‘Soy testigo de cómo mi abuelo jubilado depositaba religiosamente a la cuenta del Gobierno Legítimo para mantener la esperanza encendida, hoy él cuenta con 92 años y quiero verlo sonreír partícipe de la victoria de su voluntad’, escribe el columnista.
Por Molay Maza Ontiveros
Regeneración, 04 de abril de 2018.- En Game of Trones también hay zombies, los caminantes blancos marcharán con su ejército de muertos vivientes sobre Westeros en la temporada que viene para el 2019, es la última y arrasarán con el mundo de los humanos. La muerte y la obscuridad pondrán a la vida en vilo, la única salida de los vivos no sólo es el mesías encarnado por Daenerys Targaryen y Jon Snow, la victoria se determinará en función de la lucha unificada de los vivos en contra de lo muerto, la capacidad de todos los diferentes y contrarios para encontrar los puntos de convergencia y luchar juntos determinará la victoria al fin, eso en lo que toca a la serie de HBO basada en la obra de George. R. R. Martin.
En el mundo nuestro, la propaganda global de la política zombie, The economist y Goldman Sachs por referir algunos, afirman que es inminente la victoria de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones de nuestro país, todas las encuestas publicadas marcan una diferencia creciente que ha pasado de los 15 a los 30 puntos, hasta los cuarenta de distancia con respecto de los candidatos de la derecha neoliberal, y hay estudios que afirman que estamos frente a una probabilidad del 79% de que el triunfo sea para el candidato de Morena[1].
Pero no es momento de echar las campanas al vuelo, la historia política de nuestro país tiene muy pocos capítulos favorables para el proceso democrático, faltan tres meses de campaña y mucha agua está por pasar debajo del puente. Falta la campaña sucia más abundante y densa que hayamos visto. Existen varios problemas que deben ser considerados para afirmar el triunfo y, existen muchos otros problemas que enfrentan desde ya, a la posibilidad de un gobierno de cambio. Que no podría ser otra cosa que post neoliberal.
Por sólo mencionar alguno, el PRI ha hecho acopio de cantidades insospechadas de dinero, de la Estafa maestra documentada por Animal político[2], de la llamada Operación zafiro y de los diversos fondos que se inventó Luis Videgaray documentados por la revista Proceso[3], para desviar millones de pesos de los recursos de los estados a partidas jamás aclaradas, dineros que están a reserva de la campaña priista. Por hacer, a vuelo de pájaro, un escenario, pongamos sobre el tablero los 6 millones de militantes del PRI con los cientos de miles de millones robados por la cúpula de esta mafia al erario y tendremos el cocktail que operará el 1 de julio para imponer al candidato del PRIAN que aún no se ha definido pero que puede ser mujer incluso.
En los medios de desinformación masiva se machaca permanentemente los 12 años que Andrés Manuel lleva en campaña, y es cierto, ha sido un permanente recorrer el país, municipio por municipio y se ha hecho por los recursos que amplios sectores populares han aportado para este esfuerzo. En un primer momento como Convención Nacional Democrática (2006) después como Gobierno Legítimo (2007) y desde 2014 en Morena con registro y prerrogativas de ley. ¿Quién ha pagado eso? Debe decirse, mujeres del campo y de la ciudad, obreras, trabajadores de distintas ramas, jubiladas y jóvenes dispuestas a ver transformada la realidad con la esperanza en la candidatura de AMLO. Soy testigo de cómo mi abuelo jubilado depositaba religiosamente a la cuenta del Gobierno Legítimo para mantener la esperanza encendida, hoy él cuenta con 92 años y quiero verlo sonreír partícipe de la victoria de su voluntad.
Pero del otro lado está Peña Nieto, que se ha mantenido en una campaña permanente de 6 años que le ha costado al pueblo de México 40 mil millones de pesos gastados en sobornos a los grandes medios de desinformación, campaña de propaganda que se pretende perpetuar y convertir en ley, de promoción personal y de promoción de una administración que ha dejado al país cubierto de cadáveres, sumergido en una crisis de violencia machista intolerable que raya en crisis humanitaria y un papel que encabeza listas mundiales en índices de corrupción y peligrosidad para el ejercicio del periodismo, que serán mancha imborrable de nuestra historia.
No debe caber duda, la coyuntura política de nuestros días confronta lo popular y lo oligárquico como opciones ante la crisis sistémica. Y no significa que está confrontado el bien absoluto al mal, y que ganando Morena las elecciones todos los problemas se verán resueltos como por arte de magia. Así como el día uno de la revolución armada es la toma de poder político y a partir de ese día todo está por hacerse, la victoria electoral será el día cero de un cambio repleto de contradicciones, pero que mínimamente abre la oportunidad de hacer un alto en la vorágine entreguista y balcanizadora neoliberal reaccionaria y antipatriótica de la política zombie más brutal.
La guerra contra el narco y los feminicidios que a muchas y muchos nos tienen ya hasta la madre, son una forma de control a través del miedo y la muerte, son una expresión de la dominación despótica en la cual los seres humanos que no formamos parte del proceso productivo y no nos incorporamos a la ciudadanía a través del trabajo ya sea por juventud o desempleo, vejez o por ser mujeres y estar subordinadas al trabajo reproductivo, somos poco menos que la escoria prescindible, expulsada de la lógica de producción, circulación y acumulación del capital. Partícipes de una ciudadanía enajenada, sin contenido y sin derechos que vive a expensas del primer criminal que se encuentre en el camino. Eso es un estado de caos, generado por el retraimiento de un Estado que se hace débil, pero necesita a la vez ser un Estado fuerte para hacerse el débil adelgazándose y rehuyendo sus funciones y obligaciones ante la ciudadanía. Se genera un caos, un caos con pretensiones de orden y gobierna la cisticercosis neoliberal asesina. Su mejor producto hasta hoy: Peña, Meade, Margarita, Anaya y su cinismo electorero.
Este caos disfrazado de orden e intento de control totalitario, reaccionario y autoritario no tiene salida en los estrechos marcos del actual régimen político de partidos y mucho menos en el actual modelo de desarrollo, más aún, se requiere una profunda transformación revolucionaria de sistema en su totalidad, una regeneración nacional vinculada a una regeneración internacional. Pero para eso no alcanza con una elección, esos son cambios que precisan de la mayoría de la población, del pueblo organizado, de las y los trabajadores del campo y la ciudad, de la juventud y las mujeres, de los pueblos indígenas y las comunidades rurales, de las y los artistas y de la niñez incluso. Desmontar el caos de la política de la muerte requiere la articulación de las alternativas múltiples de la colectividad y la vida. Es un proceso de muy largo aliento, que requiere un punto de inicio, un punto de inflexión, y estamos llegando a él. Estamos por tocarlo.
La confrontación de candidaturas y la preferencia que nuestro pueblo tenga por alguna, dibuja con claridad hasta donde las encuestas dejan ver por hoy, la decidida voluntad de salir del atolladero actual. El viejo topo de la historia está poniendo pues, una serie de elementos que deben ser aprovechados, una candidatura inmejorable, una manifiesta voluntad popular de cambio que se expresa en favorecer esa candidatura, y un partido político que aún no termina de cuajar para impulsar organizadamente los cambios que deben ser impulsados.
La parte más dura será esa tercera, y esa descansa en la responsabilidad de militantes, dirigentes, cuadros políticos, intelectuales, ciudadanos de a pie (como el que escribe). De tal suerte que se logre construir un partido político que cumpla la función del aglutinante, el organizador, el pedagogo, el movilizador, la herramienta popular para la disputa del poder y el instrumento político de corte republicano que impulse las grandes trasformaciones de largo plazo en un escenario de victoria electoral, pero que también asuma las complicadas tareas derivadas de un escenario adverso.
Una gran masa de la población se moviliza y se movilizará con voluntad de cambio, haciendo un esfuerzo sobre humano para ganar esta elección pasando por encima del fraude electoral. Esa gran fuerza material puede convertirse en un tigre, descontrolado y sin perspectiva, o en una enorme fuerza material capaz de proponer organizada y conscientemente las grandes transformaciones que requiere nuestra nación en materia de recursos naturales y medio ambiente, de seguridad, de política exterior y soberanía nacional, de educación pública y elevación de la consciencia para lograr una sociedad libre, justa, democrática y anti patriarcal.
Hoy el partido es un tema central que acompaña la lucha por la presidencia. El nuevo juego político que emergerá del proceso electoral 2018, exigirá que Morena asuma un rol principal como dirigente colectivo, de otra forma los cambios serán fácilmente obstaculizados o en el peor de los casos, no se alcanzará la victoria político electoral más inmediata.
¿De quién depende?[4] Decía mi padre, de todas, de todos, es momento de ir juntes. La cisticercosis neoliberal y machista del PRIAN debe ser derrotada en las urnas, en las calles y en la historia toda. YA.
[1] https://elpais.com/internacional/2018/03/30/mexico/1522420662_105488.html
[2] https://contralacorrupcion.mx/web/estafamaestra/
[3] https://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=418826
[4] Jorge Maza Reducindo, El duende de los tres deseos y otros cuentos, Edivalmex, México, 1994, p.91.