En cuanto a la Droga, según las Naciones Unidas 246 millones de personas consumen drogas en el mundo, de las cuales 182 millones consumen solo la marihuana, otros 48,9 millones de personas heroína, 17 millones cocaína y el resto de las personas consumen anfetaminas, éxtasis, entre otros tipos de drogas. Según la ONU en su Informe Droga 2015, por año fallece un promedio de 187.000 seres humanos por consumo. En la actualidad, Estados Unidos es el segundo productor de marihuana a nivel mundial, superado por Marruecos solo este último año. En cuanto a la heroína, Afganistán (invadida por Estados Unidos desde 2001) se constituye como el primer productor mundial de esta droga; y la cocaína sigue siendo Colombia (donde Estados Unidos opera desde el año 2000 con el “Plan Colombia”) el primer país productor de este cultivo ilícito en el mundo, superando su producción este último año.
Resulta sorprendente conocer el caso de Afganistán, país que antes de la intervención estadounidense tenía prácticamente erradicada la producción de heroína y de acuerdo a la ONU a partir del 2002 su producción aumentó considerablemente, considerando que solo en el año 2014 se produjo un estimado de 6.500 toneladas de opio. Ahora bien, más asombroso resulta conocer que el 90% de la heroína que se consume en Canadá proviene de Afganistán, así como que el mercado de la heroína en Europa es abastecido desde el país invadido. Igual ocurre con la producción de cocaína en Colombia, país que desde el año 2000 Estados Unidos implementa un supuesto Plan para palear el cultivo de este producto ilegal y la colocación de 7 bases militares, contrario a ello se ha incrementado la producción y abastece al mercado estadounidense y europeo. Según la ONU, ese país incrementó en 2015 un 52% la producción de esta droga, contando ahora con la producción de 442 toneladas métricas por año.
¿Cómo se vincula Estados Unidos con el negocio del Narcotráfico?
A Estados Unidos el negocio de la droga le ha servido para financiar las actividades subversivas de la CIA en contra de otros Estados. El Servicio de Inteligencia estadounidense (CIA) y la DEA (expulsada en Venezuela y Bolivia) han actuado de la mano y como ejército de apoyo en el tráfico mundial de la droga, convirtiendo así a ese país en un Imperio del Narcotráfico.
Los años de operación de la CIA con el Narcotráfico para la obtención de recursos se remontan a los años 50, donde actuó en Tailandia y otros países de Asia, financiando operaciones con gran cantidad de droga. Aunque el clímax de estas actividades estadounidenses se hizo evidente en los años 80, cuando con el dinero obtenido de la heroína sacada de Afganistán hacia Europa Occidental, Estados Unidos financió a la organización liderada por Osama Bin Laden (1980). Así mismo ocurrió en Centro América, cuando Estados Unidos a través de la CIA, financiaban a la contra nicaragüense (1986) con el dinero de la cocaína que sacaban de Colombia, Perú y Bolivia e introducían en su propio territorio. Informes publicados por el Congreso estadounidense y documentos desclasificados confirman como la CIA y la DEA trabajaron con narcotraficantes y brindaban ayuda material, incluso utilizaban sus cuentas bancarias (Banco de Crédito y Comercio Internacional, BCCI) para lavar el dinero proveniente de la venta de droga, con el cual financiaban sus actividades secretas en el mundo. Debido al escándalo internacional que dejaba en vilo la posición de Estados Unidos de “luchar contra el narcotráfico” y lo verificaba como un narco estado, todos los funcionarios involucrados en estos casos fueron enjuiciados y sentenciados, sin embargo ninguno pago pena y casi todos fueron reintegrados a sus labores con el gobierno de George Bush hijo.
¿Sigue Estados Unidos repitiendo el mismo esquema?
El ingreso monetario por venta de narcóticos sigue siendo utilizado por Estados Unidos para financiar operaciones clandestinas, pero además, le ha servido para financiar sus propias crisis. En el año 2008 el Director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito expresó “Los miles de millones de narco dólares impidieron el hundimiento del sistema en el peor momento”, posteriormente, sorprendió aún más el Informe publicado del año 2012 por la Subcomisión del Senado de los Estados Unidos que reza “cada año entre 300 mil millones de dólares y un millón de millones de dólares de origen criminal son lavados por los bancos a través del mundo y la mitad de esos fondos transitan por los bancos estadounidenses”.
Tales alegatos de la Subcomisión del Senado se confirman cuando una Corte Federal de Nueva York hizo público en el año 2012 la participación de los bancos HSBC, JP Morgan, Wells Fargo y Banks of América, en el lavado de dinero proveniente del Narcotráfico; en el caso del Banco HSBC se confirmó que en el año 2008 lavó 1.100 millones de dólares del Cartel de Sinaloa con destino a Estados Unidos. En algunos de estos casos la Corte impuso multas pero ninguno de sus directivos o personal fue encarcelado por ello. Lo cual indica que estamos frente a una sociedad de cómplices, donde a través de las multas el Estado termina de legalizar el dinero del narcotráfico. Existen otros bancos estadounidenses que son identificados con el lavado de dólares del narcotráfico, tales como City Group, Bank of New York, Bank of Boston, entre otros, sin embargo, todo indica que cuentan con la protección de las autoridades de ese país.
En nuestra región son incontables los escándalos confirmados de la DEA, entidad estadounidense que mantiene absoluta vinculación con los carteles de la droga en Colombia a pesar de presentarse como el que los combate. En marzo de 2015 sale al público un Informe del Departamento de Justicia estadounidense, donde confirman las conductas deformadas de estos funcionarios participando en fiestas con narcotraficantes usando las instalaciones de la DEA y recibiendo regalos de los mismos. A ello se une el aumento de la producción y tráfico de cocina desde Colombia en los últimos años, lo cual indica que ese mercado ha sido fortalecido.
Estados Unidos de manera flagrante usa el narcotráfico para financiarse, mantener sus actividades encubiertas al margen de la ley internacional, así como enfrentar sus crisis financieras. La conducta asumida en los años 80 es mantenida en la actualidad, y tanto la CIA como la DEA siguen protegiendo sus corredores del narcotráfico y siendo los facilitadores mundiales de este negocio. Lo que sigue llamando la atención es que la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, a pesar de contar con información determinante para culpar a ese país y funcionarios de ser un narco Estado, mantiene una actitud inerte frente a este flagelo que asesina a cientos de miles de personas al año y causa tanto daño a la sociedad. Nuevamente los intereses económicos prevalecen sobre los de la humanidad.