En este momento, millones de personas están desalojadas de sus tierras debido a apropiaciones de tierra y conceciones especiales otorgados a las grandes corporaciones.
El Banco Mundial está dirigiendo esta tendencia destructiva con sus rankings sobre “la facilidad de hacer negocios” que obligan a los países a competir unos contra otros para eliminar las protecciones al medio ambiente, los derechos de los trabajadores y los impuestos a las grandes empresas, entre otras cuestiones.
«El sistema que tiene el Banco Mundial para calificar la llamada “facilidad para hacer negocios” (Doing Business Rankings) les da puntos a los países cuando actúan en favor de “facilitar la actividad del negocio”. Esto consiste en pavimentar el camino para las actividades de las empresas transnacionales al recortarles trámites administrativos, bajarles impuestos, quitar regulaciones en favor del medio ambiente y la sociedad, o bien, reducirles las barreras comerciales.
Este sistema de calificaciones anima también a que se hagan reformas a las leyes sobre propiedad de la tierra tendientes a convertir la tierra en un simple producto en el mercado, que sea fácilmente accesible a las multimillonarias empresas. En ese proceso, se dejan a un lado asuntos tales como los derechos humanos, las protecciones a los trabajadores y el uso sostenido de recursos naturales».
¿QUIÉN SALE PERDIENDO?
La gente más afectada por estas políticas son los pequeños agricultores que producen el 80% de la comida que se consume en el mundo que está en vías de industrialización. Esos pequeños agricultores son la columna vertebral del sistema alimentario y son, en una enorme medida, los principales inversionistas y empleadores del sector agrícola de los países en vías de industrialización. Lo que debería fortalecerse es su capacidad para invertir y desarrollar la producción de su propia tierra.
Hay más que suficiente comida para todos si se diera el apoyo adecuado a los pequeños agricultores, a los pastores y a los pueblos indígenas. Sin embargo, el Banco Mundial prefiere utilizar su poder a través de armas como las calificaciones de “facilidad para hacer negocios” o los “análisis comparativos del negocio agrícola” para imponer a todo modelo de desarrollo sus medidas de una sola talla dirigidas por las grandes empresas.
Esto pone en peligro la capacidad de los países no industrializados de alimentarse a sí mismos y ayuda a impulsar la desigualdad por todas partes del mundo.
Súmate a nuestra campaña para decir al Banco Mundial y a los acaparadores que es nuestra tierra, nuestro negocio.