Bebidas, comidas y remedios que recomiendan para la resaca de las fiestas

cruda

A continuación algunas recomendaciones, desde las “curacrudas”, desde el recalentado del pozole y cerveza con mariscos a un ramen enchiloso o la clásica torta de chilaquiles

Regeneración, 16 septiembre 2016.- Quizá ya se sientan los estragos de los excesos en el comer y el beber de la noche de ayer, la buena noticia es que es viernes, es día feriado, es 16 de septiembre y en el país hay múltiples opciones para “curársela”.

Munchies de Vice recomienda distintos “curacrudas”, desde el recalentado del pozole y cerveza con mariscos a un ramen enchiloso o la clásica torta de chilaquiles.

Clamato con cerveza y mariscos 

¿Curarla o conectarla? Ezequiel Hernández, de Campobaja explica en el siguiente video su versión de la michelada con jugo de tomate y mariscos.  Todo lo que necesitamos es salsa picante, limón, camarones secos, ostiones frescos, jugo de tomate y cerveza Colimita. Adiós al dolor de cabeza.

Henderso

Fergus Henderson es uno de los mejores chefs de todo el mundo y ama beber durante el día. Es seguro decir, entonces, que también conoce la ira del alcohol.

Ese amargo e insidioso licor conocido como Fernet Branca ha sido un favorito de los chefs y las abuelas de todo el mundo durante décadas, quizá porque su toque herbal calma a las entrañas después de haber comido mucho; pero según Henderson también es el componente esencial de la mejor curacrudas o remedio para la resaca.

Considera al Dr. Henderson. El chef lo aprendió de su padre, lo cual nos da más confianza porque significa que ha sido probado y vuelto a probar durante años. ¿Estás listo para sentirte mejor? Mezcla lo siguiente: dos parte de Fernet Branca, una parte de crème de menthe y hielo. Y, Henderson insiste: “No dejes que el color te desanime”.

Pozole

Esta recomendación de curacrudas es cortesía de Yussel Arias, diagnosticado recientemente como pozoledependiente. La desventaja de su condición es que no puede dejar de comer pozole cada semana, pero lo bueno es que ha probado muchos y comparte la información de los que sí vale la pena comer. Éste verde de mariscos hecho con espinacas por el chef Cuberto Silva del restaurante Muelle 51, en la Ciudad de México, es uno de ellos.

A diferencia de los pozoles verdes tradicionales, no se hace con pepitas, sino con espinacas bien sazonadas, lo que hace que resulte un caldo liviano, amable con el estómago y fresco. Justo lo que el mediodía del sábado necesita.

Además de las almejas, los camarones y el callo, el pozole se sirve con vegetales crudos, que resultan un buen aporte por su textura crujiente. Hay que comérselo bien caliente, eso sí, y con un par de gotitas de limón nada más. Si se te acaba el caldo antes, puedes hacerte una tostada con los mariscos que quedan el el plato. Luego le pides a Cuberto que te sirva más caldito, nomás para acompañar la tostada. Y si se te acaba la tostada antes del caldo, le pides a Cuberto que te sirva más mariscos… y así hasta que te empines el plato y sorbas hasta la última gota.

Torta de Chilaquiles

La torta de chilaquiles ya es un clásico para curar la cruda en México. Bolillo relleno de chilaquiles, rojos o verdes, con queso y crema. Y si les puedes agregar cochinita pibil, desearás estar aún más crudo para poder disfrutar más de este platillo.

Hace unos años comenzó la revolución tortera de chilaquiles en una esquina de la Condesa. Eso que era una costumbre casual entre las familias mexicanas, es decir, meter los chilaquiles sobrantes del desayuno dentro de un pan, se convirtió en un delicatessen por el que cientos de personas hacen fila todos los días en la calle Alfonso Reyes en su cruce con Tamaulipas.

Arturo Puigferrat asombrado del éxito de las tortas se acercó a las propietarias del famoso puesto callejero para ofrecerles un trato: hacer el negocio más grande y estable. Sin respuesta afirmativa decidió emprender su propia versión chilaquilera y con la herencia de su ciudad de origen, Guadalajara famosa por su bolillo, fundó La Kura.

El restaurante La Kura comenzó como un food truck, pero ante la falta de legislación sobre los food trucks y por consecuencia los problemas con las delegaciones de la Ciudad de México, decidió montar un negocio formal. Hoy tiene dos sucursales, una en la Juárez y otra en la Roma, y ofrece siete distintas combinaciones de tortas con chilaquiles: con huevo, con milanesa de pollo o res, con machaca o con camarones en aguachile.

La Kura nos compartió la receta de ésta versión que tiene un extra de cochinita pibil.

Mole de Olla

La mayoría de los ingredientes de cualquier mole de olla son de origen americano, sin embargo, los españoles al colonizar México, le metieron mano a este platillo haciendo una combinación de ingredientes prehispánicos con caldos europeos que nos deja plenamente agradecidos por este mestizaje de sabores.

A los mexicanos nos encanta sufrir la cruda y utilizamos el picante como protagonista de dicha sanación. Buscamos apapacho en cualquier alimento y que mejor que un caldo calientito, con carne, picante y una buena ración de verduras, todos los elementos necesarios servidos en un plato de cobre.

La cantina Salón Ríos, en la colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, tiene un concepto clásico que te brinda este placer mientras escuchas un poco de mambo y cha cha cha acompañado de uno o muchos de sus cócteles de la casa. La acidez y el picante de este tradicional platillo no es problema siempre y cuando lo prepare el chef Bernardo Bukantz, todos los ingredientes pasan con suavidad y cariño de tu boca a ese estomago tan dañado por el alcohol.

Tacos de Pancita

Hay que comer rapidito antes de que se enfríe. Toma una tortilla hecha a mano, recién salida del comal y con ella agarra un montoncito de pancita verde, ponle dos gotas de limón, una cucharada de salsa roja cuidado, pica, y acábate el taco en dos o tres mordidas.

Si te tardas mucho en comer, la grasa de la pancita se enfría y en vez de saborear un majestuoso ejemplar de barbacoa, tendrás un bocado graso y repugnante que te dejará el paladar ceboso. Pero tampoco te angusties, es fácil atacar velozmente estos taquitos de pancita verde, típicos de Pachuca, en Hidalgo, muy cerca de la Ciudad de México (Kilómetro 84 de la Carretera México-Pachuca).

Se trata de la barbacoa de Don Apolinar Cerón, quien sazona con chile guajillo, tomatillo, chile serrano y epazote de ahí el color y el nombre: verde. La pancita es quizá la mejor parte de la barbacoa y el mejor taco es uno combinado, con un poco de espinazo, de paletilla o costilla y de panza bien, pero bien calientita.

Información: Sin Embargo