Tras el fraude electoral de 2006, formamos un movimiento de resistencia civil pacífica que se ha convertido en la verdadera oposición a la política de injusticias, corrupción y privilegios.
Siempre hemos actuado en forma pública, franca y abierta. Hemos estado 17 veces en el Zócalo de la Ciudad de México para defender nuestras ideas y dar a conocer nuestras propuestas. En la última asamblea nacional del 25 de julio de 2010, tomamos la decisión colectiva de participar en la contienda presidencial de 2012. Y así será.
A partir de esta definición, la mafia del poder ha echado a andar una estrategia para evitar que presentemos una candidatura en esas elecciones.
Empleo el término “mafia” no para insultar ni denigrar a nadie, sino para describir una realidad. Según el diccionario, esa palabra significa “grupo organizado que trata de defender sus intereses”.
He calificado de tragedia nacional la situación del país y señalado a los responsables de la misma, incluyendo al señor Calderón, cuya ineptitud y mal gobierno se demuestra en el hecho de que hay millones de desempleados y de nuevos pobres; en el abandono a los jóvenes; en la destrucción de la clase media y de las actividades productivas; en la emigración; en la falta de obras y servicios públicos; y en la corrupción imperante.
El fracaso de Calderón es público y notorio. Se puede medir con la caída del poder adquisitivo de los salarios; con el retroceso del país en los indicadores internacionales de crecimiento propiedades
El IFE solicitó a AMLO comprobar ingresos, pago de impuestos, cuentas bancarias y propiedades.
AMLO respondió y comprobó:
Percibo un sueldo mensual de 50 mil pesos de Honestidad Valiente, A.C.
Tengo una cuenta de cheques en el banco HSBC con un saldo actual de 9,034 pesos.
y bienestar; con la ausencia del estado de derecho en extensas regiones; con el temor y el miedo de la población, con la inseguridad pública; con los cerca de 30 mil muertos por su estrategia fallida contra el crimen organizado.
Este recuento bastaría para saber que el propio Calderón es quien menoscaba la imagen presidencial y degrada a las instituciones. Yo no daño la “imagen” presidencial, la denigra quien no ha sabido estar a la altura de los anhelos del pueblo. Envilece la investidura quien me acusa de ser un peligro para México, dando así el banderazo de arranque a la nueva campaña de odio y rencor en contra nuestra.
En lugar de actuar como hombre de Estado y gobernar para todos los mexicanos, Calderón demuestra que no es más que un jefe de facción y un operador político de la oligarquía y de su guerra sucia.
Ahora el Tribunal Electoral y el IFE suspendieron nuestros mensajes en radio y televisión. En ellos no decimos mentiras ni engañamos, informamos a los ciudadanos de nuestras propuestas para que ellos tengan elementos y decidan libremente. Tampoco he incurrido en actos anticipados de campaña ni me he proclamado precandidato ni candidato o llamado a votar de cara a los comicios de 2012.
Este asunto no es jurídico sino político. Es evidente que la mafia del poder quiere destruir las esperanzas de millones de mexicanos que luchan por establecer una auténtica democracia.
Con esta actuación en mi contra, el IFE está juzgando mis opiniones sobre la realidad del país, está tratando de cancelar mi libertad de expresión y mis derechos ciudadanos y políticos consagrados en la Constitución de la República.