LA SUBASTA DE MÉXICO

El sexenio de la corrupción



Empresas de Holanda, Japón, EU, Alema­nia, Canadá, Francia o Antillas Holande­sas han sobornado a funcionarios de Pemex, CFE, Secretaría de Salud, Direc­ción General de Aduanas, Luz y Fuerza del Centro para conseguir contratos. Eso es lo que se sabe, pero hay mucho más. El de Felipe Calderón es ya el sexenio de la corrupción.

Mientras en EU hay un juicio contra ABB de Suiza, por sobornar a Néstor Moreno, bra­zo derecho de Alfredo Elías Ayub, por contra­tos de 100 millones de dólares, en México, Calderón garantiza impunidad a sus amigos.

1. Siemens de Alemania pagó millones de dólares a funcionarios de Pemex por modernizar refinerías.

2. Orthofix de Antillas Holandesas, hizo pagos ilegales a funcionarios del Sec­tor Salud.

3. Blackfire de Canadá, acusada del ase­sinato de Mariano Abarca opositor a la mina en Chicomuselo, Chiapas, pagó al alcalde a cambio de permisos a la mina.

4. Syncor de EU, la farmacéutica pagó a funcionarios de hospitales públicos por adquirir sus productos.

5. Areva y Alstom de Francia pagaron 40 millones de dólares a Alfonso Caso director de LyFC.

6. Pardigm de Holanda obtuvo contra­tos de Pemex con sobornos por 1.4 millones de dólares.

7. Crawfort Enterprises INC de EU compró contratos de Pemex por 230 millones de dólares.

 



La Subasta de México



El PRI y PAN en el Senado, apro­baron el 12 de octubre pasado, la Ley de Asociaciones Públicas Pri­vadas. Esta ley anticonstitucional per­mite la subasta más salvaje de bienes y servicios públicos del país. Al grado de que el gobierno prácticamente des­aparecerá y se convertirá en un simpe administrador de contratos, ya que entregará las responsabilidades del Estado a empresas privadas y les pa­gará por ello.

De esta forma, las cárceles, manejo del agua, la educación, la salud, el ma­nejo de presas y hasta la seguridad pú­blica, quedarán en manos de empresas privadas, nacionales y extranjeras. Esa ley significa el desmantelamiento del Estado mexicano.

La Ley de Asociaciones Públicas Privadas, ahora en manos de la Cáma­ra de Diputados, permite la contra­tación y concesión hasta por 40 años a empresas privadas de todo tipo de infraestructura (escuelas, carreteras, hospitales, plantas hidroeléctricas, telecomunicaciones), así como todo tipo de prestación de servicios pú­blicos (agua, energía eléctrica, trans­porte urbano, recolección de basura, tratamiento de desechos, seguridad y hasta panteones).

El dictamen pretende ser aprobado fast track en la Cámara de Diputados antes de termine el actual periodo de sesiones.

Si esta ley entra en vigor va a inau­gurar una etapa en la corrupción pú­blica más abierta. Es la peor herencia que dejaría Calderón. Se sustituye a la autoridad pública en la creación de infraestructura necesaria, dejando a los particulares la administración de la misma, no se promueve la infraes­tructura, sino buenos negocios para los funcionarios en turno.

Esa ley propuesta por Calderón vio­la el artículo 28 constitucional al incluir "la prestación de servicios” reservados para el Estado y en manos de los parti­culares las decisiones en obras y servi­cios. Viola las facultades del Congreso que no podrá fiscalizar los recursos de esos proyectos a pesar de ser públicos.

Las APP, los negocios del sexenio

En los hechos, el esquema de las aso­ciaciones públicas-privadas (APP) ya existe en varias de las grandes obras de infraestructura que financia Bano­bras, en los proyectos de generación de energía de la Comisión Federal de Electricidad y en las concesiones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

El subsecretario de Infraestructura de la SCT, Oscar de Buen, presumió en marzo de 2010 ante empresarios españoles que existe una bolsa de 250 mil millones de dólares previstos en el Programa de Infraestructura para el periodo 2007-2012.

"Las empresas españolas se han convertido en líderes mundiales en asociaciones públicas-privadas", afir­mó De Buen, quien ofreció en Madrid que tanto Banobras como la SCT pue­den otorgar financiación.

Banobras presume como "casos de éxito" varios proyectos de asociación público-privada hasta por 30 años, como el Viaducto Bicentenario, que se construye en el Estado de México y fue concesionado a la empresa espa­ñola OHL. La obra del Viaducto Bicen­tenario abarca 22 kilómetros y tendrá un costo de 120 mil millones de pesos. OHL, la empresa concesionaria, co­brará a cada uno de los automovilistas que circulen por esta vía 1.32 pesos por kilómetro y se calcula un aforo de hasta 60 mil automovilistas diarios.

Otra obra con el esquema APP es el Centro Integralmente Planificado "Costa Pacífico", construido como un polo turístico en la región de Mar de Cortés, en Sinaloa. Se prevé la cons­trucción de 33 mil 100 cuartos de alo­jamiento y vivienda.

Banobras informó que "en febrero de 2009 se concretó la formación del apo­yo". También bajo este esquema, la SCT concesionó la construcción de la auto­pista Arriaga-Ocozocuatla, en Chiapas, el libramiento norponiente de la auto­pista Monterrey-Saltillo, la moderniza­ción de la carretera Irapuato-La Piedad.

Los gobiernos de Nayarit, Estado de México y Chiapas, entre otros, han uti­lizado esta figura para concesionar a privados el relleno sanitario a empre­sas de residuos sólidos en Coacalco y Nicolás Romero, Estado de México, y en Tuxtla Gutiérrez.

Sin embargo, es la Comisión Fede­ral de Electricidad la que ha atraído proyectos de mayor envergadura bajo la figura de APP. Es el caso de las plan­tas hidroeléctricas El Gallo, Chilatán y Trojes en los estados de Guerrero, Jalisco y Michoacán; la construcción e instalación de 6 líneas subterráneas de distribución de energía eléctrica en Aguascalientes, Guanajuato, Hi­dalgo, Querétaro y Zacatecas; la per­foración y equipamiento de 20 pozos en el campo geotérmico en Cerro Prieto; y el proyecto de cogeneración de energía eléctrica en el Complejo Procesador de Gas Nuevo PEMEX, ubicado a 38 kilómetros de Villaher­mosa, Tabasco. Y ahora también con ese esquema, quieren hacer la presa La Parota, en Guerrero.

Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud del Gobierno Legítimo, cita los ejemplos de dos hospitales de alta es­pecialidad, construidos bajo el esque­ma de APP, antes de que se apruebe la ley. "El de León lleva tres años de fun­cionamiento, apenas trabaja al 40 por ciento de su capacidad y dedica el 65 por ciento de su presupuesto al pago de la constructora-administradora Ac­ciona y el 35 por ciento a la atención médica”.

"El de Ciudad Victoria, que se in­auguró hace un año, sólo hospitalizó a 77 pacientes entre marzo y diciem­bre y ahora se prepara para hacer ¡li­posucción!. Sin embargo, el gobierno federal lo aceptó fraudulentamente como terminado y ha desembolsado del erario público unos 216 millones al contratista Marhnos, socio del pa­nismo", refiere Laurell.

Con esta ley el gobierno traspasa sus responsabilidades a la iniciativa privada en áreas sustantivas, pero, ante todo, crea nuevos negocios con ganancias extraordinarias para sus empresarios y consultoras preferidos, entre los que se encuentran, por ejem­plo, Gerardo Rivero, cuñado de Carlos Salinas; los Mariscal Servitje, Olegario Vázquez Raña, Carlos Slim, las gran­des compañías constructoras, entre otros.