El diario británico acusó al Partido Verde Ecologista de México de apoyar la pena de muerte, de estar involucrado en actos de corrupción, de no proteger a la naturaleza y de ser un aliado del PRI-Peña Nieto
Regeneración, 24 de abril de 2015.- The Guardian señaló que los líderes del Partido Verde «con regularidad han sido acusados de corrupción, la venta de favores políticos – y de que no muestran interés por las cuestiones ambientales».
El diario recordó que en 2009, el Partido Verde realizó una campaña pidiendo la pena de muerte.
Recalcó lo gastos excesivos del PVEM de cara a las elecciones del 7 de junio. Así como la firma de más de 120 mil personas que están pidiendo que las autoridades electorales «retirar el registro del partido después de que inundó el país con propaganda política antes de que comenzara oficialmente el período de campaña».
Al aliarse con el PRI y Peña Nieto, para tener más influencia política es casi como una asociación criminal.
PVEM busca captar votos de los ciudadanos desencantados con el PRI
El voto del PRI, resalta el diario británico, parece que va a bajar en las elecciones de junio gracias a una crisis de credibilidad provocada por el debilitamiento de la economía y la seguridad.
Sin embargo, si los del PVEM se muestran capaces de captar el apoyo del electorado, añade, el gobierno de Peña Nieto aún podría obtener una mayoría suficiente en el Congreso.
Incluso, acota, los sondeos dan actualmente al PVEM su primera posibilidad real de obtener más de 10% de los sufragios.
El reportaje de Jo Tuckman destaca que la estrategia electoral del Verde se basa en gran medida en publicidad política hábil y bien dirigida que ofrece aparentemente soluciones fáciles a problemas mayores, y rara vez tiene mucho que ver con las cuestiones ambientales.
“Somos el segundo mayor partido de los verdes en el mundo, después de los alemanes, así que tenemos que defender toda la gama de cuestiones que afectan a la población”, presumió Escobar.
Pese a ello, grupos ambientalistas denuncian que el PVEM nunca ha mostrado mucho compromiso de empujar una amplia agenda verde, y ha limitado en gran medida su activismo a iniciativas ocasionales, tales como la reciente prohibición de los animales de circo.
Raúl Estrada, director de comunicaciones de Greenpeace México, dijo a The Guardian que “nosotros no los vemos trabajando en los grandes problemas que enfrenta México, como la deforestación, el cambio climático o la contaminación de los ríos por residuos industriales”.