Lanzan campaña en Inglaterra, restringen anuncios de comida basura

El Primer Ministro Británico, Boris Johnson, se recuperó de Covid-19 y dijo que el sobrepeso complicó su salud, por lo que ahora protagoniza una campaña contra la obesidad en Inglaterra

Regeneración, 29 de julio de 2020. En Inglaterra, la pandemia ha acentuado décadas de mala alimentación que se transformaron, a su vez, en un problema d salud pública con enormes consecuencias en la sociedad. El coronavirus puso al descubierto a la industria de la comida chatarra, las autoridades de ese país tomaron acciones.

Declaran la ‘guerra’ contra la obesidad

“Boris Johnson se ha convertido en el gran protagonista de la campaña de su Gobierno destinada a declarar la guerra contra la obesidad en el Reino Unido. El Primer Ministro británico utiliza el ejemplo de su propia lucha con la balanza para animar a los ciudadanos a hacer más ejercicio y alimentarse de forma sana, en un video en Twitter coincidiendo hoy con el anuncio de que la publicidad televisiva de junk food [comida basura] queda vetada hasta las 9 de la noche”, informó el diario El País.

Johnson confesó hoy que mantiene una lucha constante con su peso, reconoció que tenía “mucho sobrepeso” cuando se enfermó de Covid-19, el pasado mes de abril.

“Los productos con alto contenido en grasas, sal y azúcar deberán ser desplazados de las estanterías más prominentes de los comercios y de las ubicadas junto a las cajas de pago, entre otras medidas”, comunicó.

A Boris Johnson lo hospitalizaron hace casi cuatro meses y lo trataron con oxígeno en una unidad de cuidados intensivos. Luego de padecer coronavirus, este lunes reveló que, desde entonces, ha perdido alrededor de seis kilos.

“He querido perder peso desde hace mucho tiempo y creo que, como mucha gente, lucho contra mi peso. Subo y bajo. Pero desde que me he recuperado del coronavirus, estoy mejorando mi forma constantemente”, sostuvo.

Lanzan campaña

El servicio de Salud Pública de Inglaterra (PHE) publicó un informe el pasado viernes en el que advertía de que el sobrepeso y la obesidad aumentan considerablemente el riesgo de hospitalización y muerte por el SARS-CoV-2.