El agave combate el síndrome de intestino irritable: científicos IPN

Investigadores del IPN descubrieron que el agave tiene una gran función para contrarrestar el síndrome de intestino irritable

Regeneración, 7 de marzo de 2019. Científicos del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se encuentran desarrollando una investigación con Agave tequilana Haw, para contrarrestar el síndrome de intestino irritable. Dicha investigación está enfocada a la actividad prebiótica, antioxidante y protectora que otorgan las agavinas (sustancia extraída de la planta) indica la institución en un comunicado.

“Luego de un mes de tratamiento con una gelatina adicionada con agavinas, los dolores se redujeron, disminuyó la inflamación y las personas que evacuaban una o dos veces por semana incrementaron la frecuencia a dos veces al día, sin provocar diarrea y sin referir molestias”, Brenda Hildeliza Camacho Díaz, en el comunicado.

“La mayoría de las personas que sufren síndrome del intestino irritable tienen signos y síntomas que empeoran o son más frecuentes durante períodos de mayor estrés”, agrega la investigadora.

Brenda Hildeliza detalló que la mejoría en los pacientes se presentó durante el periodo en el que tomaron el producto, con un efecto postergado de 15 días. También explicó que es recomendable ingerirlo constantemente, porque la función de las agavinas extraídas de los fructanos de agave, es alimentar a la microbiota del colon, que los consume, los fermenta y provoca que haya mayor motilidad en el intestino, sin efectos secundarios.

Es importante destacar que luego de cinco años de investigación los científicos del IPN unieron esfuerzos con el Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”, en donde comprobaron que el tratamiento era efectivo.

“Se estima que entre 16 y 30 por ciento de la población padece este síndrome, y afecta principalmente a mujeres menores de 45 años”, indicaron los investigadores.

El síndrome del intestino irritable es un trastorno digestivo que se diagnostica con elevada frecuencia en la práctica clínica. Su principal característica es malestar o dolor abdominal, distensión y sensación de inflamación, contracciones violentas y dolorosas a nivel del recto (tenesmo), así como cambio en la frecuencia o apariencia de las evacuaciones.