Equipados con armas de fuego, esposas y vehículos todoterreno, unos veinte grupos de voluntarios estadounidenses patrullan la frontera de Estados Unidos con México para impedir que los inmigrantes ilegales la crucen.
Según los propietarios de los terrenos, los inmigrantes han vuelto la zona muy peligrosa
Los milicianos aseguraron a Reuters que no han usado sus armas de fuego contra migrantes. «Si los ves y los alumbras con la linterna, ellos entienden que estás aquí» y «en nueve de cada 10 casos ya no se acercan», explica uno de «patriotas». Según ellos, el único episodio de fuego se produjo cuando un agente fronterizo disparó a un «patriota», confundiéndolo con un migrante armado. Nadie resultó herido en aquella ocasión.
A menudo son los propietarios de los terrenos fronterizos los que invitan a dichos grupos, quienes a su vez argumentan que el Gobierno no ha logrado garantizar la seguridad en la frontera. Normalmente son los propios milicianos los que costean sus actividades, aunque también reciben donaciones de algunos simpatizantes.
Según los propietarios de los terrenos, los inmigrantes han vuelto la zona muy peligrosa. Uno de ellos contó que los «ilegales» envenenaron a sus perros y dispararon contra su casa. «Si [los milicianos] se van, estoy muerto», aseguró a Reuters. Otro residente local contó que su hijo patrulla su propiedad con una escopeta para protegerla de los inmigrantes.
La Patrulla fronteriza estadounidense advirerte que el patrullaje de la frontera por personas armadas que lo hacen por su cuenta y riesgo puede acarrear «consecuencias desastrosas» tanto personales, como para «la seguridad pública».
Vía RT