New7Wonders (N7W), la organización privada que otorgó el sello turístico a Chichén Itzá, exige a las autoridades mexicanas atender una serie de recomendaciones para no retirarle la distinción.
Regeneración, 13 noviembre 2016.- La ciudad maya de Chichén Itzá, “Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO desde 1988 y Maravilla del Mundo desde 2007”, se encuentra en riesgo: el pasado mes de abril, New7Wonders (N7W), una organización privada radicada en Suiza que otorgó el sello turístico a Chichén Itzá, exige a las autoridades mexicanas atender una serie de recomendaciones para no retirarle la distinción.
Una de las recomendaciones, consiste en “reubicar” a los cerca de 800 vendedores y artesanos mayas que operan en Chichén Itzá, muchos de los cuales provienen de poblados pertenecientes al vecino municipio de Tinum.
La administración de Rolando Zapata Bello, el gobernador de Yucatán, niega que la distinción de “maravilla del mundo moderno” de Chichén Itzá se encuentre en riesgo; sin embargo, Jean-Paul De La Fuente, director de la organización suiza, confirma que “el alto riesgo de que Chichén Itzá pierda el estatuto”.
El poderoso sector empresarial lleva años reclamando la expulsión de los artesanos de la zona arqueológica, con el argumento de que “acosan” a los turistas. Sergio González Rubiera, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) en Quintana Roo.
El “ambulantaje”, afirma, genera “cierta mala imagen al turismo porque (los vendedores) no están regulados, no están en orden y algunos incluso son más agresivos que otros”. “Quizá algunos turistas lo ven como parte del folclor mexicano, pero aun así deberían estar en situaciones dignas fuera del sitio”, sostiene.
Vendedores organizados temen que el gobierno estatal los desaloje de Chichén Itzá. Es más, se dicen víctimas de una campaña de difamación y denuncian que los empresarios del sector turístico buscan despojarlos de su principal fuente de ingreso.
“En sus reuniones, los artesanos han dicho que en caso de desalojo, se van a defender, pueden bloquear los caminos o los accesos a Cancún”, advierte.
Dafne López Martínez, director general del Patronato Cultur, una dependencia del gobierno de Yucatán, interrogado acerca de una posible supresión del estatuto de maravilla del mundo a Chichén Itzá, el funcionario insiste: “Yo no lo describiría como un riesgo (…) respondería esta pregunta cuando esté inminente esta situación”.
En 2005 abril pasado, un equipo de N7W visitó Chichén Itzá para su Programa de Verificación, Información y Mejora, un proceso por el que pasó la Gran Muralla de China; el objetivo de la visita consistió en “asegurarse que el estatuto de nueva maravilla del mundo todavía se merece y se respeta”. Los integrantes de N7W observaron una serie de irregularidades que, a su juicio, ponen en riesgo el sello turístico.
“La parte más difícil de la experiencia es la intensa presencia de vendedores de recuerdos y mercancías dentro del propio sitio. Ése ha sido el cambio más dramático desde la visita del 2007 y no parece que exista una explicación coherente sobre cómo esta situación pudo alcanzar esta magnitud (…) Parece que es una operación organizada y sustancialmente comercial”, sentenció el informe.
Notó que la mayoría de los vendedores ofrecen productos de mala calidad ajenos a la región maya y planteó que son pocos los “artesanos independientes” en el sitio; asimismo, aseveró que “es una experiencia triste ver la ‘migración’ diaria de los vendedores hacia el sitio”.
“La situación no puede continuar”, añadió, al afirmar que “los vendedores deben ser reubicados en un nuevo lugar, afuera y cerca del sitio principal donde todavía podrán operar con éxito”.
El ambulantaje fue la principal observación de N7W, pero el informe también deploró que, sin contratar los servicios de un guía, un turista deambula en el sitio sin saber qué está viendo, pues “hay muy pocos señalamientos, herramientas explicativas o materiales informativos disponibles”.
N7W subrayó que ni su marca ni el reconocimiento como “nueva maravilla del mundo” aparece en el sitio, lo cual “indica que a Chichén Itzá ni siquiera le importa su estatuto de Nueva Maravilla del Mundo”. Urgió el gobierno a construir un “monumento” en un “lugar visible en la entrada del sitio”, también recomendó al gobierno yucateco “ofrecer a los turistas ‘premium’ (con cargo extra) la posibilidad de subirse y penetrar en los sitios preservados”. Desde hace más de una década, el INAH prohíbe a los visitantes subir las pirámides de Chichén Itzá para evitar su deterioro.
Asimismo la organización recomendó abrir al público “Chichén Viejo”, un sitio de alto valor arqueológico ubicado a 800 metros del complejo ceremonial “Las Monjas” de la zona turística de Chichén Itzá.
El director de N7W envió una carta al gobierno yucateco, el pasado 7 de octubre, le advirtió que el estatuto del sitio arqueológico permanecía “en evaluación” y deploró que “aún no vemos ningún avance concreto”.
Recordó que “el reporte que le enviemos el 25 de abril de 2016 hace recomendaciones específicas que deben implementarse; algunas de ellas son obligatorias, otras han de ser consideradas”, y sostuvo que “hasta la fecha, ninguna ha sido implementada, lo que nos genera un preocupación seria”, insistió.
Y sentenció: “Cómo ya sabe, esto podría desembocar en la suspensión del estatuto oficial de Nueva Maravilla a Chichen Itzá”.
Las “siete nuevas maravillas del mundo” fue un proyecto del millonario suizo Bernard Webe, el fundador de N7W, en el año 2000. El concepto: ofrecer a cada usuario de Internet la posibilidad de votar para un sitio memorable; los siete que reunirían la mayor cantidad de votos ganarían el estatuto de maravilla.
El suizo acompañó su proyecto con una intensa campaña mediática. Poco a poco el fenómeno tomó una dimensión internacional, generó reacciones adversas en ciertos sectores de protección del patrimonio, los cuales denunciaban el carácter frívolo y comercial del proyecto, el 7 de julio de 2007, N7W dio a conocer los resultados de la votación en un “show” televisivo.
Los siete ganadores fueron la Gran Muralla de China, el Coliseo de Roma, el Taj Mahal de la India, el Machu Picchu en Perú, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, el sitio de Petra, en Jordania, y el castillo de Kukulkán, en Chichén Itzá.
Según la organización, más de cien millones de personas participaron a la votación, la UNESCO emitió un comunicado para deslindarse del proyecto de N7W. “No hay comparación alguna entre la campaña mediática del Sr. Weber y el trabajo científico y educativo que resulta de la inscripción de sitios en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO”.
La UNESCO insistió: “La lista de las ‘7 Nuevas Maravillas del Mundo’ es el producto de una empresa privada, que solo refleja las opiniones de quienes tienen acceso a Internet y no del mundo entero. Esta iniciativa no puede, de ninguna manera significativa ni sostenible, contribuir a la preservación de los sitios elegidos por este público”.
Con información de Proceso