Testimonio de la destrucción por fracking

fracLos estados afectados son: Coahuila (47 pozos), Nuevo León (182 pozos), Puebla (233 pozos), Tabasco (13 pozos), Tamaulipas (100 pozos) y Veracruz (349 pozos). 

Regeneracion,  24 de junio de 2015. (Sididh) “Nuestra forma de vida se encuentra amenazada” por el fracking, declararon pueblos, comunidades, organizaciones, movimientos, sindicatos, mujeres y hombres de 11 estados del país, quienes se reunieron el 21 de junio en el Ejido Emiliano Zapata, en Papantla, Veracruz. Se solidarizaron con esta población, que ya padece los efectos de la fractura hidráulica, y anunciaron que defenderán su territorio.

Las y los asistentes al encuentro manifestaron que son testigos de la amenaza que sufre todos los días esta comunidad por la presencia de varios pozos de extracción de hidrocarburos y  tres turbinas de compresión, con sus respectivos pozos de venteo, que afectan la salud humana y ambiental de esta zona. “Hemos escuchado desde distintas voces de la comunidad cómo, en ocasiones, la columna de fuego que asoma de estos pozos alcanza decenas de metros de altura, anulando con su brillo la noche y ensordeciendo con su ruido cualquier otro sonido. Responsabilizamos al gobierno y a PEMEX por estas acciones. Estamos informados que tan solo en Papantla, desde 2003 a la fecha, han sido perforados 172 de los 349 pozos e telajpaj chiwis (totonaku), kitlapanas tetl (nahuatl), ka poko antújub (téenek), jantu kapukutut´iki kint´unk´an (tepehua), fractura hidráulica (castilla) o como dicen los de habla inglesa, fracking”, abundaron.

Quienes integran la Coordinadora Regional de Acción Solidaria en Defensa del Territorio Huasteca-Totonacapan (CORASON) señalaron que el panorama que compartieron durante el encuentro es sólo una parte de un plan energético “orquestado desde las grandes corporaciones nacionales y extranjeras con la complicidad del Estado mexicano para perpetrar el despojo, devastación y exterminio de la vida”. Denunciaron como responsables del “genocidio” que se vive a los distintos niveles  de gobierno, a los capitales monopólicos nacionales y a las empresas extranjeras.

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Las y los activistas lanzaron al Estado mexicano y a las empresas que “nuestras tierras, territorios, ríos, cuencas, salud y vida no son una mercancía; que para nosotros/as, hijos de la tierra, la vida digna no tiene que ver con eso que ellos llaman ‘progreso’, ‘desarrollo’ o ‘crecimiento’. Que los pueblos de la sierra, valles, costas y llanuras no permitiremos la entrada a ningún proyecto de muerte (hidroeléctricas, trasvases de cuencas, gasoductos, minería, deforestación, fracking o transgénicos) a nuestros territorios”.

 En su pronunciamiento, CORASON se solidariza con todas las luchas en contra de los “proyectos de muerte. Sabemos que sólo con organización y articulación con otros pueblos, luchas, realidades, siendo un solo CORASON, podremos hacer frente al despojo. Llamamos a los compañeros y compañeras que en las ciudades también están siendo afectados a sumarse y articularse con luchas de resistencia y en la defensa del territorio mexicano”.  Denunciaron la persecución y criminalización de las y los cuidadores de los pueblos y de la madre tierra; “en específico la campaña de persecución y criminalización de los compañeros Gumercindo González, Felipe Gutiérrez, Guillermo Rodríguez y Julián Ramírez”.

“Defenderemos con dignidad y con nuestra vida este territorio, regalo de la naturaleza y de nuestros ancestros”, asentaron en el pronunciamiento. “Somos todos los elementos desde los cuáles construimos nuestra identidad y transcribimos la profunda riqueza de nuestra experiencia de lo humano”.

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A inicios de junio, la Alianza Mexicana contra el Fracking -con información de CartoCrítica- dio a conocer que al menos 924 pozos han sido perforados desde 2003 en México mediante la técnica de fractura hidráulica; advirtió que no se toma el consentimiento de las comunidades afectadas y que no hay reglamentación específica “que vigile esta práctica altamente contaminante y dañina para la salud”. La organización insistió en que esta práctica se debe prohibir por sus altos impactos ambientales. Señaló como particularmente preocupante que, aun cuando se trata de una práctica prohibida en varios países y regiones del mundo por sus irreversibles impactos, en México no se esté generando información sobre sus potenciales impactos ambientales y sociales, ni se esté vigilando su desarrollo.

Los estados afectados por esta práctica, ahora promovida por la reforma energética, son: Coahuila (47 pozos), Nuevo León (182 pozos), Puebla (233 pozos), Tabasco (13 pozos), Tamaulipas (100 pozos) y Veracruz (349 pozos). Tan solo en el municipio de Papantla, sede del encuentro, se han perforado 172 de ellos.