(Des) Montajes: “Las criadas, una guerra infinita”, el estreno más esperado de la temporada

Por Alexandro Guerrero

En ese tránsito cotidiano, ellas se asfixian y marchitan sumergidas en el eterno encierro de una guerra sin fin. Guerra de baja intensidad, guerra intestina, violencia cotidiana que también es una forma de guerra. Estado de guerra interminable enmascarado en una paz mundial hechiza que borra identidades mientras polariza condiciones de vida.

Lydia Margules Rodríguez

RegeneraciónMx.- La segunda guerra mundial no ha concluido y en el concepto de este montaje,  dirigido con excelencia por Lydia Margules, dando un salto al vacío hasta las últimas consecuencias, abriendo la reflexión de que incluso la segunda guerra es la primera, que es y seguirá siendo la de hoy. La misma contextual de los atentados terroristas en la Sala “Crocus” de conciertos en Moscú que tuvieron lugar el preciso día del estreno de  “Las criadas, una guerra infinita”, con adaptación de Emma Dib y Lydia Margules en el Foro Sor Juana  Inés de la Cruz del CCU en la UNAM al sur de la Ciudad de  México.

El doble juego asumiendo a Genet desde la sobre modernidad, es una comparación entre el racismo automático y el axiológico que son tan miserables como escurridizos en las  volubles democracias actuales. La violencia moral y social son expresiones de la vida cotidiana.

Esta propuesta dispone un búnker atemporal: Un castillo-juguete-fregadero. Cobre y erosiones corroídas de ácido que no prescriben, definen el diseño de la pieza escenográfica con la polisemia modular  independiente pero de asociación activa en la creación sello de A. Kerriou. El desgaste de reproducir al desgaste también transgrede más allá de su estética este doble fondo. Cuenta con la fortuna de vincularse tonalmente gracias a la búsqueda que también Lydia Margules propone como iluminadora. El poder vertical es arriba, pisotea, somete y arrumba; la silla es escalera cuando debajo de las alfombras  fluyen perennes rescoldos de lo heteropatriarcal capitalista, sangre a trapear y  thé. 

Por encima de todo una tenue luz de trabajo que dota también desde otro ámbito, lo poético que aquí se establece laborista como manifiesto y poético.

 El diseño de vestuario de Helena Sanchís Míra  acentúa el riesgo en conjunto de la metáfora en la obra, más que por metonimia se da por una imbricación ajena al simil  de lo ficticio por vía directa de “el saco” (le costume). Suspendido y múltiple, también militar como uniforme al servicio, con guantes de guerra y de aseo, en una prisión-refugio con episodios de explosión vertical  de constante torrente subterráneo. Como si debajo de las plantas de “Les Bonnes”, en este  juego que por los telones sin cuarta pared de inicio y cierre  que se jalonean en anacrusas (lanzando también sin red a las actrices), se invocara con todas sus consecuencias al músico colaborador de Bertolt Brecht, Paul Dessau. La guerra, las mujeres.

Se nos revela el atrevimiento de lo épico de primer momento  y que hará resollar al dragón de la ira bélica e inevitablemente nuclear como anunciación inminente. Aquí la directora también rebasa el formato original del acto único para dar un breve respiro de intermedio, dotando a este intervalo con las características propias de una trinchera, el intermedio como dispositivo ante el nuevo embate de esa tensión, decidida en el escritorio, el business y el movimiento de alfiles legales y penales, la que hará devenir “l’accident” y el veneno. 

Comparte la directora:

“A pesar de haber sido escrita en 1933 y estrenada en 1947 (el mismo año que Madre Coraje de Brecht, a quien le hacemos un giño); la guerra no está presente de manera explícita en Las Criadas de Jean Genet. Sin embargo, los tres personajes son expresión de la degradación humana provocada por la guerra. Encontramos así mismo que el tema eje de este clásico de la dramaturgia francesa es la clase y el deterioro consecuencia de la polarización socio económica. “

El discurso en el diseño sonoro y música original de Omar Guzmán es situación e incidencia contingente. Un hilo de metal tenso en consonancia con el  espacio inmóvil por  las voces expandidas y de transistores a la masa en la demagogia y fantasmagórica de los fascismos. Emocionalmente explora al subrayar con arrancones y frenazos, el espectro del afuera imaginario inhabitable. 

Lorena Glinz imprime su estilo al marcaje y hallazgos de alta exigencia psicofísica en sus reiteraciones hasta trascender el umbral con fineza en lo corporal.

La maestra Tere Rábago en su mejor trabajo y esto mucho decir: Amplia gama, registros de abismo y entrañabilidad. Esther Orozco sorprendente e implacable. Consistencia expresionista y brillante solvencia en la contención. Muriel Ricard explora, trasciende la densidad con violenta ironía, es perfecta en el conjunto y nos concede su presencia aún sin tenerla por momentos dentro del espacio. Palabras mayores, un elenco inexorable que es imposible pensar con este entendimiento de gran calado en otras actrices.

SINÓPSIS

Dos hermanas, Clara y Solange, se encuentran sumergidas en el eterno encierro de una guerra sin fin. Guerra de baja intensidad, guerra intestina, violencia cotidiana que también es una forma de guerra. Estado de guerra enmascarado en una paz mundial que borra identidades mientras polariza condiciones vitales. 

Sus existencias transitan entre el anhelo del poder, los vestidos y joyas de Madame, su estatus, su existencia toda y la imposibilidad cotidiana de dejar de ser Las criadas. Madame está siempre presente aún en ausencia. Ellas se asfixian y marchitan frente al fatum de un destino funesto. En su transcurrir tejen ceremonias fantásticas para sobrellevar su tragedia cotidiana, teatro dentro del teatro, para atrasar el fatum de un destino funesto.

(Des) montajes agradece las imágenes de registro fotográfico en ensayos de Lydia Margules. Fotografías también en la columna de José Jorge Carreón- Teatro UNAM y Cátedra Bergman.

“Las criadas, una guerra infinita”, con adaptación de Emma Dib y Lydia Margules. Foro Sor Juana  Inés de la Cruz del CCU – UNAM.

Con:
Teresa Rábago
Esther Orozco
Muriel Ricard

Diseño de escenografía: Alan Kerriou
Diseño de vestuario: Helena Sanchís Mira*
Diseño sonoro y música original: Omar Guzmán
Diseño de iluminación: Lydia Margules
Partitura corporal: Lorena Glinz
Coordinación de realización de vestuario: Giselle Sandiel
Asistente de dirección y producción: Raúl Morquecho
Asistente de dirección y vestuario: Pablo Galán
Asistente de vestuario: Alejandra Álvarez 
Realización de vestuario: Israel Ayala
Realización de escenografía: Constructores Escénicos (Antonio Pérez, Verónica Salazar, Alexis Martínez, Elliot Pérez, Juan Carlos Chico, Heriberto Arcipreste, Daniel López, Juan Carlos Arévalo, Alejandro Medina, Erick Javier, Fátima Mejía y Sergio Maya)
Texturización y pintura escenográfica:Asunción Ramírez «Chon»
Fotografías Teatro UNAM: José Jorge Carreón
Productor residente: Fernando Olguín

Visita  https://teatrounam.com.mx/teatro/

Síguenos en nuestro canal de YouTube también