El Chapo Guzman: tercer acto

Chapo detenido PEDRO VALTIERRA/ARCHIVO

La segunda captura del narcotraficante en este sexenio representa el logro más significativo en materia de trabajos de seguridad, inteligencia y procuración de justicia del gobierno de Peña Nieto, luego de que con su espectacular fuga de julio.

Regeneración a 09 de enero del 2016.- En medio de una complicada situación económica para México, con un dólar que superó la barrera de 18 pesos y que amenaza con seguir a la alza por una guerra de divisas provocada por la devaluación del yuan chino; el crudo mexicano en precios mínimos que no se habían visto en 12 años, y constantes editoriales de la prensa internacional descalificando duramente al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, este viernes anunció triunfante la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.

Indudablemente, la segunda captura del narcotraficante en este sexenio representa el logro más significativo en materia de trabajos de seguridad, inteligencia y procuración de justicia del gobierno de Peña Nieto, luego de que con su espectacular fuga de julio del año pasado había logrado generar la mayor crisis de confianza al sistema de seguridad e inteligencia.

Próximo a cumplirse seis meses de la segunda fuga de El Chapo quedó demostrado que, cuando las instituciones de inteligencia y seguridad del país se deciden a trabajar y colaborar de forma coordinada, pueden obtener este tipo de resultados, pero no debemos dejar de lado la cooperación de la comunidad de inteligencia estadunidense y colombiana, quienes participaron con información clave.

El narcotraficante más poderoso del mundo ha sido aprehendido por tercera vez… ¿Qué debe hacer en esta ocasión el gobierno con El Chapo? ¿Extradición inmediata a la justicia de Estados Unidos? ¿Qué errores debe evitar cometer nuevamente el gobierno federal? ¿Ahora sí conseguirá desmantelar el cártel de Sinaloa?

Como una de las primeras acciones, es urgente que se agote una investigación puntual sobre las dos fugas de Joaquín Guzmán, pues quedaron y siguen abiertas innumerables interrogantes. Aún no se conoce a ciencia cierta quiénes participaron en la operación y ejecución de las mismas, y tampoco se ha detenido ni procesado a todos los servidores públicos que ayudaron al capo para que pudiera fugarse.

Otro tema a debate es la extradición, como no sucedió en las anteriores detenciones de JGL, ahora sí existe no una, sino dos órdenes de detención con fines de extradición concedidas por nuestro país a solicitud del gobierno estadunidense, concretamente de los estados de Texas y California. Y aunque en octubre de 2015 un juez federal le otorgó una suspensión provisional al capo, esto puede resolverse de forma inmediata sí el Estado mexicano así lo requiere.

Sin duda, el tema de la posible extradición de El Chapo es un asunto de seguridad nacional, ya que es seguro que con la información que podría revelar al gobierno de Estados Unidos habría repercusiones para una serie de políticos que ayudó a encumbrarse, de igual forma caerían servidores públicos de diferentes órdenes y niveles de gobierno, no sólo de México, sino también de otros países.

Del mismo modo, hay una extensa red de empresas e instituciones bancarias en todo el mundo que han colaborado con las operaciones del cártel de Sinaloa, tales como el trasiego de droga, las transacciones monetarias y el lavado de dinero. La organización criminal tiene presencia en 54 países del mundo y es líder del mercado en Estados Unidos, donde controlan 30 por ciento del sector de la mariguana y la cocaína, y más de 60 por ciento de la heroína. La fortuna de Guzmán Loera estaba estimada en mil millones de dólares, en cifras calculadas en 2012 por la revista Forbes.

Por todo lo anterior, el gran reto, de aquí a que termine el sexenio de Peña Nieto, es desmantelar operativa y financieramente el grupo criminal que Guzmán Loera e Ismael El Mayo Zambada encabezan desde la década de los noventa; por cierto, éste último debe ser el siguiente en ser aprendido, pues El Mayo se ha convertido en todo un mito, ya que pese a los múltiples operativos, nunca ha sido capturado.

Igualmente, habrá que vigilar de cerca las implicaciones que tiene en el cártel Jalisco Nueva generación, que ha crecido vertiginosamente y ha hecho uso extraordinario de la violencia contra el Estado mexicano para demostrar su poder, mismo que también debe ser desarticulado.

Aún falta mucho por hacer. Sin duda la recaptura del criminal internacional más buscado en el mundo es una gran victoria y no debe ser demeritada. El cártel de Sinaloa es, por mucho, una gran amenaza global; esta captura como las anteriores traerán nuevas oleadas de violencia y muerte. Otro riesgo es ver cómo se va a generar el reacomodo de las otras organizaciones del crimen organizado que buscaran apoderarse de los territorios controlados hasta hoy por El Chapo Guzmán.

Hoy se abre un nuevo capítulo sobre el tema de Guzmán Loera. Esperemos que concluya con el fin de su organización delictiva y con la red de aliados y cómplices que le posibilitaron que construyera ese imperio. La sociedad lo demanda.

Original de La Jornada