarios. Ahí nació Vlady, a quien le gustaba contar que se había orinado en Lenin, porque el jefe bolchevique lo había cargado de bebé.[1]
Liuba trabajaba como estenógrafa en la oficina de Zinoviev, Víctor en ese entonces ya estaba como un funcionario de la III Internacional. Una foto de principios de los años veinte, tomada en Viena, muestra a Vlady niño retratado con algunos compañeros de su padre, entre los cuales se reconoce a Antonio Gramsci.
Vlady creció rodeado de ideas, libros y cultura universal, en el crisol de ese gran laboratorio espiritual que era la Rusia de entonces. En casa se hablaba francés y ruso, pero también español, ingles, alemán y los muchos idiomas en que se expresaban los innumerables visitantes procedentes de los cuatro rincones del mundo. Su infancia estuvo marcada por la presencia de grandes poetas como Pilniak, Mandelstham y Babel, escritores de fama internacional como Panaït Istrati y Nikos Kazantzakis, disidentes tempraneros como Emma Goldman y Alexander Berkman, anarquistas místicos como Pierre Pascal, hombres de poder y opositores, bolcheviques del primer circulo y bolcheviques de a pie. [2]
Para 1933 surgen una serie de acontecimientos que cambiarían completamente la vida del joven Vlady. Su padre Víctor Serge es deportado por Stalin. Vlady sigue los pasos de su padre acompañándolo al destierro en Orenburgo (frontera con Siberia), tres años más tarde la familia de Víctor Serge es obligada a abandonar Rusia para siempre, la única opción era huir hacia Europa, donde la familia permaneció durante seis años, buscando las condiciones de subsistencia necesarias.
Para el año de 1942 a Víctor Serge se le presenta la oportunidad de salir de Europa junto con su familia. Una vez cruzado el Atlántico la familia se aposta breves periodos de tiempo en la isla Martinica, en Santo Domingo y Cuba, pero el destino los traería a México, país que era muy conocido por dar cobijo a exiliados de todas partes del mundo, como de España, Alemania, Italia, Rusia etc, ejemplo de ello podemos mencionar a personalidades como León Trotsky, Fidel Castro, José Gaos, Luis Buñuel entre muchos otros.
Sin embargo la salud de Víctor Serge se fue deteriorando progresivamente, a consecuencia de la vida de persecución y exilio, así como de los períodos que paso en prisión tanto en Francia y Rusia. Víctor Serge disfrutaría solo una estancia de cinco años en México, libres de persecución y ostracismo; cinco años que dedicó para continuar con esa labor incansable de poeta, periodista, ensayista y critico, dejando testimonio de lo vivido y sufrido, de tal manera que llegado el año de 1947 fallecería a la edad de 57 años en la Ciudad de México, de un ataque cardiaco.
Por su parte la madre de Vlady, Liuba Rusakov de igual forma que Víctor Serge, agobiada por las persecuciones, y el destierro de toda la familia, sufrió de diversos desordenes psiquiátricos, los cuales no pudo superar y que finalmente la llevaron a la muerte en el año de 1985, al sur de Francia.
Vlady empezó a dibujar desde la infancia, visitaba el museo de arte de L´Hermitage, despertaron su vocación las obras de los pintores renacentistas y especialmente de los venecianos del siglo XV. A su llegada a México, Vlady se dedicó a explorar el país, para asimilarse a la tierra y a la cultura en que iría a vivir por el resto de su vida, fue en este contexto en el cual se dedico a dibujar paisajes campiranos y pueblerinos que daban testimonio de su diestro manejo de la perspectiva y observación.
Sin embargo a pesar de este gran talento, desde la perspectiva de la escuela mexicana, no aportaba en nada a las expresiones artísticas del momento, muchos artistas que llegaron a México a fines de los años treinta y principios del cuarenta a causa de la guerra civil española, de la persecución fascista y del nazismo, no representaron la vanguardia europea aún cuando algunos venían ya formados, su relación con la llamada escuela mexicana se torno distante y excluyente durante un gran periodo.
Para el año de 1952 Vlady ya era conocido como un excelente retratista y por sus exposiciones tanto en México como en el extranjero, en compañía de otros artistas como el pintor Alberto Gironella y Josep Bertoli fundan la galería Prisse la cual tenía como principal objetivo reunir a las nuevas generaciones que consideraban que el muralismo mexicano, acaparado por los tres grandes, debería de tomar un nuevo enfoque, dándole una oportunidad a jóvenes de mostrar sus propuestas sin la critica de la escuela mexicana que tendía a descalificar toda expresión artística fuera de su concepción.
A pesar de que la galería Prisse no duro más que un par de años, dio pie para que otras galerías de este corte pusieran en marcha un movimiento que propiciaban el acceso a una generación excluida tanto de artistas mexicanos como de extranjeros que representaban el lado B de un movimiento muralista que poco a poco iba perdiendo la batalla ante este tipo de expresiones que experimentaban con un lenguaje vanguardista europeo, que sin lugar a dudas daban muestra de la calidad de producción y del manejo de diversas técnicas, mismas que Vlady perfeccionó a lo largo de su vida, y que podemos disfrutar a través de sus cuadernos y murales.
Uno de los momentos más importantes en la carrera de este pintor Ruso – Mexicano sin duda fue la encomienda que el Gobierno Mexicano le hizo en torno a un proyecto que constaba de la realización de un mural de 2000m2 en los muros interiores de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico. Pese a que uno de los aspectos más criticados de la escuela mexicana fue su patrocinio gubernamental, Vlady accede a dicho encargo oficial en el año de 1972.
En este trabajo que duro de 1973 a 1982 consumo su visión de todas las revoluciones: la de Cromwell, la de Lenin, la Norteamericana, la Francesa, y las de América Latina, además de la Cristiana, la Musical, y la Freudiana, dicha contemplación abrumadora sin duda exige recorrer el vía crucis del ex–templo como si fueran las estaciones de las luchas históricas del poder, no solo compendia su pensamiento político–mitológico, sino que demuestra su dominio del fresco y del oleo en un formato monumental. [3]
Vlady a través de esta monumental obra habla de lo bárbaro y civilizado, lo tiránico y lo libertario, en dichos murales Vlady no hace predicciones ni da soluciones, se limita a constatar simplemente un hecho.
Vlady a través de estos 2000m2, hizo patente una guía de acción histórica por la cual el devenir histórico se ha materializado a través de tinta generando un conjunto de revoluciones y reacciones que nos llevan a la reflexión, y sobre todo a la critica de lo ya establecido.
Para el año de 1975 viaja a Cuba en compañía de José Revueltas y otros intelectuales mexicanos. Estando en Cuba sostuvo una reunión con Fidel Castro al cual retrató con la técnica gráfica de punta seca.
Vlady llenó cientos de cuadernos de bocetos y obras de arte, costumbre adquirida desde niño gracias a los consejos de su padre. En total podemos hablar de un acervo de miles de paginas con obras en miniatura y de gran formato que tienen un valor inestimable. Pagina tras pagina los cuadernos nos proporcionan la clave para entender las obras monumentales de Vlady.
Desde junio de 2007, más de mil de estos cuadernos están resguardados en el centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México que se ha comprometido a emprender una labor de documentación, investigación y difusión de la obra del pintor Ruso-Mexicano y de su padre el escritor Víctor Serge, sin embargo a pesar del compromiso, que se firmó en aquel año, la digitalización de los cuadernos no se ha hecho manifiesta dado a que en la base de datos del centro Vlady solo es posible la visualización de 31 cuadernos con un contenido por cuaderno de 25 a 30 paginas cada uno.
Seria bueno dejar a la reflexión una pregunta muy simple ¿Por qué Vlady no ha sido reconocido, como uno de los grandes pintores Mexicanos?
Bibliografía
– VLADY, Dibujos Eroticos, 1977, México, pp.75.
– VLADY, Los Creadores y las Artes, Los Cuadernos de Vlady, UNAM,1985, pp.103.
– Albertani Claudio, Vlady Las Revoluciones y los Elementos, FCE, 2011, pp.75.
– Emerich Carlos, VLADY/Sketchbook 1966, FCE, 2006.
– Albertani Claudio, Victor Serge y los Años sin Perdón, 2005, pp.3
– Panaït Istrati, ¿quién es Vlady? Y por que es importante saber, 2000, pp.15.
[1] Panaït Istrati, ¿Quién es Vlady? (y por qué es importante saber), p.2.
[2] ibídem p. 2.
[3] Emerich Carlos, VLADY, Sketchbook 1966, FCE, 2006, p.9