Pueblos indígenas, rumbo a la extinción

En el país hay 68 pueblos indígenas, de los cuales 14 están en riesgo; de acuerdo con expertos, la discriminación es uno de los peores factores que ponen en riesgo su supervivencia, pero ahora también se enfre

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Foto: @Saotiko

Manuelito estaba vendiendo dulces en Tabasco cuando un inspector municipal lo humilló hasta arrancarle las lágrimas; a Angelina la golpearon brutalmente y le causaron lesiones en el rostro en una escuela de Tepito; Irma tuvo que dar a luz en el patio de un hospital de Oaxaca por falta de atención médica y Alberto pasó 13 años encarcelado injustamente en Chiapas. Los cuatro tienen algo en común: son indígenas.

México tiene 68 etnias, rostros indígenas que están en casi todo el país, pero que para muchos son invisibles. Viven en desiertos y montañas, conocen las selvas y dominan tierras agrestes como nadie, pero pocos se percatan de los flagelos que los condenan a la desaparición.

Se enfrentan a la pobreza, a la falta de servicios y de educación, al despojo de sus tierras y al olvido; también han sido víctimas de discriminación y objeto de burlas por su origen, lengua, rasgos, color de piel, creencias y formas de vestir, pero ahora hasta la expansión del crimen organizado los está amenazando, alertan expertos.

De las 68 etnias mexicanas que existen en la actualidad 14 están en riesgo, y «la discriminación es uno de los factores que más ha puesto en riesgo su supervivencia», lamenta Federico Navarrete Linares, doctor en Estudios Mesoamericanos por la UNAM.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), los 14 pueblos en riesgo son los kumiai, k’iche’, kickapoo, ixcateco, pápago, paipai, qato’k/motocintleco, cucapá, kaqchikel, ixil, teko, kiliwa, oluteco y ayapaneco.

Con base en el Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, la CDI publicó en su informe anual de 2011 que dichos pueblos están en riesgo porque tienen menos de mil pobladores. Ayapanecos, por ejemplo, sólo quedan 57.

El censo establece que de los 112.3 millones de habitantes del país, 15.7 millones se consideran indígenas, pero sólo 6.6 millones son hablantes de una lengua diferente al castellano. Además, hay 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones y 364 variantes. El Índice de Reemplazo Etnolingüístico de 23 grupos etnolingüísticos se encuentra en extinción acelerada y 15 en extinción lenta, refiere la CDI.

Dejar de ser indígenas

Angelina tiene 16 años y es mixteca. El jueves 28 de noviembre, tres alumnos de secundaria la encapucharon, le pegaron en la cabeza, la arañaron y patearon. A los agresores les desagradaba su aspecto y que fuera de origen indígena.

Pero el caso de esta joven y el de Feliciano Díaz, Manuelito, no fueron los únicos. Del 1 de enero al 30 de junio de 2013, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 282 quejas por casos de discriminación y otros motivos contra indígenas.

El doctor Federico Navarrete lamenta que los miembros de las distintas etnias sean vejados por usar su propia lengua y sus atuendos típicos, o incluso por sus rasgos.

Y advierte que la consecuencia más dramática de la discriminación se da cuando los padres deciden ya no enseñarles a sus hijos su lengua materna, no sólo por temor a las humillaciones, sino también por la falta de oportunidades laborales y educativas.

Esto, dice el experto a EL UNIVERSAL, hace que a los indígenas les resulte atractiva la opción de incorporarse a la sociedad mestiza, de «dejar de ser indígenas». El también investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM añade que los miembros de las distintas etnias se enfrentan a la discriminación en todos lados, incluso cuando los despojan de sus hogares, «los discriminan porque no les piden opinión sobre sus territorios».

«En la encuesta sobre discriminación, un alto porcentaje de los indígenas encuestados dijo que su principal problema es la discriminación, no la falta de ingresos», remata la CDI.

Víctimas de marginación

Lo de Irma fue diferente. Ella tuvo a su bebé afuera de una clínica de salud del municipio oaxaqueño de Jalapa de Díaz, a ras de piso, en el pasto. El caso de esta indígena mazateca dio la vuelta al país tras la difusión de una fotografía de la mujer pariendo sin atención médica.

De acuerdo con la CNDH, se calcula que de los 15.7 millones de indígenas del país sólo 57% tiene acceso a instituciones de salud.

«La pobreza y la falta de acceso a servicios públicos obliga a muchas familias indígenas a irlos a buscar, a ir a buscar fuentes de trabajo o ir a buscar servicios públicos donde los hay; tienen que abandonar sus territorios y eso pone en peligro la reproducción de su cultura en sus territorios», señala Navarrete.

Para el experto, el problema secular de la marginación, la discriminación y el despojo de tierras y recursos naturales son algunos de los principales factores que ponen en riesgo a los pueblos indígenas, pero también alerta sobre el narcotráfico.

Huir de la violencia

Los tarahumaras, «los de pies ligeros», han padecido hambruna en tiempos recientes. Viven donde la Sierra Madre Occidental se vuelve más abrupta, por lo que enfrentan la falta de servicios básicos. Ahora, también la expansión del crimen organizado los amenaza.

De acuerdo con el experto de la UNAM, el crecimiento del narcotráfico en sus regiones los ha obligado a apartarse, a subir más a la sierra, donde el frío es extremo y es más difícil la supervivencia.

A otras etnias la violencia también les ha impactado; «puede darse coerción para producir y participar en actividades ilícitas». Además, «la simple amenaza de la violencia, el hecho de que haya enfrentamientos armados, movimiento de grupos involucrados en actividades ilegales, hace peligrosa la vida en esas regiones y obliga a la gente que no está involucrada a retraerse», dice.

«¿De qué se me acusa?»

La historia del profesor tzotzil Alberto Patishtán no es tan diferente. Él pasó injustamente 13 años en una prisión de Chiapas hasta que fue liberado por indulto presidencial. Al maestro se le había sentenciado a 60 años de cárcel acusado del homicidio de siete policías.

Como él, varios indígenas han tenido que pisar la prisión a veces sin enterarse de qué se les acusa porque son monolingües. Tampoco pueden defenderse porque no hay muchos traductores.

La CNDH refiere que en visitas a centros penitenciarios del país, donde hay unos 8 mil indígenas presos, ha «confirmado que los actos violatorios de los derechos humanos que se perpetran contra los habitantes de los pueblos originarios son, con mayor frecuencia: la detención arbitraria, la incomunicación, los tratos crueles, la falta de asesoría jurídica inmediata y la falta de traductores en sus lenguas».

De acuerdo con los expertos, todos esos factores han propiciado que los indígenas decidan ya no enseñarles a los descendientes la lengua materna, poniendo en riesgo su supervivencia y la cultura del país.

«¡Aquí estamos!»

Sin embargo, los indígenas quieren preservar sus tradiciones, por lo que hacen esfuerzos heroicos para gritarle al mundo «¡aquí estamos!» y demostrar el valor de sus culturas, indica la CDI.

Para ello, añade, varios pobladores participan en concursos, otros planean pasarelas con atuendos modernos hechos con técnicas milenarias y unos más hacen conciertos de rock en lengua indígena. Para apoyarlos, la CDI aplica una estrategia de cinco líneas para que sociedad e indígenas se revaloren.

«Tenemos que defender el patrimonio cultural de los pueblos indígenas y trabajar con la sociedad no indígena para que revalore la pluriculturalidad y asimile lo que cada uno tiene de esas culturas», afirma.

El experto de la UNAM insta a «reconocer el valor que tiene la pluralidad cultural para todo el país y aprender a respetar las diferencias culturales y las diferencias lingüísticas y a reconocerlas como lo que son, una fuente de riqueza, algo de lo que debemos estar orgullosos».

Dice que se debe evitar su desaparición. Hay datos de que en 500 años se han perdido unas 100 etnias; «cada grupo étnico que desaparece nos empobrece a todos», concluye.

Información: EL UNIVERSAL