-Las decisiones de la empresa MVS son desproporcionadas y lastiman la pluralidad, la libertad de expresión y los derechos de las audiencias en detrimento de la democracia en el país.
Regeneración, 14 de marzo del 2014, La Asociación Mexicana de Derecho a la Información, AMEDI, cuestionó la politica de la empresa MVS, «en México nos ha costado más de 40 años de lucha lograr que el derecho a la información sea garantizado por el Estado, el no atender y respetar las demandas e inquietudes de las audiencias respecto a los medios de comunicación que desean ver y escuchar, sería un enorme retroceso que inhibe y sanciona la libertad de expresión y un lamentable regreso a las peores prácticas autoritarias en contra de nuestros derechos humanos fundamentales, la transición hacia la democracia, así como a la pluralidad de contenidos que mandata la Reforma Constitucional en la materia».
En el cuento la AMEDI recuerda que «El pasado 10 de marzo la periodista Carmen Aristegui anunció que su espacio de noticias en MVS se sumaba al proyecto MéxicoLeaks, iniciativa en la que convergen organizaciones sociales y medios de comunicación para promover la investigación periodística».
Así mismo con relación con estos hechos «ese mismo día MVS emitió un comunicado con el que se deslindó de la iniciativa y descalificó a sus propios colaboradores, argumentando que no había autorizado el uso de la marca “Noticias MVS” para relacionarla con MéxicoLeaks, hecho que a su juicio implica “un agravio”, “una ofensa”, un “engaño a la sociedad” y “un muy lamentable abuso de confianza”, pese a que MVS afirma también sobre MexicoLeaks que se trata de “una iniciativa legítima de la sociedad” a la cual le “le damos la bienvenida como a cualquier otra plataforma”.
Creemos que la reacción de la empresa MVS por el uso de su marca en esta plataforma a través de una costosa campaña mediática, con desplegados pagados en periódicos de circulación nacional, spots y la instrucción a otros conductores de leer en sus espacios informativos el comunicado oficial es desproporcionada.
«Como menciona Gabriel Sosa Plata, Ombudsman de Noticias MVS, en su Posicionamiento sobre el caso MéxicoLeaks http://goo.gl/7BBtHa la pregunta básica es si Carmen Aristegui comentó o no con la empresa MVS el acuerdo con los promotores de Méxicoleaks, a lo que la defensoría “considera que sí (debió comentarlo) por tratarse de un asunto relacionado con la actividad periodística cotidiana en Noticias MVS, que abona a los objetivos de investigación e innovación en la producción de los servicios informativos…”
«Suponiendo el privilegio de la duda sobre si la periodista informó o no a la empresa de dicho acuerdo, creemos innecesaria y desproporcionada la campaña mediática, así como el uso de calificativos en los comunicados de MVS hacia los periodistas que colaboran en la Primera Emisión de Noticias MVS, ya que pueden dañar su imagen, honra y credibilidad que son características esenciales de la actividad periodística».
«El 12 de marzo, MVS despidió a los periodistas Daniel Lizárraga e Irving Huerta, quienes conformaban el equipo de investigación que han sacado a la luz diversos casos de corrupción y conflicto de interés en país».
«La AMEDI considera preocupante el curso que ha tomado este diferendo, por el contexto de los hechos y por las consecuencias que tiene ya al día de hoy con el despido de dos periodistas y el intento de imponer “lineamientos” con los que se pretende desdibujar la independencia editorial de los periodistas que colaboren en MVS, quienes no podrán realizar ninguna investigación sin pedir antes autorización, e incluso deben firmar que no “representan” a ningún “grupo beligerante”, “ni protegen intereses de organizaciones, asociaciones movimientos políticos, sociales o gobiernos”.
Finalmente las Asociación señala:
¿Considera MVS que el espacio de Carmen Aristegui promueve o representa grupos “beligerantes”? ¿MVS considera que no deben darse a conocer en sus noticiarios posturas de movimientos sociales o movimientos políticos?
El caso cada vez es más preocupante y sería ingenuo asumir que esa redacción en los “lineamientos” es una medida para evitar un “uso indebido de marca”. Estamos ante un caso de censura.
La confianza y credibilidad se sostienen a través de las opiniones, críticas y sugerencias de las audiencias, muestra de ello son las reacciones que se han generado en las redes sociales y algunos medios de comunicación al respecto de este caso donde los ciudadanos deben ser tomados en cuenta.
Por ello en la AMEDI deseamos que las diferencias entre la empresa MVS y la periodista, sean resueltas tomando en cuenta a sus audiencias ya que el servicio público de los medios de comunicación es una garantía constitucional que debe ser respetada.
Cuando se silencia a un periodista o a un medio de comunicación, no sólo se daña la libertad de expresión, sino que también se fractura la relación entre el periodista, el medio de comunicación y sus audiencias, al coartarles un derecho humano fundamental como lo es el derecho a recibir información de interés público.
Estamos seguros que el respeto y ejercicio de la libertad de expresión de periodistas y comunicadores, así como el respeto del derecho de las audiencias a saber y a estar informados contribuye a la toma de mejores decisiones en la sociedad, así como a poder tener elementos para evaluar las gestiones y actos de nuestros gobernantes. Por ello creemos que respetar el derecho de las audiencias fomenta favorablemente el tránsito hacia una democracia abierta, participativa pero sobre todo transparente.
El espacio que conduce Carmen Aristegui abona a la pluralidad que requiere el país y no pueden estar por encima del derecho a la información y del ejercicio de la libertad de expresión, por cálculos económicos, enojo de gobiernos, filtros informativos o escarmientos a periodistas que hacen investigaciones que son de interés público.
En la AMEDI defendemos los derechos de las audiencias, la libertad de expresión y el derecho a la información, y por ello hacemos un llamado a no permitir que se atropelle ni se acorrale a quienes ejercen el periodismo, que no se promueva el escarnio con propósitos de controlar o inhibir la difusión de lo que el poder económico o gubernamental considera favorable a lo “beligerante”, o a un “movimiento social” o político.
Aspiramos a un país multicolor y no a uno en donde sólo puede hablarse de lo que decidan los empresarios y el gobierno en turno.