A 61 años de la muerte de Pedro Infante

La noticia conmocionó a México, por lo menos un millón de personas se acercaron para decirle adiós, a la hora de su entierro, cientos entonaron ‘Amorcito Corazón’.

 

Regeneración, 15 de abril de 2018.- El Ídolo de México, el Inmortal, estos son algunos de los sobrenombres de Pedro Infante es uno de los personajes más queridos y reconocidos del Cine de Oro mexicano; el día que murió, un 15 de abril de 1957, millones de personas lloraron su muerte y otras tantas incluso tuvieron que ser atendidas por la Cruz Roja.

Causó desmayos, insolación, crisis nerviosa y golpes, siete personas fueron hospitalizadas, entre ellas, su hermana, quien perdió la conciencia por la impresión y se recuperó unas horas después.

A 61 años de su muerte, en un avionazo en Yucatán, El Universal publicó un texto que recuerda aquella pérdida que resonó en una gran mayoría de corazones mexicanos.

“Varias de las inconsolables admiradoras de Pedro sufrieron desmayos en el momento preciso en que salía el ataúd del aeropuerto”, describió el diario en 1957.

“Las mujeres lloraban llevando a sus hijos en brazos; los hombres apenas contenían las lágrimas y en sus rostros eran visibles las expresiones de profundo dolor.

“Durante 90 minutos, la gente del pueblo y la policía sostuvieron una lucha, pues los fans del artista querían estar lo más cerca posible de los restos de Pedro, pero los granaderos trataron de contener la euforia, esto desesperó a la gente que finalmente burló a los cuerpos de seguridad”, quienes repartieron macanazos para mantener el orden. Gran parte del medio centenar atendido en la Cruz Roja fueron lesionados por la policía.

“La gente se entusiasmó y olvidándose que se trataba de un sepelio, empezó a lanzar gritos: ‘¡Ya llegó Pedro!, ¡Ya llegó Pedro!’”, dice el texto.

Allá en el Panteón Jardín donde permanecen los restos, Rodolfo Echeverría, secretario general de la Asociación Nacional de Actores, dijo una conmovedora despedida:

“Tu vida apasionada y agitada vibró siempre con entusiasmo, entregándote cabalmente al amor de tus padres, hijo modelo; de tus hermanos, pariente ejemplar; de tus hijos, padre tierno y delicado; de tus amigos, amigo generoso y noble; de tus compañeras en la vida, amante arrebatado; de tu carrera , actor pundonoroso ; y si a veces no fuiste razonable, si nada de la vida te quedó oculto, es que amaste mucho, intensamente, con el calor y la enjundia de los hombres de tu Sinaloa querida”, dijo.

Y cuando finalmente iba a ser enterrado, “cuando se dio la orden para el descenso de la caja mortuoria” que contenían los restos desfigurados del Ídolo, “y la multitus se hallaba estremecida de dolor, empezaron a escucharse las voces de grupos de mariachs que entonaban Amorcito Corazón. Las notas de las guitarras fueron cada vez con más vigor y llegó el momento en que todo el pueblo entonaba la melodía”.

A 61 años desde su partida, su tumba está apacible, pero todavía despierta pasiones, aún se le programa en la televisión; su mito ha superado los años, y hay quien, incluso ahora, sigue pensando que no está muerto. Y no, no lo está.